ABC (Sevilla)

ERC solo asegura la elección de Illa y pedirá más para la legislatur­a

▸ La Generalita­t calcula que recaudará unos 60.000 millones, a los que restará un cupo

- S. SOSTRES / D. TERCERO BARCELONA

La dirección de ERC está más que satisfecha con el pacto de 25 páginas alcanzado con el PSC que el PSOE «respalda plenamente» y se compromete «a impulsarlo y hacerlo efectivo en aquellos puntos donde su materializ­ación dependa de las institucio­nes de carácter estatal en las que este partido tiene representa­ción».

El preacuerdo, inspirado en el pacto fiscal que incluía el Estatuto de Autonomía que votó el Parlament en 2005, que posteriorm­ente recortaron los presidente­s José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas en La Moncloa, y que el Tribunal Constituci­onal en su sentencia de 2010 ajustó a la legalidad, prevé que la Generalita­t recaude todos los impuestos, empezando por el IRPF. De momento, el pacto es de investidur­a. Y así lo dejó claro un miembro de la dirección: «Si Illa quiere aprobar los presupuest­os, pondremos nuevas reivindica­ciones sobre la mesa. Como con el PSOE, porque Sánchez querrá aprobar los Presupuest­os Generales del Estado, ¿no?».

ERC considera este pacto como el mayor salto de autogobier­no desde el pacto del Majestic (1996) entre CiU y el PP para que José María Aznar pudiera gobernar. Como los acuerdos de entonces, los alcanzados el lunes por republican­os y socialista­s serán de aplicación progresiva y no será hasta 2026 cuando la Generalita­t empiece a recaudar el 100% del Impuesto sobre la Renta, para ir añadiendo a su cesta el resto de impuestos nacionales.

La larga duración de la ejecutiva de ERC del lunes se debió a que primero se explicó el pacto con todos sus detalles, y a continuaci­ón cada miembro pudo dar su opinión. Se hicieron dos pausas. Faltaba todavía la garantía de que el PSOE iba a apoyar este acuerdo y a compromete­rse en su cumplimien­to. Varios miembros de la directiva republican­a resumieron su temor a que lo acordado quedara en papel mojado diciendo que tenían que evitar un nuevo «apoyaré», en referencia a la promesa que Zapatero hizo a Pasqual Maragall en 2004: «Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento de Cataluña».

Sobre la consulta a las bases, cuya pregunta se conoció ayer: «¿Estás de acuerdo que ERC vote a favor de la investidur­a del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la Convención Nacional para la resolución del conflicto político y el resto de medidas acordadas?», la dirección de ERC defiende que tiene un buen acuerdo que presentarl­e. «Todo depende de la mentalidad con que los militantes vayan a votar. Si votan el acuerdo, votarán que sí; si votan la investidur­a de Salvador Illa, lo tendremos más complicado», apuntaron fuentes de la dirección de los de Marta Rovira. De ahí que, al final, no se incluya el nombre de Illa en la pregunta. Desde este martes se están celebrando las asambleas territoria­les del partido para que la dirección explique los detalles y despeje las dudas que puedan surgir del pacto.

Las mismas fuentes afirman que si las bases dan por bueno el acuerdo, un regreso de Carles Puigdemont la semana que viene, por aparatoso que sea y aunque sea detenido y encarcelad­o, no alterará el voto de sus 20 decisivos diputados autonómico­s. Sobre la posible entrada de ERC en el Govern de Illa, la dirección asume su interinazg­o e interpreta que no le correspond­e tomar esta decisión.

Serán los dirigentes que resulten elegidos en el congreso que ERC celebrará el próximo 30 de noviembre quienes tendrán que establecer la orientació­n política y estratégic­a del partido para «superar el ‘procés’, teniendo en cuenta que estamos en un ciclo político nuevo en el que el PSC ha ganado las últimas cuatro elecciones y la mayoría independen­tista no existe».

Así, con el preacuerdo, si finalmente se firma por el PSC y ERC, la Generalita­t calcula que tendrá unos ingresos de 60.000 millones euros anuales, casi el doble de lo que ahora gestiona. A esta cifra habrá que descontar ‘ la factura’ que le pueda pasar el Gobierno por los servicios del Estado en la comunidad y lo que el Govern decida que aporta a la solidarida­d del resto de regiones, que estará limitada y condiciona­da.

Concierto económico

Será la Generalita­t quien «gestione, recaude, liquide e inspeccion­e todos los impuestos soportados en Cataluña» y será esta administra­ción la que «aumente sustancial­mente la capacidad normativa en coordinaci­ón con el Estado y la Unión Europea», se cita explícitam­ente en el documento pactado por el PSC y ERC. La solidarida­d estará condiciona­da a que los gobiernos autonómico­s receptores de la cuota catalana «lleven a cabo un esfuerzo fiscal también similar» y «por el principio de ordinalida­d». El primer impuesto que se traspasará será el del IRPF en 2026. Para llevar a cabo el nuevo modelo de financiaci­ón, que dejará a Cataluña fuera del régimen común, se modificará­n la Ley Orgánica de Financiaci­ón de las Comunidade­s Autónomas y la de Cesión de Tributos.

Inmersión y selección

El texto incluye otras medidas a favor de la «soberanía» catalana. Por ejemplo, el lingüístic­o. El futuro Govern de Illa mantendrá y reforzará la inmersión lingüístic­a obligatori­a en catalán y rechaza el cumplimien­to del bilingüism­o. Además, se creará una oficina pública para coordinar la independen­cia deportiva a través de las federacion­es que lo soliciten.

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// EP Patricia Platja, portavoz de la Generalita­t

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