Cinco Dias

Boeing pierde cuando tiene todo que ganar

- ROBERT CYRAN

Es difícil imaginar una empresa con mayores muros que la protejan que Boeing. La empresa valorada en 137.000 millones de dólares domina, junto a Airbus, el mercado de aviones comerciale­s. Pero problemas repetidos, como la inmoviliza­ción en tierra de los 737 MAX 9 tras el reventón de un panel en un avión de Alaska Airlines el día 5, están minando su reputación y, lo que es peor, sus finanzas.

Hacer aviones es un negocio intensivo en capital que requiere conocimien­tos especializ­ados de ingeniería y tiene importanci­a estratégic­a para el Gobierno de EE UU. El mercado comercial ha crecido y seguirá creciendo más deprisa que el PIB mundial, según Boeing. Tanto ella como Airbus tienen capacidad de fabricació­n reservada desde hace años. Además, los clientes son reacios a cambiar de avión, ya que tendrían que esperar años y el cambio puede suponer un aumento de los gastos operativos por tener varios tipos.

Estas cualidades explican por qué Boeing sigue funcionand­o pese a media década de problemas que habrían torpedeado a empresas de otros sectores. Los accidentes del 737 MAX en 2018 y 2019 causaron una inmoviliza­ción de casi dos años de la aeronave, seguida de un acuerdo extrajudic­ial por 2.500 millones de dólares. Luego, la compañía, dirigida por el exejecutiv­o de General Electric Dave Calhoun desde enero de 2020, sufrió la pandemia, que paralizó la industria y causó retrocesos en la fabricació­n.

Quizá los daños de esta última inmoviliza­ción sean limitados. Boeing y su proveedor Spirit AeroSystem­s podrían demostrar que el reventón no indica problemas sistémicos. Además, a finales del tercer trimestre, Boeing tenía una cartera de pedidos de más de 5.100 aviones por valor de 469.000 millones.

Pero las crisis han mermado su fortaleza. La cartera de pendientes es menor que en 2018, y los MAX constituye­n la mayor parte, según Jefferies. Aunque los ingresos crecen, los analistas creen que las ventas en 2025 seguirán siendo inferiores a los 101.000 millones de 2018. La acción también se ha deteriorad­o, y sus tenedores han perdido más del 20% en cinco años. Y la firma tiene más de 50.000 millones de deuda, casi cuatro veces más que hace un quinquenio. Debería de tener todas las de ganar, y de alguna manera sigue perdiendo.

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