Un apasionado defensor de Ucrania que pidió a Irán que matara al expresidente
▸ Ryan Wesley Routh, de 58 años, tiene un nutrido historial de denuncias y condenas
Ryan Wesley Routh, de 58 años, detenido en Florida por el último intento de asesinato contra Donald Trump, solía contar que llegó hasta Polonia con la intención de unirse a las fuerzas que luchaban en Ucrania en la defensa ante Rusia, pero que por su edad y su falta de experiencia, fue rechazado. Eso lo relató en un libro que se autopublicó el año pasado, en el que detalla sus esfuerzos por apoyar a Ucrania en la guerra contra Rusia. En las 291 páginas de ese libro, expresa su desencanto con el conflicto, que considera imposible de ganar en las actuales circunstancias.
El libro también aborda la situación en Afganistán y Taiwán, y llega a proponer que el régimen que controla Irán mate a Trump como una forma de solucionar los problemas de política exterior que aquejan a su país. «Siéntanse libres de matar a Trump», dijo a los ayatolás.
Posteriormente, Routh trató de reclutar voluntarios y construir drones, pero sus intentos fracasaron. Incluso llegó a acampar en las plazas de Kiev para lograr apoyos en sus quijotescos intentos de aportar algo a la guerra, pero finalmente acabó desencantado. «Le di todos mis esfuerzos e ilusión a la defensa de Ucrania, pero me quedé con las manos vacías», dijo en su libro.
Aparte de ese perfil público, el que refleja en esas memorias sin edición alguna, Routh era un viejo conocido de la Justicia, sobre todo en el estado de Carolina del Norte. Acumulaba más de una decena de detenciones, multas y condenas por fraudes y deudas por miles de dólares. En una ocasión, se atrincheró en una tienda cuando la Policía quería detenerle, y en otra fue condenado por poseer un arma de grado militar, una ametralladora.
Aun con ese historial, Routh, que decía vivir ahora en Hawái, pudo hacerse con un fusil estilo AK-47, de gran calibre, y plantarse en el campo de golf de Trump y estar allí durante 12 horas, según muestran los registros de las conexiones a las torretas de telefonía celular. Solo el ojo avizor del Servicio Secreto permitió impedir que disparara a Trump para «quitarlo de en medio», algo que en principio, según sus muchos mensajes en redes y en su libro, era una de sus intenciones. Esa es, ciertamente, una de las hipótesis del FBI, que ahora instruye este caso.