El restaurante que sirvió a reyes
El Puesto de los Monos ha sido para muchas generaciones un templo de la gastronomía local que ha quedado en la memoria visual y el regusto de muchos sevillanos. Fue también el germen de una histórica saga de restauradores, la de los Juliá, cuyo cátering sirvió importantes enlaces de la aristocracia, como el de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, el de Eugenia Martínez de Irujo con Francisco Rivera, la del entonces duque de Huéscar con Matilde Solís o la de los hijos de los Duques de Osuna, pero también de personajes del papel cuché de sobra conocidos, como Vicki Martín Berrocal con ‘El Cordobés’, la de Rocío Carrasco con David Flores, la de Paquirri con Isabel Pantoja...
Este edificio, desalojado en 2015 tras las cuitas económicas de la saga de hosteleros Juliá, pronto será demolido para acoger un edificio de viviendas. La saga de los Juliá hunde sus raíces en 1917, cuando su abuelo Cayetano García Carro, leonés de nacimiento, abrió el Café de París en La Campana. Su hija, Pilar García Alonso, se casó con Eduardo Juliá, encargado del Café de París, y junto a él siguió la estela familiar abriendo otros bares, cafeterías y restaurantes.
Titulada en Dirección de Empresas Turísticas, Pilar García regentó la Terraza de la Cruz del Campo, la Cervecería Oriental de la calle Sagasta, el bar Gibraltar en las Delicias, la Hostería del Prado, la repostería de los clubes Mercantil y Labradores, el bar Juliá frente al Coliseo, la cafetería Juliá en el Edificio Elcano y, su gran éxito, el Puesto de Los Monos en la avenida de la Palmera, un edificio que alquiló en 1963. Este último local era una venta a las afueras de Sevilla, de sobra conocida por ser el paso de los toros que iban corriendo conducidos por cabestros y garrochistas hasta la Maestranza para ser lidiados.
El Puesto de los Monos tomó su nombre de los macacos que merodeaban el local, entrando y saliendo del
mismo a su antojo. Pilar García solía contar que los simios llegaron en un buque desde Gibraltar y no pudo perderlos de vista durante mucho tiempo a pesar de que advirtió a los propietarios del local que debían irse. La hostelera renombró el establecimiento como Restaurante Los Monos, pero la costumbre popular se impuso y se le ha seguido llamando el Puesto de Los Monos.
Distinciones
Ya remozado el local, ‘doña Pilar’, como así se le conocía, cambió el negocio por completo para convertirlo en un moderno bar-cafetería, además de restaurante, especializado en comidas de empresas, bodas y todo tipo de celebraciones, que ha llegado hasta nuestros días. El buen servicio de esta embajadora de la cocina andaluza le valió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo y numerosas distinciones, convirtiéndose en un referente en el sector y en la presidenta de honor de este gremio.
Pilar García falleció en 2013 en Sevilla cuando tenía 107 años. Muchos antes había cogido el testigo su hijo Rafael Juliá, quien fue futbolista profesional pero que había trabajado en el negocio familiar desde los 12 años. Rafael Juliá terminó convirtiéndose en el restaurador más importante de Sevilla durante décadas y padre de hosteleros sevillanos.
El catering Juliá vivió quizá uno de sus momentos cumbres cuando sirvió con brillantez en 1995 el banquete de boda de la Infanta Elena, con 1.300 invitados de 39 casas reales. La empresa llegó a servir hasta once banquetes en un mismo día, uno de ellos con más de 2.500 comensales, pudiendo presumir de haber servicio desde la reina de Inglaterra a los reyes Hussein y Noor de Jordania.
Lugar de bodas, bautizos y comuniones de varias generaciones de sevillanos, fue inaugurado en 1963 por Pilar García, figura clave en la saga de los Juliá
El inmueble, que está en desuso desde 2015, será demolido para acoger viviendas de lujo en la milla de oro de Sevilla