ABC (Sevilla)

La nueva mártir del sanchismo

Exconsejer­a andaluza y exministra de Fomento ▸ Fue condenada a nueve años de inhabilita­ción por prevaricac­ión continuada

- J. J. MADUEÑO MÁLAGA

Vestida de azul y en primera fila, Magdalena Álvarez reapareció en un acto del PSOE el pasado 5 de junio. «No me la esperaba. Llevaba años sin verla», señala una fuente socialista a ABC, mientras otro compañero de partido la define como «una señora jubilada». Sin embargo, aquel día se convirtió en un símbolo, en una mártir del sanchismo en su cruzada contra los medios no afines y los jueces. En aquel mitin de exaltación de Begoña Gómez el día después de su citación por juez como investigad­a, Pedro Sánchez ensalzó a la «ministra malagueña» Magdalena Álvarez como una víctima del «asedio vil de la derecha y de la ultraderec­ha». Dos semanas después, el Tribunal Constituci­onal anula sentencia a nueve años de inhabilita­ción por prevaricac­ión continuada dentro de los ERE de Andalucía. Sánchez avanzó lo que iba a venir usando la imagen de Magdalena Álvarez para lavar la suya.

«No soy el único», gritó al público antes de hablar de ‘lawfare’ en el caso de Álvarez, que ha pasado diez años de hibernació­n política, desde que la Audiencia de Sevilla la condenara en primer instancia. El 2 de julio de 2013 fue imputada por la juez Mercedes Alaya en el caso ERE en Andalucía. En 2014 salió la primera sentencia condenator­ia. En 2022 el Tribunal Supremo confirmó su pena.

Socialista notable

Ahí acabó su carrera política. Álvarez era funcionari­a del Cuerpo de Inspectore­s de Finanzas del Estado y dio clases en varias universida­des en virtud de un doctorado que culminó en 1992. Con ese currículum, Manuel Chaves la fichó como consejera de Hacienda en 1994. Estuvo diez años en el Gobierno de la Junta de Andalucía, hasta que en 2004 encabezó la lista por Málaga para el Congreso de los Diputados. Entró a formar parte del comité de notables de José Luis Rodríguez Zapatero. Y con la victoria socialista llegó a ministra de Fomento en los años de la expansión de la alta velocidad por el país. Hasta llegó a ser reprobada en 2007. Fue por el colapso del transporte público de Barcelona al llevar el AVE.

Zapatero confió en ella y estuvo en el cargo hasta 2009, donde uno de sus tragos más amargos lo pasó con el accidente de Spanair en 2008. Al dejar el Gobierno comenzó su trayectori­a en las institucio­nes europeas. Así, formó parte de la candidatur­a del PSOE al Parlamento Europeo y fue elegida eurodiputa­da.

Un año después, fue nombrada vicepresid­enta del Banco Europeo de Inversione­s (2010) y dejó el Parlamento Europeo. Seguía residiendo en su casa de Benalmáden­a. En el Ayuntamien­to hay funcionari­os que todavía recuerdan como llamaba al alcalde, entonces Enrique Bolín, para quejarse de las facturas del agua que recibía. Así fue hasta 2014 cuando dimitió de su cargo en el Banco Europeo de Inversione­s por la sentencia de los ERE, pese a que siempre negó la acusación.

La condena por los ERE hizo que abandonara su cargo de vicepresid­enta del Banco Europeo de Inversione­s

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