Djokovic cumple en su estreno en la noche parisina ante Herbert
Cumple Novak Djokovic con el estreno ante Pierre-Hughes Herbert en una función de noche sólida y resolutiva, sin estridencias ni sorpresas, que no está el cuerpo ni la cabeza todavía a punto para grandes actuaciones. Han sido cinco meses atípicos para el serbio, que por segunda vez en toda su carrera aterriza en París sin títulos ni grandes resultados. Así, un poco apagado y sin chispa se presenta en la Philippe Chatrier. Pero es el Djokovic al ralentí que sabe bien inyectar el impulso justo para vencer en dos horas y 31 minutos (6-4, 76 (3) y 6-4).
No necesita más que un break en el primer set para apagar a Herbert, alumno aplicado que lo hace todo bien, pero que no muerde. Necesita un poco más en el segundo capítulo, porque el francés juega en casa y se desata, empujado por la grada, y aprovecha que este no es el Djokovic de las mejores tardes para enredarlo hasta el tie break. Ahí, claro, cuando la cosa está algo más complicada, la veteranía, la experiencia, la capacidad de Djokovic de pisar un milímetro más el acelerador para que la situación no se descontrole y apague la efusividad del rival. Lo justo para atrapar el segundo set y activar el cuerpo en el tercero, caída incluida, que se queda en anécdota.
Firma Djokovic la primera actuación de este Roland Garros, sin brillanteces, sin desgaste, sin sorpresas. Que esto es muy largo y lo que quiere el serbio es ponerse a tono poco a poco para llegar donde quiere en la forma en la que quiere.
También pasaron a la siguiente ronda Badosa, al ganar a Boulter (46, 7-5 y 6-4), Davidovich, a Vacherot (4-6, 6-2, 6-2 y 7-6 (2); Munar, a Bautista (6-1, 4-6, 6-4 y 6-1); Carballés, a Lestienne (6-3, 7-5, 4-6 y 6-2), siguiente rival de Djokovic. Hoy, en el segundo turno de la Philippe Chatrier ( sobre las 13.30, Eurosport), Carlos Alcaraz juega con el neerlandés Jesper de Jong, 176 del mundo; y Pedro Martínez, contra Andrey Rublev.