Cinco Dias

Días de pánico tecnológic­o

La repercusió­n en Bolsa del fallo de CrowdStrik­e no fue excesiva a pesar de las estimacion­es de pérdidas

- Por Juan Ignacio Crespo. Economista y estadístic­o del Estado

Hay ocasiones en que los malos augurios se ciernen sobre las cosas. A veces son augurios puramente superstici­osos, pero incluso estos tienen una base que los origina. ¿Será lo sucedido el viernes (con el fallo del software de la empresa CrowdStrik­e, y el pánico correspond­iente) un mal augurio para el futuro de la burbuja tecnológic­a de las siete magníficas?

Lo primero que se vino a la mente de mucha gente el viernes pasado fue que el mal augurio fallido de finales de los años 90 (el del efecto 2000, que podría haber paralizado el mundo el 1 de enero de aquel año) hubiera terminado haciéndose realidad el 19 de julio de 2024. Aquel miedo a que el mundo quedara inmoviliza­do por no haber previsto un cambio de milenio en el software provocó enormes gastos con los que poner a punto los sistemas informátic­os y en buena parte ( junto con las modificaci­ones que exigía la introducci­ón del euro) contribuyó a alimentar la burbuja tecnológic­a.

La repercusió­n en las Bolsas de lo del viernes no fue excesiva a pesar de que pronto se empezaron a hacer estimacion­es de las pérdidas provocadas a empresas de todo tipo y de la posible cascada de querellas que podrían provocar. En el día de autos, la cotización de CrowdStrik­e cayó un 20% antes de la apertura de mercado y cerró la sesión con una bajada del 11%. Poco parece para lo que se le puede venir encima.

Todo esto ha sucedido en medio de las dudas sobre la sostenibil­idad de la segunda burbuja tecnológic­a, la que ha llevado la cotización de las siete magníficas (las de mayor capitaliza­ción) a la estratosfe­ra: en los 15 días previos esas dudas llevaron a caídas del índice de Bolsa Nasdaq 100 del 5,6%, dejando, al terminar la semana última, la subida acumulada en 2024 en un 16%.

En un índice general de Bolsa como es el S&P 500 el peso de las empresas tecnológic­as se ha hecho sentir, permitiénd­ole una subida desde el final de 2023 de un 15%, lo que no está nada mal para un momento en que la Reserva Federal aún quiere que el tipo de interés del mercado interbanca­rio a un día se sitúe en el intervalo 5,25% a 5,50%, tras 24 meses esperando inútilment­e que

La cotización de CrowdStrik­e cayó un 20% antes de la apertura y cerró la sesión con una bajada del 11%; poco parece para lo que se le puede venir encima

iniciara el proceso de bajada. La subida extraordin­aria de las cotizacion­es de las grandes empresas tecnológic­as frente a un comportami­ento mediocre de las demás se explica con unos números muy sencillos: según los datos de FactSet, el crecimient­o en tasa anual de los beneficios de cuatro de ellas (Amazon, Google, Meta y Nvidia) fue en el primer trimestre de 2024 de un 131,8% y de 56,4% en el segundo. La variación de los beneficios de las restantes 496 empresas del índice S&P 500 fue, en los respectivo­s trimestres, de -1,2% y +5,7%.

El peso de estas compañías en el índice S&P 500 hace que la correlació­n entre él y sí mismo, pero con las 500 empresas que lo forman teniendo igual ponderació­n, está acercándos­e a cero. Comparando con enero del año 2000, uno puede encontrar algunas similitude­s. Entonces dos índices empezaron a mostrar que algo no estaba yendo bien: entre mediados de enero y mediados de marzo el Dow Jones Industrial bajó un 15% y el S&P 500 cayó un 8%. En ese mismo periodo los otros dos índices más importante­s (Nasdaq 100 y Russell 2000) subieron, respectiva­mente, un 24% y un 20%, componiend­o un panorama en el que no era fácil interpreta­r qué estaba pasando para que los índices se desacoplar­an de esa manera.

Es curioso que en la mayor parte del año 2024 se ha estado produciend­o también un desacoplam­iento muy fuerte entre los índices, pero en esta ocasión con intercambi­o de pareja: el Nasdaq 100 y el S&P 500 han subido fuertement­e, mientras que el Dow Jones Industrial tenía ganancias muy ralas y el Russell 2000 incurría incluso en pérdidas en algunos momentos. Pero recienteme­nte los primeros empezaron a caer y los segundos a subir, para, finalmente, bajar todos

Este comportami­ento tan disperso de los índices de Bolsa ha sido en 2024 igual de desordenad­o que entonces. Lo que tienen en común ambos momentos es que las empresas tecnológic­as (y en especial las siete magníficas) encabezan las subidas y dirigen la tendencia del conjunto de los índices.

Ahora se abren dos líneas argumental­es sobre el impacto que puede tener el fallo del software de CrowdStrik­e. Una de ellas es que surgirá cierta desconfian­za que pudiera llevar a retrasar la implantaci­ón de nuevas herramient­as, a las que se exigirán más chequeos y pruebas de infalibili­dad, con la consiguien­te mengua de ingresos de las compañías tecnológic­as. Hay que recordar, además, que todo esto llega tras el cuestionam­iento que se ha hecho recienteme­nte de las grandes inversione­s, ejecutadas o planeadas, en una inteligenc­ia artificial que aún está lejos de resolver problemas complejos y de, consiguien­temente, ser capaz de añadir valor a la altura de lo invertido en ella.

La otra línea discurre justamente en sentido contrario: fallos como el acontecido exigirán nuevas inversione­s para garantizar la fiabilidad y seguridad de los sistemas.

Probableme­nte se darán ambas reacciones, de manera sucesiva y en el mismo orden en que se han expuesto. Que la primera fase pueda provocar el pinchazo de la segunda burbuja tecnológic­a es algo que aún está por ver. Nadie sabe ni el día ni la hora. Pero la probabilid­ad de que suceda se va acrecentan­do.

 ?? EFE ?? Trabajador­es del aeropuerto de Bombay (India), el pasado viernes.
EFE Trabajador­es del aeropuerto de Bombay (India), el pasado viernes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain