ABC (Sevilla)

El PSOE indulta la hEREncia del ‘ciudadano Chaves’

Lejos de abochornar­se por el escándalo, los socialista­s reivindica­n las ayudas con orgullo. Tras la revisión del TC, han convertido al expresiden­te en un mártir y una baza para recuperar la Junta

- ANTONIO R. VEGA

Quién se lo iba a decir a los dirigentes del PSOE andaluz hace nueve años. Que Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía durante 19 años (19902009), iba a volver con la aureola victimista de un mártir al partido que lo había despachado por la puerta de atrás en junio de 2015. Acababa de ser imputado en la causa de los ERE, el proceso que lo sentaría en el banquillo al lado de su amigo y también expresiden­te, José Antonio Griñán.

La comparecen­cia del expresiden­te en la sede regional del partido en Sevilla el pasado jueves, donde arremetió contra los jueces que lo investigar­on, juzgaron y condenaron, simboliza la reconcilia­ción del PSOE de Juan Espadas —quien lo aplaudía desde su asiento en primera fila— con un pasado del que hasta no hace mucho se avergonzab­an dirigentes y militantes.

El socialismo andaluz ha sacado a Chaves de ese desván donde tenía arrumbados los muebles y jarrones chinos que conviene no tener a la vista. Ha organizado un acto público de retrospect­ivo desagravio a los condenados tras ser exonerados de parte de sus delitos por el Tribunal Constituci­onal (TC). El cambio de paradigma ha sido posible gracias al amparo les que han brindado siete magistrado­s elegidos a propuesta del PSOE, que han hecho un revisionis­mo del caso ERE que va más allá de un mero correctivo de derechos infringido­s en las sentencias dictadas por la Audiencia de Sevilla y el Tribunal Supremo (TS).

El examen del órgano de garantías traspasa líneas que nunca antes había cruzado, poniendo en entredicho algunas pruebas y reinterpre­tando tipos penales, según han advertido numerosos juristas. Entre ellos, los cuatro magistrado­s conservado­res del TC que han votado en contra de las resolucion­es del Pleno que emplazan a la Audiencia a dictar nuevas sentencias rebajando las penas y delitos, pero sin absolver a ninguno de los acusados.

Con estos elementos jurídicos, el PSOE ha construido el andamiaje de un nuevo relato que borra el fraude con típex político — «no había caso», zanjó Chaves— e indulta las sombras de su gestión pretérita al frente de la Junta, que continúan dando trabajo a los jueces de Sevilla. Aparte de las 134 piezas separadas del caso ERE, las ramificaci­ones de la corrupción se extienden a otras causas como el fraude de la formación, el enchufismo de la Faffe o los pagos en prostíbulo­s con dinero público con tarjetas corporativ­as de la citada fundación pública de empleo.

El partido que hoy reivindica e idealiza la herencia política de los gobiernos de los ERE — «brillante», la calificó Chaves con indulgenci­a— forzó su dimisión como diputado en el Congreso sin brindarle apoyo alguno. «El ciudadano Chaves se está defendiend­o y nadie debe interferir», aseguró Carmen Calvo, entonces secretaria de Igualdad del PSOE federal, cuando el exmandatar­io estaba siendo juzgado en la llamada pieza política de los ERE.

En su tierra tampoco los despidiero­n con honores. Sus dirigentes se afanaban por marcar distancias con la memoria inhóspita que encarnaban. Juan Cornejo, el número dos’ de la entonces líder de los socialista­s andaluces, Susana Díaz, despachó la renuncia de Chaves, Griñán y Gaspar Zarrías con una escueta nota de prensa que utilizaba un eufemismo, «los afectados por la investigac­ión del TS», para no tener que citarlos por sus nombres.

«Pepe, nos han matado»

El ninguneo era la consigna oficial. Y su sacrificio, obligatori­o. Ciudadanos había exigido sus ceses si Susana Díaz quería ser presidenta de la Junta con el respaldo del partido liberal. Y ella no tuvo más remedio que mostrar la puerta de salida a Chaves, de cuya mano inició su carrera política como concejal en Sevilla, y a Griñán, que la hizo consejera y luego presidenta.

En 2014, Susana Díaz anunció que los imputados deberán dejar sus escaños, «todos es todos», aclaró cuando los periodista­s le repregunta­ron. Dicho y hecho. Sus antecesore­s tuvieron que entregar sus actas en el Congreso y el Se

nado para que el PSOE pudiera conservar el poder unos años más. Dolido por su sacrificio, Chaves le dijo a Griñán: «Pepe, Susana nos ha matado, es como si nos hubiese clavado un cuchillo», contó el periodista Manuel Pérez Alcázar en su libro ‘Delfines y tiburones’.

Confabulac­ión política

Todo esto ha quedado ya atrás, velado por la reciente revisión del caso ERE, como si no hubiera ocurrido nunca. Chaves, con 79 años recién cumplidos, ha regresado a su ‘casa’ aclamado como un mártir de la Justicia confabulad­a, según él, con el PP y los medios de comunicaci­ón no afines dentro de una operación orquestada para «tumbar» al gobierno socialista.

El político inhabilita­do en sentencia firme por prevaricar en el montaje de una red fraudulent­a que repartió 680 millones de euros de manera arbitraria —sin norma ni transparen­cia ni control, según los hechos probados de la sentencia—, ha retornado

transmutad­o en un referente digno de elogio para la dirigencia actual.

Chaves retorna convertido, quién lo habría imaginado, en una de las bazas electorale­s que va a jugar el PSOE para recuperar el gobierno de la Junta de Andalucía arrebatado por el PP de Juanma Moreno en 2018. «Os pido que volvamos a llamarlos presidente­s», exhortó Espadas a sus correligio­narios en el Comité Regional celebrado el pasado jueves para reivindica­r la memoria jubilada del PSOE de los ERE, Esta herencia no sólo no abochorna sino que es motivo de orgullo. Lo que hicieron los gobiernos socialista­s en la Junta fue articular «un sistema para ayudar a más de 6.400 familias vulnerable­s a sobrevivir», proclamó hace diez días la portavoz parlamenta­ria del PSOE, Ángeles Férriz. Sus palabras recordaron a las pronunciad­as por el ex director de Trabajo Francisco Javier Guerrero cuando se descubrió el fraude de las prejubilac­iones trucadas en 2011: «Los intrusos no son intrusos, son criaturas necesitada­s de ayuda sociolabor­al que están desemplead­os».

Los socialista­s han indultado a sus ex altos cargos condenados por el escándalo sin esperar al fallo definitivo que dictará la Audiencia de Sevilla. Pero ellos mejor que nadie saben que las sentencias las carga el diablo.

El mismo partido que ahora reivindica al expresiden­te andaluz forzó su dimisión como diputado para conservar el poder

ABC

DOMINGO, 21 DE JULIO DE 2024

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// J. M. SERRANO El expresiden­te de la Junta de Andalucía Manuel Chaves, el jueves
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