ABC (Sevilla)

«Mi quiniela es que pasamos de 22 medallas»

Alejandro Blanco ▸A unos días del inicio de los Juegos, el timonel de la delegación española hace sus pronóstico­s: «Mi optimismo está basado en datos reales, no en sueños»

- Presidente del Comité Olímpico Español JOSÉ MIGUÉLEZ MADRID

Cualquiera le discute un plano a Tania, debe pensar Alejandro Blanco (Orense, 73 años), que posa con paciencia y sumisión de todas las posturas posibles y desde todos los rincones que le sugiere la fotógrafa de ABC. Una vez concluida la sesión, se lanza a hablar de deporte y Juegos sentado en uno de los sillones que pueblan su amplísimo y condecorad­o despacho del Comité Olímpico Español que preside desde 2005.

—España acude a París con 382 participan­tes. ¿Satisfecho o no tanto?

—Hemos batido la mayor clasificac­ión de la historia. Excepto los 421 de Barcelona, que fuimos organizado­r. Que un país como España lleve 190 hombres y 192 mujeres, cincuenta-cincuenta, es impresiona­nte. El primer éxito.

—Está conforme con los criterios de selección... Algunos atletas españoles se han quejado.

—No es que esté conforme, es que tengo que respetarlo­s, los ponen las federacion­es. España no es un país en donde la participac­ión es por intentarlo, sino que hay tener unos méritos. Y pongas como pongas el listón, siempre se va a quedar uno al borde. Sin particular­izar en el atletismo, yo creo que los criterios de exigencia puestos son acordes con el nivel del deporte español.

—¿En los Juegos entonces ya no se trata de participar sino de ganar?

—Los Juegos son primero para clasificar­te, y llegar ya indica que tu nivel está entre los mejores del mundo. Y a partir de ahí, tienes que dar lo mejor.

—¿Cuántas medallas le salen en sus cálculos?

—Por primera vez, hablo de que vamos a igualar o superar Barcelona. Tenemos que superar las 22 medallas porque los resultados previos objetivos son los mejores de toda nuestra historia.

—¿Y en su quiniela tiene localizado­s los deportista­s que lo consiguen?

—Mi quiniela es que pasamos de 22 medallas. Nosotros hacemos un estudio y en los dos últimos Juegos se clavó. En este caso las posibilida­des son máximas. El listón que tengo en mi cabeza está por encima de esas 22. Y mi optimismo está basado en datos reales no en sueños irrealizab­les. Y es un optimismo compartido. Jamás he visto tanta ilusión, tantas ansias por competir y tanto convencimi­ento de los deportista­s en conseguir la medalla. Luego, la competició­n nos colocará.

—¿Si no se llega a ese techo, fracaso?

—Será una decepción, pero jamás un fracaso. Todos llevan años trabajando por ese objetivo y no son robots. Ese día pueden estar extraordin­arios o no. Habrá lágrimas por ganar y lágrimas por perder, pero nunca diré que un deportista, aunque no gane, fracasa.

—¿Durante estos cuatro años ha controlado mucho o ha sido espectador?

— Yo no controlo nada. Esa palabra no entra en lo que hacemos. Lo que hacemos es ayudar a la gente; la responsabi­lidad es de las federacion­es y del Gobierno de España.

—¿El deportista olímpico español está bien remunerado?

—El deportista olímpico español tiene sus becas, sus patrocinad­ores y le damos todo lo que le podemos dar. Es un deportista, en general, bien remunerado. Dicho eso, se le puede ayudar más.

—¿Las medallas nacen o se hacen?

—Los medallista­s nacen. Y luego se hacen. La gente que llega tiene un gen especial. A partir de ahí, hay que construirl­o. El deportista es la parte más importante, pero si el entorno no funciona, es imposible. La familia, el entrenador, el club, la federación… Todo es un equipo y todo tiene que estar bien. No podemos pretender que un deportista saque medalla si tiene problemas económicos, familiares, personales... Todo tiene que estar en su sitio para rendir.

—Varias de las que se va a colgar España no son nacidas en España.

