Robador de julio
LAPISABIÉN
Se nos está yendo un mes precioso para cabrear a Picardo
Me han robado el mes de julio como me quitaron los volubles dioses a mi padre, como perdí el pelo. Era el mes de la holganza, y hoy estamos empantanados, en el laberinto, y con una sensación a secuestro masivo que tira para atrás. Ya no hay quien le grite a los micrófonos de los cándidos becarios con pañuelico sanferminero lo de «que te vote Txapote» para colapso de Silvia Itxaurrondo, azafata de ese ‘Un, Dos, Tres’ ideológico que se ha ido montando. Parece que hubiera pasado un milenio de aquellos días cachondos, de aquel otro 15-M con menos circunloquios y más jarana y más cabreo del verdadero. La rima era de las que llegaban, como lo Gloria Fuertes con su zoología ripiosa.
España, con los trenes que alejan el paraíso porque Óscar Puente está a otras cosas más importantes con el telefonito, anda este julio con pachorra, bulimia, y sudorcillo en la entrepierna que quizá sea una manifestación parasimpática de ese lugar anatómico. Los ‘X niños de Écija’ de los ERE lucen ahora altivos, respetables, con no sé qué ropajes del Rey Sol a la altura de Sevilla y pidiendo como una genuflexión popular de la tierra entera de María Santísima. «Qué bueno es Pepe Griñan», y así funciona todo. Nadie hace huelga de hambre por ahí abajo, nadie grita y yo me conozco a mis clásicos. Porque tuve que mamar, que dicen en Cádiz, como todo crío al otro lado de Despeñaperros. Donde los coches oficiales llevaban y traían a señoritos con carné en un no parar. Una fiesta eterna.
Se nos está yendo un mes precioso, una oportunidad para cabrear bien a Picardo, que sabe gramática parda y otras ciencias poco edificantes. Se va otra oportunidad para otra España de los balcones. La cuestión es que hemos interiorizado en estas fechas a Puigdemont y al lumpen, aunque su reino con tractor no es de este mundo, y va a ser él el que decida por videollamada si los abuelos de Murcia se quedan sin futuro.
Qué otros julios pasamos. Algunos de lágrimas en Érmua, otros con una vaquilla de verdad en ‘Grand Prix’. Mes de moscas en Moncloa. De solanera en las fincas de La Mancha.