BBVA pide al BCE la última autorización que le faltaba para lanzar la opa sobre Sabadell
El banco de origen vasco ya había presentado las solicitudes a la CNMV y la CNMC El supervisor europeo podría pronunciarse en un periodo que oscila entre los 15 y los 70 días
BBVA ha dado un paso más para lanzar su opa sobre Sabadell. El banco pilotado por Carlos Torres Vila ha solicitado al Banco Central Europeo su autorización para hacerse con la entidad catalana y posteriormente fusionar ambas. De esta forma, BBVA ha presentado ya todas las peticiones de autorización a las instituciones que deben aprobar la opa: además del BCE y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), ante la que lo elevó el pasado viernes.
El BCE tiene que expresar su no oposición a la operación para que siga adelante. El principal cometido del supervisor es velar por la estabilidad del sistema financiero, por lo que su análisis se basará en criterios prudenciales y sobre cómo afectará a la solvencia la unión de ambos bancos. Según expresó el propio presidente de BBVA, no se espera que el BCE vaya a poner obstáculos. “En las primeras interacciones con los supervisores no hay ningún obstáculo desde su punto de vista, incluso tienen una opinión favorable a que haya consolidación con la consideración de que las entidades adquieran escala”, declaró el banquero en la rueda de prensa para explicar la opa. El BCE podría pronunciarse en un plazo que va desde los 15 a los 70 días.
Hace dos semanas, el banco ya presentó la solicitud de autorización y la admisión a trámite del folleto de la operación a la CNMV. Una vez recibido el visto bueno del BCE y el supervisor bursátil, BBVA podría abrir el periodo de aceptación de la opa. No obstante, la opa está sujeta a que al menos el 50,01% de los accionistas de Sabadell acepten el canje de acciones que propone el banco (ofrece una acción de BBVA por cada 4,83 títulos de Sabadell, que a precios actuales supone una prima del 7%). Igualmente, BBVA ya ha convocado una junta extraordinaria para el 5 de julio en la que sus inversores deberán aprobar una ampliación de capital para emitir las nuevas acciones que se entregarán a los accionistas de Sabadell. En última instancia, BBVA necesitaría la aprobación del Gobierno para que pueda fusionar ambas entidades. El Gobierno, que ha expresado públicamente su rechazo, tendrá la última palabra, pero en caso de rechazarla, deberá justificar su decisión.
Por otra parte, ayer también se supo que BBVA había salido al mercado a captar la deuda por la que los bancos han de pagar un interés más elevado, los bonos contingentemente convertibles, conocidos como cocos. Ha lanzado una emisión por 750 millones de euros por la que pagará un cupón del 6,875%, con opción de amortización anticipada a los siete años. Con este bono reforzará su colchón de capital con capacidad para absorber pérdidas, en cumplimiento de los requisitos regulatorios, tan solo dos días antes de que el BCE se reúna para decidir el que se espera sea el primer recorte de tipos en ocho años.
BBVA se sumó así a la oleada de ventas de deuda por parte de emisores corporativos, bancarios y soberanos, que están aprovechando las jornadas previas a la reunión del consejo de gobierno del BCE de este jueves para captar financiación. Junto a BBVA, ayer también salieron a buscar financiación el ICO, con una emisión de 500 millones de un bono social a cinco años y Banco Santander, con una emisión de deuda sénior no preferente en libras. La colocación de cocos de BBVA está coordinada por el propio BBVA, Barclays, BNP Paribas, Citi, Deutsche Bank y UBS y recibió peticiones que llegaron a alcanzar los 3.500 millones. La elevada demanda permitió rebajar el cupón al 6,875% desde el 7,375% del precio de salida.