Moncloa maniobra para ganar tiempo y buscar alternativas a la opa a Talgo
▸Aplaza tres meses más, hasta octubre, la decisión de rechazar o dar el OK a la oferta de los húngaros de Magyar ▸El fabricante de trenes español rechaza la propuesta de fusión de Skoda
Más piedras en el camino por parte del Gobierno en el devenir de la oferta pública de acciones de Magyar Vagon sobre Talgo. Y es que, según ha podido saber ABC, Moncloa ha vuelto a posponer ahora, y de momento, hasta octubre, la fecha para dar su consentimiento o rechazar la opa de los húngaros sobre el fabricante de trenes español, presentada oficialmente hace casi ya cuatro meses a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), y solicitada el 22 de marzo a la Dirección General de Comercio Internacional e Inversiones, dependiente del Ministerio de Economía.
Una respuesta esperada por los húngaros que ha ido posponiéndose legalmente cada vez que Economía requería información al consorcio magiar para saber más sobre la operación, sobre la propia compañía o sobre los planes de futuro para Talgo en el caso de que se le diera el OK.
Y es que hasta en cuatro ocasiones Economía ha requerido información a Magyar: el pasado 1 de abril, por primera vez, contestado por los húngaros diez días después; el 20 de mayo, en su segunda ocasión, con respuesta tras 16 días; el 12 de junio, y respondiendo pasados nueve días; y, por último, el 25 de junio, con lo que el Ejecutivo conseguía alargar los plazos para dar una respuesta, sea positiva o negativa, lo que en paralelo le ha permitido ganar tiempo en su búsqueda de un socio «adecuado» para Talgo siempre según los intereses para Moncloa.
Límite anterior: 10 de agosto
Desde el comienzo del expediente de la operación, la resolución debía haberse hecho pública como muy tarde el próximo 10 de agosto. Pero, precisamente, con ese objetivo de ganar tiempo para «convencer» a algún otro posible candidato –o retomar las negociaciones con los que ya están sobre la mesa, como con Criteria– para lanzar una contraopa, el Gobierno pidió el cuarto y último requerimiento de información el 25 de junio, que fue respondido por la húngara el 3 de julio, nueve días después.
Así, y según lo dispuesto en el artículo 14.9 del Real Decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores, el plazo máximo para resolver la solicitud y notificarla al interesado es de tres meses, por lo que el Ejecutivo vuelve a ampliar el plazo al menos tres meses más, en este caso, pues, hasta el 1 de octubre, para decidir si aprueba o no la opa.
De hecho, la Junta de Inversiones Exteriores ( Jinvex), el órgano colegiado participado por diferentes ministerios y suscrito a la Secretaría de Estado de Comercio del Ministerio de Economía, comunicó por sorpresa, el pasado viernes 26 de julio, a la dirección de Ganz-Mavag la imposibilidad de presentar el análisis de la operación en el tiempo marcado por la ley, por lo que se aplazaba de nuevo la decisión, para «solicitar informes preceptivos a un órgano de la misma o distinta Administración».
El comunicado, al que ha tenido acceso este periódico, coincidió en el tiempo con el anuncio de la checa Skoda sobre sus intenciones de frenar la oferta húngara mediante una propuesta de fusión de actividades industriales el pasado 26 de julio.
Entonces, desde el entorno de la dirección de Magyar Vagon, muy tranquilos ante este último movimiento, que muchos relacionan con el ministro de Transportes, Óscar Puente, explicaron que no es posible llevar a cabo una fusión cuando existe una opa en marcha, y que esta solo puede ser rebatida por una contraopa.
Una afirmación que fuentes jurídicas del Gobierno desterraron ya que, explican, «que un tercero presente una oferta de fusión después del anuncio de una opa es perfectamente posible, pero solo puede hacerlo la Junta General de Accionistas. Lo único expresamente prohibido es que esa operación sea promovida por los administradores de la opada (Talgo) sin obtener la autorización previa de la Junta General. Y eso no está ocurriendo».
Sin embargo, sobre la legitimidad de la propuesta y si incumple o no la de ley de opas, fuentes de la CNMV afirmaron entonces a ABC que todavía no habían analizado el contenido de la carta que envió Skoda comunicando su interés por Talgo y se remitieron al pronunciamiento realizado recientemente por el regulador de que, si la checa quiere tomar el control de Talgo, debe mejorar la oferta actual de 5 euros por acción lanzada por Magyar.
Los húngaros, sorprendidos
Desde el consorcio húngaro aseguraron ayer a este periódico que «lamentamos que de nuevo la decisión del Gobierno sobre la operación lanzada se vuelva a dilatar en el tiempo, especialmente por Talgo, que es quien realmente sufre la situación cada día que pasa», pues ellos mismos han afirmado que necesitan cuanto antes un socio industrial que les acompañe desde ya mismo. Estas mismas fuentes además desmintieron que el consorcio húngaro fuera a judicializar ya la operación, algo que «solo ocurriría, en cualquier caso, si no hay respuesta (silencio administrativo) del Gobierno o esta es negativa».
Mientras, ayer mismo, el consejo de administración de Talgo comunicó a Skoda que no tiene interés en la propuesta de fusión lanzada por la checa la semana pasada. En una carta firmada por el presidente del fabricante de trenes español, Carlos de Palacio, la compañía dijo no estar interesada en explorar alternativas a una opa «que garantice los recursos financieros e industriales que permitirán a Talgo hacer frente a sus desafíos presentes y futuros». Es decir, que no estudiarán ninguna proposición a una opa que mejore a la que tiene actualmente en estudio por parte del Gobierno, la del consorcio húngaro, como indica en la misma misiva remitida a la CNMV, informa Antonio Ramírez.
Además, Talgo presentó sus resultados del primer semestre del año, con un beneficio neto de 14,6 millones de euros, el doble que en el mismo periodo de 2023, gracias al ascenso del 20% de los ingresos hasta los 346,1 millones por el volumen de pedidos récord que tiene en cartera. Los principales contribuyentes a la facturación de la compañía fueron los proyectos de DB (Alemania), DSB (Dinamarca) y las cabezas motrices de Renfe (España).