Lunin, una tarde para olvidar
▸ Rumanía muestra oficio y contundencia ante una Ucrania condenada por los errores de su portero
La peor tarde que se le recuerda a Lunin y la bisoñez en general de una Ucrania presa de los nervios, con exceso de responsabilidad quizá por saber que representa a un país en guerra, permitió a Rumanía lograr una victoria tan cómoda como sorprendente en Múnich. Sin alardes, sin estrellas, pero siempre con oficio y corazón latino, lo que le permitió sacar el billete para la Eurocopa por delante de Suiza.
Es cierto que Lunin regaló los dos primeros goles. Salieron todos al campo envueltos en la bandera de su país y se les humedecieron los ojos al escuchar el himno, pero esa tensión de saber que era bastante más que un partido para ellos se trasladó al juego.
Queda muy señalado Lunin en el debate sobre los porteros. Rebrov, el que fuera mítico jugador del Dinamo de Kiev y hoy dirige a la selección de su país, se decantó por el madridista en lugar de Bushchan (guardameta de Dinamo de Kiev) y la apuesta resultó fallida. También había incertidumbre bajo los palos de Rumanía, con titularidad al final para Nita, un veterano de 36 años del Gaziantep turco, en lugar del colchonero Moldovan, inédito este curso con Simeone.
Una desconexión entre Lunin y el central Matviyenko impropia de una Eurocopa preludió el golazo de Stanciu al filo de la media hora. Era una jugada sin peligro, pero el zaguero del Shakhtar Donetsk le dio un pase envenenado a su portero en lugar de seguir circulando la jugada de lado a lado, y Lunin se quitó el balón de encima sin la fuerza y la dirección correctas. El cuero le cayó a Man, que asistió a su capitán para que éste dibujase un disparo enorme desde la frontal.
Eso tanto provocó mayor tembleque aún en el portero todavía del Real Madrid, que paradójicamente en su club este curso mostró nervios de acero. Notó Stanciu ese canguelo, y si no es porque el balón golpeó en el travesaño le hubiera dibujado un gol olímpico. Los rumanos tienen el mérito de que se defendieron de maravilla y redujeron a la nada a jugadores en teoría llamados a destacar en este certamen como el ‘gunner’ Zinchenko, Tsygankov y el ariete Dovbyk, brillantísimos en el Girona, o también Mudryk. Este delantero, por el que el Chelsea pagó 70 millones más 30 en variables al Shakhtar, no termina de explotar como se pensaba.
Salieron con algo más de intensidad los de Rebrov tras el descanso, pero otra vez dieron alas a los rivales por sus facilidades defensivas. Otra vez Lunin en el foco, esta vez porque el inesperado y lejanísimo lanzamiento de Razvan Marin se le metió por debajo del brazo. Y tras hacer por fin una buena intervención, en el córner siguiente recibió el tercero. Enorme desatención defensiva y buena acción de Dennis Man para que Dragus remachase a placer. Los rumanos estarán en octavos.