La guerra de los chaqués
▸ La procesión del Corpus de 1984, hace cuarenta años, marcó el apogeo de hostilidades en el seno de la corporación municipal en torno a la indumentaria con la que los capitulares debían acudir
La guerra de los chaqués estalló el 21 de junio de 1984, jueves del Corpus Christi, cuando varios concejales sevillanos del PSOE se negaron a acudir a la procesión en protesta por el chaqué que vestían los capitulares del grupo popular. Las primeras escaramuzas fronterizas se habían producido en los palcos de Semana Santa de aquel año, pero finalmente el conflicto detonó la misma mañana del Corpus.
La democracia había llegado al Ayuntamiento de Sevilla en 1979 con las primeras elecciones dignas de tal nombre para elegir a los concejales. En Sevilla, un pacto de izquierdas PSA-PSOE-PCE aupó a la Alcaldía al andalucista Luis Uruñuela. Eran tiempos de cambios.
También en el protocolo. El chaqué, la prenda ceremonial por excelencia para caballero, se asociaba en el imaginario colectivo con el régimen franquista: los ministros juraban el cargo de rodillas ante un crucifijo y los Evangelios rigurosamente vestidos de chaqué; los procuradores en Cortes vestían dicha prenda en cualquier recepción oficial; y, en general, era una especie de uniforme civil para quienes no vestían ni la uniformidad del Ejército o del Movimiento, el partido único franquista.
Los jóvenes concejales elegidos en las urnas querían acabar con esa imagen y acudieron a cuantas procesio
nes se celebraban con traje oscuro, la alternativa que se había marcado al tan denostado chaqué. Tras la mayoría absoluta del PSOE en el Ayuntamiento y la llegada de Manuel del Valle a la Alcaldía, el grupo popular anunció que rescataría del armario la vestimenta prohibida para presidir los palcos durante la Semana Santa de 1984.
Aquella batalla se saldó con una orden de la Alcaldía por la que se privaba a los concejales de Alianza Popular y el PDP democristiano, que todavía no se habían escindido, de la presidencia de la representación municipal al paso de las cofradías por la plaza de San Francisco.
La conflagración estalló el 21 de junio de 1984, hace ahora justo cuarenta años, cuando los concejales de APPDP acudieron a la procesión del Corpus vestidos de chaqué, pasando por encima de la etiqueta de traje oscuro que había impuesto el alcalde Del Valle en las invitaciones a los capitulares. El primer teniente de alcalde, Guillermo Gutiérrez, se rebeló cuando vio aparecer a los del grupo popular con la levita del chaqué y el fajín.
La crónica en ABC de aquel día recogía la rotunda negativa que le espetó al alcalde tras soltar el bastón y quitarse la medalla de capitular: «Yo no voy». A ese gesto siguió una acalorada reunión del grupo socialista en el despacho de la Alcaldía que no trascendió pero a resultas de la cual se quedaron en el Ayuntamiento sin participar en la procesión los concejales Rafael Cerrato, Isidro Rebollo, Jesús , Fermín Caballero y Ana Antúnez además del mencionado primer teniente de alcalde.
La proscripción también pasó de moda y al año siguiente se impuso como norma de etiqueta acudir con dicha prenda a los actos solemnes de la ciudad, como había sido costumbre. Pero la guerra de los chaqués dio mucho que hablar: Burgos le dedicó artículos memorables.
Investidura concejil Seis concejales del PSOE se negaron a ir a la procesión porque los de AP-PDP vestían chaqué