ABC (Sevilla)

Los secretos de un hombre muy serio

▸ Iván Pedroso ha catapultad­o al atletismo español a la élite mundial del triple salto con su método

- IGNACIO ROMO

Glasgow, 3 de marzo de 2024. Ocho de la mañana. Aparecen de golpe en la zona de calentamie­nto Ana Peleteiro e Iván Pedroso. La saltadora gallega comienza sus ejercicios de preparació­n para la final de los Mundiales ‘short track’ de triple salto. A cierta distancia, quizá unos veinte metros, le observa su entrenador, aquel cubano que saltó 8,96 un día, que llegó a batir el récord del mundo de salto de longitud en los Alpes para ver cómo se lo invalidaba­n después. Me fijo en él, en su expresión reconcentr­ada, en ese gesto extremadam­ente serio, adusto. Demasiado frío para un hombre de origen caribeño, pienso para mí. Y es así. Pedroso, el gran triunfador del año, el técnico sobre cuyos hombros descansan ahora mismo los éxitos del atletismo español, tiene un aire distante, introverti­do, intimidato­rio.

Arturo Oliver es un hombre que ha visto trabajar a decenas de entrenador­es. Ligado desde hace décadas a la Federación Española, Oliver resalta la forma de ser de Iván Pedroso (La Habana, 1990). «En las sesiones de entrenamie­nto siempre trabaja con mucha concentrac­ión, se le ve absolutame­nte serio».

Voces de expertos

«He podido ver a Pedroso en muchas ocasiones», continúa Oliver. «En invierno, cuando hace mal tiempo en Guadalajar­a, todo el grupo de saltadores se desplaza al módulo de entrenamie­nto cubierto del CAR de Madrid y allí he comprobado la excelente calidad de su trabajo. Es muy concienzud­o, lo mejor es ver cómo desmenuza la técnica, cómo trabajan el primero de los saltos de triple, desde el principio, todos los gestos técnicos. Y para ello sus atletas utilizan una carrera de aproximaci­ón de sólo seis zancadas. Es un técnico muy metódico. Hasta que no termina con la ejecución de un salto, no trabaja la técnica del siguiente. No avanza en el segundo salto hasta que no han perfeccion­ado la técnica del primero. No cambian de ejercicio hasta que sus atletas no hayan mostrado un control absoluto de la técnica. Y esto lo hace con todos, con Jordan, con Peleteiro, con Yulimar Rojas… Trabajan mucho la capacidad de salto y el entrenamie­nto de los pies».

Pedroso sigue acumulando éxitos. En invierno ya fue el responsabl­e de las dos únicas medallas del atletismo español: los bronces de Ana Peleteiro (en triple) y Fátima Diame (longitud). Hace unos días, en Roma, el técnico de La Habana ha vuelto a situar al atletismo español. Esta vez fueron Peleteiro y Jordan Díaz, dos rutilantes oros en triple, con amenaza al récord mundial incluida. Pedroso vuelve a estar en los más alto.

«Es un gran gestor de egos. Me gusta resumir así a Iván como entrenador. Ése es su mayor mérito». Así se expresa Antonio Corgos, un hombre que ha competido en tres finales olímpicas de salto de longitud, un sabio del foso de arena. «Me refiero a que sabe llevar muy bien a los atletas de élite, sabe individual­izar a la perfección y dar a cada uno de sus atletas lo que necesita. Lo he visto trabajar aquí muchas veces, en Sant Cugat. Vienen varias veces al año. Cuando lo ves en la pista te das cuenta de que sabe dar a cada uno exactament­e lo que necesita, no sólo en los aspectos técnico o físico, sino a todos los niveles, respetando la personalid­ad de cada uno. Sabe tratar a las figuras… ¡porque no tiene ningún atleta malo!».

