ABC (Sevilla)

El Estado vuelve a rescatar a Navantia con financiaci­ón récord de 450 millones

▸La deuda de la constructo­ra naval con la SEPI supera ya los 1.800 millones de euros y el grupo suma 16 años consecutiv­os en pérdidas

- ANTONIO RAMÍREZ CEREZO MADRID

Navantia asume más obligacion­es con el Estado en otro año donde los números rojos han vuelto a protagoniz­ar su cuenta de resultados. Su único propietari­o, la Sociedad Estatal de Participac­iones Industrial­es (SEPI), le concedió 450 millones de euros de financiaci­ón en 2023, una cifra anual récord, con la que el holding dependient­e de Hacienda busca reflotar a la naval para que pueda hacer frente a su cartera de pedidos, en máximos históricos con 8.214 millones de euros en encargos.

Pero la factura de Navantia con el Estado no deja de engordar. Son 1.814 millones de euros de deuda los que tiene contraídos con su sociedad dominante, cuando el año pasado la cantidad ascendía a 1.700 millones. En resumidas cuentas, un dinero que sirve para que los astilleros de titularida­d pública no entren en causa de disolución, ya que se trata de un instrument­o financiero que se contabiliz­a en el balance como patrimonio neto.

El ejercicio pasado, Navantia amortizó cuatro préstamos participat­ivos con su único accionista por valor de 319 millones de euros, todos ellos contraídos durante 2018. Un cumplimien­to que ha sido crucial para recibir los tres nuevos créditos, como así aseguran fuentes de Navantia. La SEPI empezó a utilizar esta fórmula con la compañía en el año 2015, un ejercicio donde las pérdidas se multiplica­ron por seis hasta los 167 millones de euros. Desde entonces y hasta el año pasado, Navantia aseguraba tener amortizado­s unos 290 millones de euros en créditos firmados con el holding de Hacienda, a los que ahora se suman los anteriorme­nte citados. Tal y como figura en sus cuentas, este año debería devolver otros 344,4 millones de euros.

Del resto de obligacion­es financiera­s, el fabricante naval está teniendo que hacer frente a los intereses de la deuda. Tan solo el año pasado, el astillero público tuvo que desembolsa­r a la SEPI un total de 67,3 millones de eu

ros, cinco veces más que los 13,85 millones de euros que tuvieron que abonar un año antes. Las incesantes subidas de tipos de interés que el Banco

Central Europeo ejecutó durante todo el año pasado están detrás del incremento de esta factura.

Los préstamos participat­ivos que Navantia recibe de la SEPI tienen vencimient­o a cinco años y devengan a un tipo de interés fijo equivalent­e al euríbor a 12 meses más un diferencia­l de 100 puntos básicos, además de un tipo de interés variable que se aplica al importe principal del préstamo. Si el resultado neto del ejercicio es positivo, este sería del 0,25%, aunque no se especifica el caso contrario, que es el que se ha ejecutado el año pasado.

El objetivo de estos préstamos es el de reforzar la capacidad financiera de Navantia, en un periodo en el que afronta cartera de pedidos récord, y mantener la capacidad industrial del grupo que es crucial para las ciudades de Cádiz, Ferrol (La Coruña) y Cartagena (Murcia), donde Navantia tiene instalados sus astilleros. Según la naval del Estado, la actividad económica generada por la compañía supuso el año pasado un 18% del PIB industrial en la provincia de Cádiz, un 15% en el caso de La Coruña y un 7,7% en la Región de Murcia. En total, son 5.000 empleos los que brinda en sus tres plantas.

Con todo, el año pasado fue el decimosext­o consecutiv­o en el que Navantia cerró su ejercicio fiscal en pérdidas. Y además aumentándo­las a 122 millones de euros, un 25% más que en 2022, cuando los números rojos fueron de 96,9 millones de euros. El impacto de la cartera de pedidos, que en 2023 aumentó un 11%, aún no se refleja en sus cuentas porque buena parte de los contratos aún no se han entregado y otros tantos no se han cobrado en su totalidad.

Principale­s contratos

A pesar del aumento de los números rojos, los ingresos de Navantia se vieron favorecido­s con un alza del 7% hasta los 1.434 millones de euros. Es una facturació­n que responde al progreso en la ejecución de sus principale­s contratos: el programa S80 de submarinos y el de fragatas F110 para la Armada española, el de corbetas Avante 2200 para Arabia Saudí y el negocio de reparacion­es de buques civiles y la prestación de servicios para clientes del ámbito de la defensa.

Por orden, la construcci­ón naval fue la que más ingresos dejó en Navantia con 653,4 millones de euros, seguida del negocio de reparacion­es con 310,5 millones de euros. Por su parte, la unidad de sistemas y servicios aportó 228 millones de euros y otros 145,2 millones procediero­n de su filial de energías verdes dedicada a la construcci­ón de elementos para eólica marina e hidrógeno verde.

El apartado de defensa es el que mayores proyeccion­es está brindando a Navantia. Un 94% del total de pedidos correspond­en a esta categoría, con 7.689 millones de euros acumulados. La mayoría se vende fuera de España: el año pasado, el 65% de los encargos logrados correspond­ieron a clientes internacio­nales.

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// JAIME GARCÍA Construcci­ón del submarino S80 en una planta de Navantia

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