Cinco Dias

Modi se proclama vencedor de las elecciones indias con una victoria más ajustada de lo esperado

La oposición, que tenía las encuestas en contra, se acerca al partido gobernante por primera vez en 10 años, pero sin opciones reales de formar Gobierno

- GUILLERMO ABRIL (ENVIADO ESPECIAL) (EL PAÍS)

Narendra Modi se declaró al filo de las nueve de la noche de ayer, hora local, vencedor de las elecciones en la India. Aunque el recuento aún no había acabado, la coalición que lidera su partido, el gobernante Bharatiya Janata Party (BJP, Partido Popular Indio), parece haber logrado retener la mayoría en las elecciones generales más grandes del planeta.

La situación coloca al dirigente de la formación nacionalis­ta hindú, de 73 años, a un paso de asegurarse un histórico tercer mandato al frente del país más poblado de la Tierra, según el conteo oficial, que sigue en marcha y que acumula ya al menos la mitad del escrutinio.

La victoria, sin embargo, tiene cierto regusto agridulce para el dirigente, después de que el BJP haya sufrido un rapapolvo electoral que ni las proyeccion­es ni los sondeos a pie de urna habían anticipado. Modi tendrá que lidiar, por primera vez, con el hecho de que su partido no haya alcanzado en solitario la mitad más uno de los escaños, como en las anteriores dos legislatur­as, lo que le exigirá tejer equilibris­mos políticos con sus socios de Gobierno.

La alternativ­a opositora, una alianza de más de 20 partidos capitanead­a por el Partido del Congreso (PdC), con Rahul Gandhi al frente, ha logrado batirse mano a mano con el BJP por primera vez en una década, aunque habría quedado sin opciones reales de formar Gobierno. Con los números aún provisiona­les sobre la mesa, el actual primer ministro se aseguraría el liderazgo de la India por tercera vez consecutiv­a, lo que le coloca a la altura de Jawaharlal Nehru, primer jefe de Gobierno tras la independen­cia. Su mandato estaría, sin embargo, sometido los próximos cinco años a las caprichosa­s, fluidas e inestables amistades de la política india, y a una mayor fiscalizac­ión de una oposición fortalecid­a.

Agotamient­o

La caída en el número de votantes indica, de algún modo, que existe un agotamient­o con la era Modi. Pero también subraya la repercusió­n duradera de un líder que pasará a la historia de la India. Bajo su mandato, el país ha ganado repercusió­n en la escena internacio­nal y superado al Reino Unido en términos de PIB para convertirs­e en la quinta economía mundial. Antes del final de este mandato, Modi pretende colocar a la India en el tercer puesto, solo por detrás de Estados Unidos y China.

La Alianza Democrátic­a Nacional, que encabeza el gobernante BJP, habría obtenido 291 de los 543 de la Lok Sabha (la Cámara Baja del Parlamento), 52 escaños por debajo del resultado de 2019, según las proyeccion­es sobre el voto escrutado del medio India Today a las 22.00 horas en Delhi (18.30 hora peninsular española).

La oposición, que llevaba semanas avisando de que podría haber sorpresas en el conteo final, se habría asegurado 234 escaños, 107 más que hace cinco años. El BJP, con 240 asientos, se quedaría 63 por debajo de los obtenidos en 2019, mientras que el PdC casi duplicaría su presencia en la Lok Sabha, con 99, según datos oficiales de la Comi

La alianza de Modi habría obtenido 291 escaños de 543, 52 menos que en 2019

sión Electoral. A media tarde, a medida que avanzaba el recuento, las sedes de ambos partidos comienzan a recibir la afluencia de simpatizan­tes. “Modi me inspira. Está haciendo un buen trabajo por India”, dice a la puerta del cuartel general del BJP Ratan Rajan, de 31 años, un voluntario­so ciclista que ha venido pedaleando miles de kilómetros desde el Estado de Bihar, en el este del país. Sobre el transportí­n acarrea una figura de cartón de Modi casi a tamaño real.

Va vestido con una kurta tradiciona­l india de color azafrán, la tonalidad del partido. “Tiene la visión de hacer de India una nación desarrolla­da. Por eso la gente le ha votado”.

En la sede del Partido del Congreso, el ambiente parece de victoria, a pesar de que los números no suman. Se ve más gente que en la casa del BJP, los tambores retumban más fuertes, la gente se lanza a bailar y agitan banderas de la formación. Por allí anda Aashif Sagar, un miembro del Samajwadi Party (Partido Socialista), una de las formacione­s fuertes de la alianza opositora. Asegura estar convencido de que lograrán formar un Gobierno de oposición. Él es de Uttar Pradesh, un estado gigantesco (el más poblado: 240 millones de personas), agrícola y muy empobrecid­o, que suele abrir la puerta a la victoria en Delhi. Sin el conteo acabado, la batalla en esta región está muy igualada.

“La ciudadanía estaba tan cansada que ha decidido echar al Gobierno”, aporta Manju Dixit, vicepresid­enta del Comité de Mujeres del PdC en Nueva Delhi. Cuando se le replica que nada indica que vayan a ganar, añade: “El tiempo dirá. Estamos contentos con la alianza y con la respuesta de la nación”.

Clima polarizado

El recuento de los mayores comicios del mundo, que empezaron hace más de seis semanas, arrancó en la mañana de ayer, después de que el sábado cerraran las últimas urnas. En este gigantesco acto de democracia han votado más de 640 millones de personas de los 970 millones convocados –más de un 10% de la población mundial–, con una participac­ión en torno al 66%, según datos oficiales.

Las elecciones se han celebrado en un clima polarizado, con debates que han gravitado en torno a la inflación y el desempleo, el respeto al Estado de derecho y el hostigamie­nto de las minorías, en particular la musulmana. En la campaña, la alternativ­a opositora ha acusado al partido nacionalis­ta hindú de Modi de laminar la democracia en la India durante su década en el poder y de perseguir una mayoría suficiente como para forzar un cambio constituci­onal y borrar de su articulado el secularism­o indio.

La India rural ha sido una pieza clave del puzle, como muestra la respuesta electoral en Uttar Pradesh y Rajastán: “La historia se está escribiend­o en la India rural”, señalaba uno de los comentaris­tas de India Today durante su emisión en directo. “La gente no tiene trabajo, quieren algo más que cinco kilos de raciones de arroz”, añadía otra tertuliana en referencia a los programas de ayuda alimentari­a lanzados por el Ejecutivo de Modi.

Los debates han orbitado en torno a la inflación y al desempleo

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REUTERS Narendra Modi, primer ministro en funciones de la India.

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