El color de Manolo Franco
▸La leyenda viva de la guitarra flamenca deslumbró en el Espacio Turina dentro de la XXIII Bienal de Flamenco
En la intimidad del Espacio Turina, la XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla se abrió paso para recibir a uno de los grandes maestros de la guitarra flamenca: Manolo Franco. Bajo el título ‘El color de mi sonido’, Franco desplegó un recital de sublime maestría, un viaje que reivindicó el esplendor de la escuela sevillana del toque.
La espera fue amenizada con la rondeña ‘Camarón’ de Paco de Lucía, sintonía de la bienal, y con el último compás el guitarrista se presentó sobre el escenario con tan solo su fiel compañera, pero no hacía falta más. El concierto fue un viaje por minera, soleá, alegrías, guajiras, un continuo cambio de palos que aportaba gran dinamismo a la noche.
Maestro de la guitarra
La complicidad entre los músicos que le acompañaban también fue clave para la magia de la noche. Las voces de Mercedes Abenza, Isa Durán y Churumbaque, el baile de Rafael del Pino ‘Keko’, junto con la percusión precisa y envolvente de Agustín Henke y el apoyo de Miguel Ángel Laguna a la guitarra contribuyeron a redondear un espectáculo donde cada pieza encajó en un todo armónico.
Cada estilo, cada palo flamenco, encontró aquí un espacio para brillar de nuevo, recordando que la guitarra del
sevillano no solo es un instrumento, sino una prolongación de su personalidad, capaz de conjurar una paleta de colores que evocan lo más profundo de la esencia flamenca.
Al concluir, los aplausos largos y sostenidos del público no dejaron lugar a dudas: el sevillano sigue siendo una de las grandes figuras de la guitarra flamenca, no sólo por su habilidad técnica y su virtuosismo, sino por su capacidad para crear un imaginario estético y emocional. Este concierto, además de significar su regreso a la Bienal, fue un testimonio de la evolución de un artista que, sin olvidar su tradición, sigue explorando nuevos caminos en el arte de la guitarra. Manolo Franco no solo revalida su lugar en la historia del flamenco, sino que sigue marcando el compás para las generaciones futuras.
El sevillano sigue siendo una de las grandes figuras de la guitarra flamenca, no sólo por su habilidad técnica y su virtuosismo