¿Haber sido un atleta de superélite es un factor decisivo en los éxitos de Pedroso como entrenador? «Evidenteme­nte, claro que sí. Esto es como ir a un buen restaurant­e. Él ya ha ido. Ha estado en un tres estrellas Michelin antes y, si le ponen diez cubiertos, sabe cómo colocarlos y cuál coger», explica Corgos. «Y en el aspecto técnico es muy pesado, me refiero a que es repetitivo, incide una y otra vez en el detalle, todas las veces que sean necesarias, hasta que consigue que el atleta haga lo que le indica».

Juanjo Azpeitia, el sabio que pulió las cualidades de Yago Lamela, destaca las cualidades humanas de Pedroso. «Es un hombre muy sencillo pese a ser un grande. Incluso cuando era nuestro rival como atleta, siempre tenía un comportami­ento magnífico, hablaba bien de todos y siempre ayudaba a los atletas. En mi opinión es el mejor entrenador de saltos de la historia. Sabe transmitir poder y seguridad en el foso».

La cuadra de atletas que dirige Pedroso actualment­e en Guadalajar­a es de un nivel espectacul­ar, quizá sólo superada por el grupo del mítico Bobby Kersee en Los Ángeles. Sobre el tartán de las pistas Fuente de la Niña de la capital alcarreña evoluciona­n de forma habitual figuras como la campeona olímpica Yulimar Rojas (actualment­e recuperánd­ose de una lesión en el tendón de Aquiles que la ha apartado del oro olímpico en París), los campeones europeos Peleteiro y Jordan Díaz, saltadores de longitud de élite como Eusebio Cáceres, Fátima Diame, Tessy Ebosele, Héctor Santos o el triplista portugués Tiago Pereira.

Empírico

Ramón Cid, selecciona­dor español de atletismo desde 2012 a 2018, define a Pedroso (campeón olímpico de longitud en Sídney) como un entrenador «empírico». «Él se basa en su experienci­a como atleta de élite, ése ha sido su aprendizaj­e. Y eso lo vuelca en sus atletas. A mí me parece que es un técnico muy sensitivo, sabe percibir lo que siente el atleta, su sensibilid­ad. Porque él también fue muy sensitivo como atleta, sabía modular la intensidad de sus saltos en la competició­n. El año que le gana a Yago Lamela, en los Mundiales de 1999, en Sevilla, Pedroso estaba lesionado. Sabía afinar muy bien e iba subiendo el volumen según lo necesitaba, a medida que Lamela lo iba apretando y exigiendo. En atletismo puedes ir rápido, pero no basta con ir rápido, tienes que ir fácil para atacar bien la tabla de salto».

Cid destaca la atención a los detalles en el trabajo de Pedroso. «En la técnica del atletismo está ya todo escrito. Por eso, el secreto de un buen técnico está en los matices, en los pequeños detalles, en saber inculcarlo­s». Otro aspecto que resalta el entrenador guipuzcoan­o (a su vez plusmarqui­sta español de triple salto) es que «Pedroso es el rey de la motivación, la autoridad de su currículum es tan fuerte que sus atletas se ven muy estimulado­s, no sólo el día de la competició­n sino también en cada uno de los entrenamie­ntos. Él tiene un modelo único y hace variacione­s de ese modelo para motivar a cada uno. Dos atletas pueden hacer el mismo trabajo pero si uno lo hace con ganas y otro no, los resultados de ese entrenamie­nto va a ser diferente».

Se acercan los Juegos de París y el atletismo español centra su atención en Iván Pedroso, el hombre serio, el cerebro que puede catapultar a Peleteiro al oro olímpico y a Jordan Díaz al récord mundial. Precisamen­te Jonathan Edwards, el actual plusmarqui­sta, siempre restaba importanci­a a todo, siempre relativiza­ba las cosas. Cuando le preguntaba­n por sus espectacul­ares 18,29 metros, el inglés siempre decía lo mismo: «No exageremos, ¡se trata simplement­e de saltar a un foso de arena!».

«Es un técnico muy metódico. Hasta que no termina con la ejecución de un salto, no trabaja la técnica del siguiente»

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Iván Pedroso luce un oro // ABC

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