ABC (Sevilla)

Fabiola cuelga la aguja después de 30 años: «El buen traje de flamenca volverá en diez años»

▸ La diseñadora que vistió de flamenca a la reina Máxima de Holanda y sus hijas se dedicará a su nieta y a escribir un libro. «Me siento super querida. Lo mejor es la gente», dice

- MERCEDES BENÍTEZ SEVILLA

Más de 30 años después de abrir su primera tienda en pleno barrio de Santa Cruz, Fabiola García-Liñán, una de las diseñadora­s flamencas más emblemátic­as de Sevilla, cuelga la aguja. Lo hace a sus 65 años y cuando se encuentra en un buen momento para dedicarse a muchas otras cosas como escribir un libro (es filóloga), o tener más tiempo para estar con su nieta.

La diseñadora, una de las primeras que popularizó los trajes de flamenca a partir del año 1987, lo ha explicado muy claramente en las redes sociales: «Acabo de cumplir 65 años y vivo en un paraje idílico, en plena sierra, un poco lejos de Sevilla para compatibil­izar esta vida con la gestión diaria de mi tienda. Tengo una nieta preciosa y sueño buscar oportunida­des para disfrutarl­a. Me ilusiona volver a escribir, quizás esa segunda parte de mi novela ‘Te presté mis recuerdos’ que algunas de vosotras me pedisteis…y más y más cosas», anunciaba hace unos días en Instagram.

Fabiola explica a ABC que lo hace para tener «más libertad» porque salía de la tienda «tardísimo». Por eso, ahora, y pese a asegurar que aún se siente joven, tiene previsto dedicarse a otras cosas y no quedarse quieta. «Soy muy perfeccion­ista, muy exigente, no me relajo nunca».

«Me abrazan por la calle»

La diseñadora ha querido repasar su trayectori­a de una larga carrera que empezó dando clases para aprender a coser, algo que recomienda a los futuros diseñadore­s. «Hay que saber coser antes de empezar a diseñar. Y, por supuesto, entender los patrones», dice rememorand­o sus inicios.

Desde que empezó a finales de los años ochenta en su casa sevillana haciendo trajes para amigas, familiares y vecinas, hasta hoy, ha confeccion­ado miles de trajes. Cada año hacía unos 150 aunque hubo algunos en los que llegó a diseñar casi 200.

¿Lo mejor de todos estos años? Sin duda, para Fabiola, ha sido la gente que ha conocido y la que sigue pasando por su tienda estos días. Porque ahora, para despedirse, ha puesto la colección con descuentos del 25 por ciento. Y hasta allí está llegando cada día numeroso público en busca de una oferta. Como una señora que llegó el pasado lunes a su tienda a comprarse un traje y que no se vestía de flamenca desde hace treinta años. «Me siento muy querida por el público», dice encantada de que esa mujer haya podido llevarse un vestido que antes no estaba a su alcance.

Si hay algo que caracteriz­a sus trajes es el colorido, la alegría, la calidad y las formas clásicas que emplea en sus diseños. Y también sus volantes de capa que se mueven porque «la feria es movimiento». Segurament­e por eso dice estar encantada con la gente que cuando la reconoce la abraza por la calle. Algo que segurament­e no le pasa a todo el mundo.

Cuando se le pregunta cómo ha cambiado la moda flamenca a lo largo de los años, lo tiene muy claro: «ha cambiado mucho. Y los trajes han perdido un poco su esencia». Porque, según recuerda, son trajes que están pensados para la Feria de Sevilla que es «un evento de mañana. Otra cosa son, a su juicio, los trajes que están pensados para los pueblos o «para las reinas de las fiestas». Y esos trajes son «otro concepto» muy distinto de lo que para Fabiola es un traje de flamenca para la Feria de Abril, un vestido «elegante y sencillo». Segurament­e esa elegancia es la que hizo que la reina Máxima de Holanda la eligiera para vestirla a ella y a sus tres hijas cuando estuvieron en la Feria en 2019 y que volviera a encargárse­lo para la princesa heredera, Amalia, cuando regresó al real en 2023. Fueron trabajos que le dieron más notoriedad. Y eso que, según advierte, «no soy mucho de famoseo».

Ella se queda con las clientas que le siguen llegando desde numerosos puntos de España, además de Sevilla. De Madrid, de Bilbao, de Cataluña. «Todas las que vienen lo hacen porque quieren ir perfectas», dice, asegurando que es mejor un buen traje que dure varios años que uno nuevo más barato cada año.

¿Qué le parecen los trajes que se venden a 60 euros? Fabiola lo tiene claro: «Ahora hay trajes corrientes con mantones bonitos. Pero el buen traje volverá dentro de diez años. Eso no se va a perder». Segurament­e por eso ya le han ofrecido comprarle la firma cuando ha anunciado su retirada. Algo que ha rechazado porque considera que sus trajes son como sus hijos. Y a un hijo no se le vende.

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// ABC La diseñadora Fabiola ayer en su tienda

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