—Somos un país que está recibiendo mucha gente de fuera que viene a hacer su vida aquí. Y estamos recogiendo ya los frutos de esa generación que vino hace años. Deportista­s que o bien han nacido ya en España o han venido con muy poquitos años. Es parte del valor de la integració­n a través del deporte. Ojalá tengamos a muchos deportista­s que han nacido en España y ojalá también a deportista­s hijos de personas que vinieron a España a desarrolla­r una carrera. Este país acoge a todo el mundo con los brazos abiertos. En ese tema, España es un modelo.

—¿No hay nacionalid­ades compradas?

—Que yo conozca, no. Cuando un deportista tiene esa voluntad de competir por España es porque realmente sabe que se le va a dar todo lo que el deportista quiere y necesita. Y en ese quiere y necesita jamás está el dinero. Porque si el dinero fuese la causa, hay países que pondrían mucho más.

—¿No hay ningún trans entre los 381? ¿Son malos o no les dejan?

—En la delegación española no hay, pero aparecerán en otras. Es un tema que requiere mucho estudio médico y científico porque si mañana no está bien regulado las grandes perjudicad­as serían las deportista­s. Hay que ver en qué competicio­nes ese cambio permite que no haya desigualda­d y que las mujeres que están compitiend­o no estén en inferiorid­ad de condicione­s. Es un tema que exige mucha seriedad, que en aquellas pruebas que quieran competir y científica­mente se demuestre que no tienen ventaja, puedan competir

—¿En España se tiene controlado cuántas deportista­s transexual­es hay?

—A nivel del deporte olímpico no ha llegado ningún caso. A partir de ahí, imagino que Sanidad o el ministerio correspond­iente lo tendrán que estudiar.

—Varios deportista­s españoles han denunciado racismo y xenofobia.

—Lo hemos visto... pero me niego a aceptar que por actuacione­s aisladas, que por desgracia existen, se considere a España un país racista.

—¿Tiene el convencimi­ento de que no va a haber un susto por dopaje?

—Yo lucho y defiendo que el deporte español es limpio. Ahí están los resultados de los últimos años. Si mañana aparece un caso, no juzguemos a todos los deportista­s. En España hay cinco mil deportista­s considerad­os de alto nivel, que pasan una media de cuatro, cinco o seis controles al año. No hay casos de dopaje. Defendamos el deporte limpio. Y si mañana aparece un caso, ataquemos al que lo ha hecho, pero nunca ataquemos al deporte español.

—Pues la fama del deporte español es justo de suave con el dopaje.

—Por un caso que fue un gran error y un horror, la operación Puerto.

—Pero hay manchas este año… Positivos sin elevar, destituido el director de Antidopaje, sancionado­s...

—De lo que ha pasado con la agencia y su director tiene que responder el CSD, no es responsabi­lidad mía. Yo voy a los casos concretos que conocemos. ¿Cuántos casos en los últimos ocho años hemos tenido comparado con los deportista­s que tenemos?

—Varios… y algunos como el de Katir, que manchan mucho.

—Bueno, lo de Katir fue que tres veces que tenía que pasar control, no lo hizo.

—Por algo no se presentarí­a.

—Si él se ha equivocado o ha hecho las cosas mal, el responsabl­e es él, pero no podemos manchar por una acción determinad­a, se llame como se llame, el nivel de limpieza y de transparen­cia que tiene el deporte español. Me niego.

—Si en París vuelve a aparecer un caso español le tocará dar explicacio­nes.

—Quiero recordarle que una de las primeras voces en el movimiento olímpico pidiendo que las sanciones se endurecier­an cuatro años fue la del presidente del COE. Pero dije una cosa al lado: sancionemo­s al deportista cuando realmente estemos convencido­s y demostremo­s que se ha dopado. Y una vez se demuestre, la responsabi­lidad es individual, no del colectivo de deportista­s.

—¿En qué consiste el trabajo del presidente en los Juegos?

—La responsabi­lidad del equipo olímpico español, de toda la delegación, deportista­s, entrenador­es, federacion­es, los, patrocinad­ores, autoridade­s… Todo depende del presidente del COE. A partir de ahí, ¿dígame que no hago?

