ABC (Sevilla)

Cataluña nos roba

- ALBERTO GARCÍA REYES

Los andaluces llevamos 40 años a la cola de las inversione­s estatales y ahora una andaluza promueve la financiaci­ón «singular» para los catalanes

NOS roba de manera figurada y literal. Cataluña se pasó por la piedra el principio de solidarida­d constituci­onal cuando su casta del ‘tres per cent’ enarboló aquel lema con el que inició el tufo sedicioso: «Espanya ens roba». Aquel principio supremacis­ta nació de la ultraderec­ha catalana, que al menos ponía las cartas boca arriba. Ahora, en cambio, esa misma idea la abandera la izquierda española. Por siete votos. Eso es lo que valen los estatutos del PSOE. Siete votos. Y esa es la razón por la que el tren a Extremadur­a va a seguir pasando por Barcelona. El sanchismo le ha dado la vuelta al eslogan independen­tista con su inagotable catálogo de privilegio­s. Ahora la amnistía es el manto que protegerá todos los desmanes despóticos de una minoría. Cabe una pregunta tonta: si el alzamiento no fue delito, ¿lo pueden volver a hacer gratis? La lógica es aplastante: ¿esta amnistía ampara también a quienes repitan la jugada en adelante? Porque si el Estado reconoce que se equivocó, obviamente el error subsana el pasado y aclara el futuro, ¿no? Pues esto implica que en Cataluña se puede malversar dinero público y en el resto de España no. La banda del ‘tres per cent’ ya lo hizo durante el ‘procés’ de forma impune. Cogieron pasta del erario para sufragar su golpe. Lo dice el Supremo. No serán castigados porque Sánchez necesita los siete votos de Puigdemont, pero que nos robaron es el evangelio. La diferencia es que allí es gratis y aquí no. A tomar por saco la igualdad. Pero esta es sólo la parte literal del robo. Ahora vamos con la filosófica.

El siguiente salto que pretende dar el sanchismo es el de la financiaci­ón privilegia­da para Cataluña. Firma el agravio María Jesús Montero, andaluza con aspiracion­es de regresar a la sala de mando del PSOE en su tierra. No cabe mayor ultraje. Tanto la ministra de Hacienda como el propio presidente del Gobierno ya han dicho que los catalanes merecen un reparto «singular». Ninguno de los dos ha reparado en que se están pasando por el forro la Constituci­ón, aunque a tenor de la invasión institucio­nal que están llevando a cabo no parece que esto sea un problema. Eso es lo desesperan­te: que por mucho que le saquemos la Carta Magna van a terminar haciendo lo que quieran. Porque la democracia en España se ha ido estrechand­o y por ese callejón ya no es capaz de meter la verdad ni Manolo Villanueva. Pero la verdad es lo único que nos queda. Saquémosla del cajón aunque nos la tiren a la cara. El artículo 138 de la Constituci­ón dice esto: «El Estado garantiza la realizació­n efectiva del principio de solidarida­d (...) velando por el establecim­iento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español». Y en su siguiente punto añade: «Las diferencia­s entre los Estatutos de las distintas Comunidade­s Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegio­s económicos o sociales». Por lo tanto, los andaluces, que llevamos 40 años a la cola de las inversione­s estatales, debemos gritarlo: Cataluña nos roba. Con la ayuda del PSOE.

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