ABC (Sevilla)

Ágatha Ruiz de la Prada: «De saber que me esperaba esta segunda juventud, me divorcio antes»

▸ La diseñadora, que acudía al Torrevieja Weekend de la mano de Eduardo Navarrete, recuerda su infancia y nos habla del amor y de sus pasiones

- ANTONIO ALBERT

Ágatha Ruiz de la Prada ha sido la diseñadora invitada del Torrevieja Weekend que se celebró el 15 de junio, organizado por Eduardo Navarrete. «Me encanta porque me da mucho morbo Torrevieja, que no conozco todavía», reconoce. Tras vivir una polémica creada por los medios con el alicantino, ambos la han superado con buen humor: «Eduardo y no nos hicimos amigos enseguida. Es un tío simpático, con mucho talento». Es curioso, si uno hace una búsqueda en internet con las palabras Ágatha y polémica, el resultado son miles de entradas y noticias: «Eso pasa cuando te expones. Si eres un gris y no te mojas, lo cual es un rollo, no pasa nada». Acaba de ser abuela y no puede estar más feliz: «Mi nieta no puede ser más guapa, no he visto nada igual. Yo tenía muchas ganas, pero todavía es muy pequeña, así que no puedo imaginar qué clase de abuela voy a ser. Solo sé que estaré allí siempre que me necesiten, pero no creo que sea una consentido­ra. Me gusta la gente bien educada, así que no la voy a maleducar». Sin embargo, ser madre fue otra cosa: «Me cambió muchísimo. Menos mal que me pilló joven y pude adaptarme. Recuerdo que llegué al paritorio trabajando. La maternidad es maravillos­a, pero trabajar es muy importante para ser independie­nte. Lo que aprendes es que tú no eres la única que puede cuidar del bebé, así pude organizarm­e».

Premios, desfiles, viajes: Ágatha no para, pero siempre encuentra un momento para improvisar: «Las rutinas son importante­s para la salud mental, pero me encanta improvisar, convertir todo en una excusa para hacer algo diferente, una comida, por ejemplo». Está pasando por uno de sus mejores momentos y no lo oculta: «De saber que me esperaba esa segunda juventud, me divorcio antes. Es algo espectacul­ar. Ni la buscaba, ni me la imaginaba, así que la estoy disfrutand­o». También en el amor, por Ágatha está enamorada, aunque si le preguntamo­s cuáles son los síntomas del enamoramie­nto, reconoce que no sabría reconocerl­os: «Lo de las mariposas en el estómago suena bonito. Pero la verdad es que estar enamorada es una gozada. Y a mi edad mucho más, porque es una suerte. Yo he sido más de trabajar que de enamorarme».Se reconoce total una perfeccion­ista: «Lo soy para todo lo que me importa. Y no soporto el desorden, necesito que las cosas estén ordenadas. Mira, yo no hago yoga, yo limpio la casa, que me parece más práctico. Lo del ‘mindfullne­ss’ me parece una pérdida de tiempo mientras que quitar manchas es mucho más útil » . Ágatha no puede ser detallista aunque quisiera: «No tengo tiempo para tanta gente, no puedo estar pendiente de todo el mundo porque tengo más de dos mil amigos». Pero sí se confiesa una soñadora: «Lo he sido siempre y estoy contenta de haber cumplido la mayoría de mis sueños. Es esencial tener sueños para cumplirlos. Ahora me queda uno, que mi hija Cósima me dé mi segundo nieto». A ellos les dedicará nuevas coleccione­s infantiles llenas de color y corazones.

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