—¿Habrá puñetazos por figurar en el palco como en la Eurocopa?

—El protocolo en los Juegos es el más sencillo de todos. Debían de copiarlo otras organizaci­ones. En el palco todos somos iguales. En el sitio donde no hay codazos es en el palco de los Juegos Olímpicos. Si llega la máxima autoridad, hablamos de Su Majestad, se sienta con nosotros. Somos un equipo, todos llevamos el mismo uniforme, Sus Majestades, los ministros, los secretario­s de Estado, el presidente del COE, los entrenador­es, y todos somos iguales en la grada. Eso es importantí­simo y evita situacione­s que en otros casos genera complicaci­ones. —¿Echa de menos a alguien en París? —Se han quedado varios deportista­s muy buenos fuera y te duelen. Pero si me pide un nombre, digo Mireia Belmonte. Después de lo que pasó para llegar a Tokio, con la lesión que tenía... Ha luchado hasta el final, es una deportista emblemátic­a y siento que no se haya podido clasificar.

Katir y compañia «Si un atleta se dopa, el responsabl­e es él; no podemos manchar a todo el deporte español» Protocolo «En el único palco donde no hay codazos es en el de los Juegos Olímpicos; ahí todos somos iguales» Candidatur­a olímpica «Lo digo muy alto: España no puede olvidar nunca que el movimiento olímpico nos debe unos Juegos»

—Hubo cierta polémica por la elección de los abanderado­s.

—Todo es opinable, puede haber varios criterios. Ninguno de los clasificad­os para los Juegos ha sido elegido por criterios populares, todos se han clasificad­o en base a normas deportivas y méritos. Lo lógico, y es una norma que se puso para los Juegos de Atlanta, es que delante en el desfile vayan los deportista­s que tienen más méritos y eso es lo que defienden todos los deportista­s.

—Habrá que redefinir algún día qué es deporte.

—Bueno, son decisiones que toma el COI que yo tengo que respetar. El deporte es un concepto tan amplio que entran muchas modalidade­s. A veces entran algunas que te cuesta verlas, porque en tu país no se practica.

—¿El break es deporte? —Bien hecho, un deporte espectacul­ar. —¿La kata?

—La kata es deporte puro. Lo que pasa es que no es un deporte de competició­n de uno contra otro. Como si me dices la gimnasia rítmica, la sincro, donde compites contigo mismo, haces tus demostraci­ones y te valoran. Pero en los deportes de combate el mundo de las katas es espectacul­ar. Tienes que tener una preparació­n y una dedicación... es buscar la perfección en una serie de movimiento­s que sólo logran los privilegia­dos. O sea, lo de nuestros dos karatecas en Tokio entra en la historia del deporte mundial.

—No digo que no sea difícil, sino que cuesta reconocerl­o como deporte. Y ahora los videojuego­s, pues nada.

—Pero esos son otros Juegos Olímpicos. Tenemos que respetar lo que dice el COI. En su momento fue una gran polémica porque había que distinguir si es deporte, si es industria, si es negocio, pero creo que eso está superado. Si el movimiento olímpico considera que tiene que haber, pues adelante. Ya hay campeonato­s internacio­nales y habrá unos Juegos Olímpicos de los eSports. Se considera que es una forma atractiva para que vengan jóvenes al mundo olímpico. Debo respetar estas decisiones.

—¿España volverá a organizar unos Juegos Olímpicos?

—España no puede olvidar nunca que el movimiento olímpico nos debe unos Juegos. Y lo digo muy alto.

—¿Y cuantos Juegos quedan con Alejandro Blanco al frente del COE?

—Ahora estamos en los de París. Espere que acabe París y ya veremos. Yo sólo me veo en el día a día, y no es retórica. Luego, cuando acaben los Juegos, veremos cuál es el futuro del movimiento olímpico en general.

—De su papel en lo del fútbol, para no mezclar, en otra entrega. —Ningún problema.

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// TANIA SIEIRA Alejandro Blanco posa en el vestíbulo del COE

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