El Gobierno consume ya el 80% de los impuestos que destina a pagar pensiones
▸La Seguridad Social ha gastado 33.602 millones de los 43.463 previstos en el Presupuesto, una inyección que permite al sistema registrar superávit ▸El gasto en jubilaciones ha aumentado más de un 7% en un año y el desembolso en bajas por enfermedad un 18
La caja única se ha convertido en una caja bomba cuya detonación se contiene por el auxilio del Estado, que cada año acude con los impuestos a cubrir los huecos que las cotizaciones sociales no son suficientes para tapar cuando las extras de verano y Navidad que cobran los jubilados provocan unas tensiones de tesorería que es necesario sofocar si se quiere cumplir con el pago puntual de las nóminas.
Como dictan las recomendaciones del Pacto de Toledo, cada año el Gobierno avanza en la separación de fuentes de financiación, de modo que las cotizaciones se destinen sólo a sufragar las pensiones contributivas y la inyección de recursos se ha multiplicado en los últimos años, constituyéndose en la principal fuente de ingresos 166.545 145.173 y en sostén, por tanto, de la escalada del gasto que han provocado en los últimos años las revalorizaciones de la nómina de los mayores y la espiral de bajas por enfermedad. De transferir 19.610 millones en 2019 se ha pasado a los casi 43.500 previstos para este ejercicio, es decir, un aumento del 130%, más que duplicar la aportación.
La ejecución presupuestaria de la Seguridad Social hasta julio refleja que en el último año el desembolso en pensiones ha crecido un 7,3% y un 18% en bajas laborales, partidas desbocadas que hacen que cada ejercicio sean precisos más recursos del Presupuesto para poder afrontar puntualmente los pagos, evolución que no ha sido capaz de invertir la reforma que realizó el hoy gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá.
Así, en lo que va de ejercicio el Gobierno ya ha consumido casi el 80% de los impuestos que se fijaron para trans184.202 180.855 ferir en este 2024 a la Seguridad Social. La presión de los ‘boomers’, que ya han comenzado a aterrizar en el sistema y las bajas por enfermedad descontroladas aventuran que las dos partidas seguirá caminando al alza en los próximos ejercicios presionando todavía más si cabe las cuentas del sistema, que hoy suma una deuda superior a los 116.000 millones, un 9,5% más que hace un año.
Llegados a este punto es preciso preguntarse: ¿Habrá dinero suficiente en caja? Concretamente, de los 43.463 millones de transferencia procedente del Presupuesto de los que dispondrá la Seguridad Social este ejercicio se habían consumido ya 33.602 millones a cierre de julio, el 77% exactamente. Y con este escenario financiero, cabe cuestionarse si la evolución de las principales partidas de gasto permitirán dar una cobertura completa sin que se resienta el balance final de las cuentas más de lo que ya lo hace en términos contributivos, dado que las cuotas cubren sólo cerca del 70% de los gastos totales.
Además de la transferencia corriente, el presupuesto del organismo encargado de pagar las más de diez millones de pensiones dispone de un
La deuda del organismo que paga a los jubilados ha superado los 116.000 millones, un 9,5% más que hace un año
préstamo consignado de 10.003 millones. De modo que en términos absolutos, los fondos de la Seguridad Social cuentan con un extra de hasta 53.466 millones de euros. Y ya fue necesario hacer uso de este préstamo en el pasado ejercicio para embridar un saldo negativo de 8.600 millones declarado de forma oficial a cierre de 2023 -contabilizando la totalidad de las vías extraordinarias de financiación-. Saldo, que incluso podría rebasar los 10.000 millones en ejecución definitiva una vez descontado el flujo de ingresos del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI). Todo ello, pese a haberse incluido en el mix de ingresos del pasado año 20.000 millones de gastos impropios y 7.100 millones para complementos a mínimos. Con este montante deberá el Ejecutivo lidiar con los principales catalizadores de gasto.
Financiación extra
El investigador de Fedea y profesor de economía aplicada en la URJC, Miguel Ángel García, piensa que casi seguro será necesario disponer de la totalidad de la financiación extra procedente de los ingresos tributarios. Ahora bien, teniendo en cuenta que de los ingresos por cotizaciones sociales -que crecen un 7,5%, lo que daría margen al sistema para cubrir junto a transferencias y préstamos la cobertura al gasto anual por derechos reconocidoshabría que descontar los recibidos a través del MEI dado que estos son finalistas y deben ser ingresados por ley en la ‘hucha’ de las pensiones, el crecimiento ‘real’ de los ingresos sería del 6,9% (92.680 millones hasta julio).
Aquí, incluyendo la totalidad de los gastos contributivos, señala el experto de Fedea, sobre las cifras preliminares de julio -y con la incertidumbre de la evolución del gasto en incapacidad temporal y de las pensiones, cuyo coste crece el doble que la revalorización efectuada (+3,8%)-, el sistema podría entrar en déficit incluso con el uso de los 10.003 millones del préstamo extraordinario. No serían suficiente ni