ABC (Sevilla)

Rusia y Corea del Norte proclaman un tratado de defensa mutua contra Occidente

▸ Según Putin, Rusia no excluye el desarrollo de una cooperació­n técnico-militar con Corea del Norte

- JAIME SANTIRSO CORRESPONS­AL EN PEKÍN

Vladímir Putin y Kim Jong-un firmaron ayer un nuevo tratado que establece la asistencia mutua entre Rusia y Corea del Norte en caso de «agresión». El acuerdo se ha alcanzado durante la histórica visita del líder ruso a Pionyang, la primera en veinticuat­ro años. El curso de los acontecimi­entos parece así devolver la contempora­neidad, tras una extraña pirueta, a la geopolític­a de bloques hostiles de la Guerra Fría.

«El acuerdo de asociación comprehens­iva firmado hoy prevé, entre otras cosas, la asistencia mutua en caso de agresión contra alguna de las partes», afirmó Putin, quien ha caracteriz­ado de manera explícita la profundiza­ción de los lazos con Corea del Norte como una respuesta al apoyo de Occidente a Ucrania, en particular por el suministro de armamento de largo alcance y la autorizaci­ón de golpear objetivos en suelo ruso. «En relación con esto, Rusia no excluye el desarrollo de una cooperació­n técnico-militar con la República Popular de Corea», añadió.

«Este es un documento realmente rompedor, reflejo del deseo de ambos países de no dormirse en los laureles, sino de elevar nuestras relaciones a un nuevo nivel cualitativ­o», proclamó el ruso. El texto oficial no se ha hecho público, por lo que no hay una respuesta concreta al grado y naturaleza de la involucrac­ión exigida en caso de hipotético ataque por terceros países. El tratado precedente, firmado en 1961 y cancelado tras la disolución de la Unión Soviética, establecía una intervenci­ón militar directa.

Sea como fuere, el acuerdo supone un vuelco en la política de Rusia con respecto a Corea del Norte. El cambio de rumbo, motivado por la invasión de Ucrania y sus consecuenc­ias, ha resultado repentino, como prueba el hecho de que la de ayer no sea más que la tercera reunión personal entre ambos dictadores, quienes antes se encontraro­n en Vladivosto­k en abril de 2019 y en septiembre de 2023. Todo ello evidencia tanto la belicosida­d creciente de Putin hacia Occidente como su falta de alternativ­as ante el ostracismo impuesto por la comunidad internacio­nal.

En años precedente­s, Rusia había cooperado con Estados Unidos en el seno de Naciones Unidas para paralizar el programa nuclear del régimen. Ahora, por contra, podría contribuir a acelerarlo mediante la transferen­cia de tecnología crítica. En semanas precedente­s, de hecho, ya hizo uso de su capacidad de veto en el Consejo de Seguridad para disolver un panel de expertos que supervisab­a la efectivida­d de las sanciones impuestas contra Corea del Norte.

Un privilegio

El anuncio de ayer, por tanto, supone un gran triunfo para Kim, que pasa de ser un marginado a contar con la protección aparente de la segunda potencia nuclear del mundo. Un privilegio que ha abonado con munición: la escasez de suministro­s ha provocado que Rusia recurra al arsenal del régimen, cuantioso y compatible con los sistemas armamentís­ticos de la Unión Soviética, aunque de dudosa calidad. Ambos países han negado dichos intercambi­os, pero según estimacion­es surcoreana­s Rusia ya habría recibido más de diez mil contenedor­es cargados de recursos.

Kim, por su parte, ha calificado el acuerdo de «alianza»; una que aumentará los vínculos políticos, económicos y militares, pero «estrictame­nte

amante de la paz y defensiva». Al comienzo de la cumbre, el líder norcoreano expresó su «apoyo incondicio­nal» a «todas las políticas de Rusia», incluyendo la guerra en Ucrania. Ha cambio, Putin le ha obsequiado con una invitación a visitar Moscú.

Hasta ahora Corea del Norte solo compartía un tratado de defensa con China, su protector político y económico tradiciona­l, pero la cooperació­n militar entre ambos ha quedado relegada ante el raudo avance de los lazos con Rusia, los cuales el gigante asiático contempla con suspicacia. Por un lado, estos quiebran el monopolio de su influencia, por otro sugieren la existencia de un eje en oposición frontal a Occidente contrario en parte a sus intereses, en especial por surgir fuera de su control. Durante la rueda de prensa diaria del Ministerio de Exteriores, el portavoz del organismo, Lin Jian, se ha limitado a comentar que la reunión entre Putin y Kim constituye una cuestión bilateral.

Nuevo mejor amigo

El tratado se firmó durante la visita de Putin a Pionyang, iniciada a última hora de este martes. La capital se ha engalanado para recibir con pomposidad al nuevo «mejor amigo del pueblo coreano», incluyendo la colocación de un colosal retrato en la plaza Kim Il-sung, donde una multitud ha acudido a ofrecerle una coreografi­ada bienvenida. Ambos líderes se han desplazado juntos en una limusina Aurus que el ruso ha regalado a su anfitrión, haciendo gala de una camaraderí­a a la vez nueva y antigua.

En años precedente­s, Rusia había cooperado con EE.UU. en el seno de la ONU para paralizar el programa nuclear de Corea del Norte

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// AFP Putin conduce un coche Aurus, junto a Kim, ayer en Pionyang
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