Los vecinos siguen rechazando el Distrito Portuario por la falta de aparcamientos y «exceso» de ocio
▸ El PSOE no aprobará la modificación puntual del PGOU hasta que Sanz convenza del proyecto a los vecinos
El desarrollo del futuro Distrito Portuario continúa en el limbo tras las alegaciones que las entidades vecinales presentaron al proyecto urbanístico y que sirvieron como pretexto al grupo municipal socialista para su abstención durante la votación en un Pleno celebrado el pasado mes de marzo en el que se elevaba la necesaria modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pese a que había sido un plan urbanístico negociado y diseñado a instancias del gobierno local de Juan Espadas en el que Antonio Muñoz ejercía como delegado de Urbanismo. La negativa de Vox y Podemos en aquella sesión plenaria y la paradójica abstención del PSOE devolvía al casillero de salida al nuevo distrito portuario.
La decisión del grupo municipal socialista sorprendió a propios y extraños tras haber dado su representante el visto bueno durante la Comisión de Urbanismo celebrada unos días antes, cuando se dio cuenta de este proyecto para el que se plantea la construcción de un hotel, una universidad, espacios culturales y deportivos, zonas verdes y bloques de viviendas. Los socialistas justificaron su postura en que «no se ha escuchado a los vecinos» mientras que el delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, les acusaba de su «irresponsabilidad, inconsciencia e incoherencia» por oponerse a un proyecto «que es el mismo que hizo el PSOE». Este bloqueo político obliga bien al Ayuntamiento a renegociar el proyecto con los vecinos bien a la Autoridad Portuaria a irse por la tangente y sacar adelante el proyecto que sí permite el actual Plan General de Ordenación Urbana: levantar torres de once plantas de altura para oficinas.
Pese a la paralización de esa nueva zona residencial de la paralela de la avenida de las Razas más próxima a Reina Mercedes, la Autoridad Portuaria sigue adelante con su proyecto de reurbanización de toda la margen del río entre el muelle de las Delicias y el puente del Centenario con el propósito de terminarlo antes de la conmemoración del centenario de la Exposición Iberoamericana en 2029. Esto es el proyecto de rehabilitación de las naves regionalistas donde se ubicaría tanto Eusa –adscrita a la Universidad de Sevilla–, como empresas de ingeniería, compañías de telemarketing, una nueva terminal de cruceros y equipamientos deportivos.
El representante de la entidad que ahora aglutina a todas las asociaciones «afectadas» por este desarrollo urbanístico (Asociación de Vecinos Puerto de Sevilla), Diego de Caralt, lamenta que «las alegaciones siguen sin ser contestadas» y que el gerente de Urbanismo, Fernando Vázquez, lo citó «sin yo saber que sería la única reunión por lo que no acudí con nuestros arquitectos asociados». «Me enseñó un folio A4 con ciertas reformas pero no me dejó llevarme una copia y yo no soy nadie para decidir en nombre de los demás», dice el representante vecinal.
La Autoridad Portuaria, propietaria de estos terrenos anexos a la avenida de Las Razas, incluso ya se plantea retomar el proyecto según dicta el actual Plan General de Ordenación Urbana y construir torres de hasta once plantas para oficinas y demás inmuebles vinculados al uso terciario. Era ésta la intención original del organismo público hasta que el gobierno municipal, por entonces capitaneado por el Partido Socialista, planteó la posibilidad de modificar el PGOU y así conseguir un nuevo barrio para la capital hispalense. Ahora, sólo unos años después, esta misma formación política mantiene paralizado el proyecto.
Según expone el representante vecinal Diego de Caralt a este periódico, «esto no es un nuevo barrio, sino la ampliación del barrio ya existente conocido como Sector Sur». Para este vecino de la zona, el principal problema del proyecto urbanístico reside en la «falta de un estudio de movilidad» que consiga dar cobertura a la nueva demanda de usuarios y vecinos de la zona «teniendo en cuenta que aquí no existen aparcamientos subterráneos y que las bolsas de aparcamiento existentes desaparecerían porque están donde piensan construir los edificios. Ellos tienen que entender que aquí ya existe una presión por los estudiantes de Reina Mercedes, por la sede de Tráfico, por los hospitales de Fátima y Duque del Infantado o por los trabajadores de Comisiones Obreras. Que nos digan dónde aparcarán esos nuevos clientes, trabajadores y proveedores que recoge el Plan Maestro del Distrito Urbano Portuario».
Preguntado por el aparcamiento con capacidad para 1.400 vehículos que aparece en el citado Plan Maestro, Diego de Caralt responde que «la gente que venga hasta aquí para trabajar no va a aparcar a un kilómetro de distancia». Además, De Caralt critica que se pretenda prolongar la «excesiva» oferta de ocio próxima al muelle de las Delicias «que empezó como zona gastronómica y que ahora son discotecas con deejays en sesiones nocturnas».
Aunque la Autoridad Portuaria estuvo durante meses reuniéndose con vecinos y convocando a todos los interesados y afectados por este proyecto a mantener encuentros en los que informar y acordar posibles modificaciones, el representante de la Asociación de Vecinos Puerto de Sevilla asegura que no fueron informados correctamente de aquellos encuentros y que el proyecto del futuro Distrito Portuario «nunca estuvo consensuado».
Exigen que los nuevos bloques no oculten a los ya existentes y que se construyan aparcamientos suficientes para la demanda