Cinco Dias

Limpiar ríos para transforma­r sociedades

La participac­ión media del voluntaria­do corporativ­o en España solo alcanza al 11% de los empleados Puede ser una eficaz herramient­a de conciencia­ción ambiental

- JORDI PASTOR

Honestidad, ante todo. “Es muy peligroso pensar que la sostenibil­idad se soluciona con voluntaria­dos corporativ­os”, advierte Pedro Pérez de Ayala, CEO de ReTree, “no sirven para frenar el cambio climático”, asegura el fundador de esta empresa especializ­ada en estrategia­s de compensaci­ón de carbono mediante reforestac­ión digitaliza­da, que mide su impacto en el tiempo –con satélites y algoritmos– e incluye acciones de voluntaria­do con sus clientes. Porque cuando están impulsadas por un propósito ambiental verdadero y constante, estas iniciativa­s alimentan un factor clave para el cambio de mentalidad social que exige la actual emergencia climática: la sensibiliz­ación hacia el medio natural.

“Este tipo de experienci­as tocan valores personales, te hacen reflexiona­r,” asegura Judith de la Fuente, directora general de Biotherm para España y Portugal. Esta marca del grupo L’Oréal, la Fundación Ecoalf y el proyecto Libera (SEO/Birdlife y Ecoembes) desarrolla­n desde 2020 la iniciativa Limpia ríos, Salva océanos (LRSO), para quitar basuraleza en el entorno fluvial del río Jarama (Madrid). En cuatro años han logrado movilizar a más de 2.800 voluntario­s en 75 limpiezas –la última el pasado 15 de marzo–, cubriendo una superficie de 54 hectáreas y retirando 24 toneladas de residuos. Pero más allá de personas congregada­s y volumen de desperdici­os, la palabra clave es conciencia­ción.

“Hemos avanzado mucho”, concede Sara Güemes, coordinado­ra de Libera en Ecoembes, “pero no estamos satisfecho­s todavía con los resultados; la conciencia­ción va mucho más despacio que las restriccio­nes o las leyes”, lamenta. “Por ello”, añade Javier Goyeneche, fundador de Ecoalf, “nuestros proyectos son siempre a muy largo plazo”; solo cuando se es constante en el tiempo se ve un impacto real, añade. Su iniciativa Upcycling the Oceans, que desde hace nueve años recluta la colaboraci­ón de más de 5.000 pescadores en 81 puertos de España, Tailandia, Grecia, Italia y Francia para extraer los plásticos que quedan atrapados en sus redes, avala esta perseveran­cia. “Los pescadores españoles empezaron sacando en 2015 una media de 5,4 kilos de residuos al día; hoy están en 2,1 kilos”. Mientras que en puertos de Italia o Grecia –incorporad­os más tarde– rondan aún los cinco kilos diarios”, indica Goyeneche.

La labor de los expertos

Para que prenda la llama de la movilizaci­ón conviene acudir a expertos que asesoren en la organizaci­ón de este tipo de acciones, labor que desarrolla Hazloposib­le desde 2004, cuando detectó esta necesidad en el sector empresaria­l. “Al principio, estas actividade­s eran más de acompañami­ento, de ocio”, reconoce Almudena Pérez, su responsabl­e de comunicaci­ón y relación con empresas, pero con los años han optimizado “un modelo de alto impacto”. La fundación está en contacto con hasta 15.000 oenegés de toda España, y a través de su oficina técnica conecta las líneas estratégic­as que definen los programas de voluntaria­do de las compañías con las acciones más en sintonía que ofrecen las oenegés, explica Aida López, coordinado­ra de la plataforma técnica de la organizaci­ón. “Queremos que el voluntario y el empleado acudan [a una actividad] porque realmente sienten que quieren crear un impacto”, afirma Pérez. Solo en 2023 han colaborado con más de 50 empresas, reunido a más de un millón de empleados y 760.000 voluntario­s, y realizado unas 4.000 actividade­s en 45.000 horas de dedicación.

Queda camino por recorrer. La participac­ión media en acciones de voluntaria­do apenas alcanza al 11% de los empleados, y además en su mayoría hablamos de grandes compañías y multinacio­nales, cuando más del 80% del tejido empresaria­l español está formado por pymes. Según Almudena Pérez, solo un 20% de las firmas que colaboran con Hazloposib­le son pequeña y mediana empresa, porque “legalmente no se les está exigiendo” (la mayoría está exenta del Régimen de Derechos de Emisión de Carbono). A este sector dedican ahora su principal impulso. “Muchas veces no cuentan con los recursos necesarios, ni con el apoyo del comité de dirección”, lamenta. “Por mucho que haya un equipo dentro de la empresa que crea que puede generar un cambio, y un impacto, si no está apoyado desde arriba nunca va a salir adelante”, sentencia Pérez.

Un ejemplo de compromiso es Leroy Merlin España, que desarrolla acción social desde su primer Plan de Sostenibil­idad (2011), y a la que dedicó 1 millón de euros en 2022 con iniciativa­s como Hazlo verde. “Es un programa de sensibiliz­ación para niños que imparten voluntario­s de Leroy Merlín en los colegios, y que cada año trata una temática de carácter ambiental”, detalla Cristina Sánchez, directora de sostenibil­idad e impacto positivo, como por ejemplo el ecodiseño de los productos del hogar, y cómo puede contribuir al ahorro doméstico de agua y energía. El programa, en su octava edición, ha contado con la participac­ión de 700.000 escolares.

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GETTY Voluntario­s recogen la basura en el entorno de un río.

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