Rebelión histórica de empleados vaticanos para mejorar sus condiciones
También los empleados del Vaticano tienen problemas con sus jefes. Este fin de semana, 49 de los 700 trabajadores de los Museos Vaticanos han dado el primer paso para presentar una demanda colectiva contra el Estado Ciudad del Vaticano por las condiciones laborales. Como no hay sindicatos, han acudido a la abogada Laura Sgrò, la más temida por la Santa Sede, que se dio a conocer en el caso Vatileaks, y actualmente sigue el caso de Emanuela Orlandi.
Sgrò ha enviado una instancia de parte de los 49 empleados dirigida al presidente del governatorato vaticano, el gobierno civil de este Estado, el español Fernando Vérgez Alzaga. Solicitan que se cambien algunas condiciones de trabajo, y explican que, si no se hace, llevarán la cuestión a los tribunales. Son 47 porteros de los Museos Vaticanos, un empleado de la librería y otro del laboratorio de restauración.
«Las condiciones de trabajo lesionan la dignidad y la salud de los trabajadores», recita el escrito firmado por Laura Sgrò. «Es evidente la mala gestión, que sería aún más grave si fuera fruto de la búsqueda de mayores beneficios», insinúa.
Junto a las condiciones laborales, avisan de dificultades de seguridad para los empleados e incluso para las obras de arte. Explican que, aunque el número máximo de visitas a los Museos Vaticanos es de 24.000, se está admitiendo la entrada cada día a entre 25.000 y 30.000 personas. Solicitan un plus por el supuesto riesgo «sanitario, biológico y físico» que supone el «contacto directo con miles de personas al día». No es el único peligro que afrontan. También denuncian que hay pocos gendarmes en la zona y que a veces los porteros han sido agredidos .
Deuda de horas
La abogada Sgrò denuncia que los empleados están aún pagando las horas de trabajo que les fueron abonadas durante el confinamiento del Covid, pero que no pudieron efectivamente realizar. La Dirección de Museos y Bienes Culturales del Vaticano entregó en 2021 a cada empleado un «aviso de deuda de horas» cuyo importe se retendría poco a poco de la nómina. La abogada lo considera en la práctica una devolución parcial de los salarios de la pandemia.