El juez del crimen de Halloween advierte de posibles sentencias contradictorias
▸ Condena a nueve años de internamiento al único menor acusado pero falta un segundo juicio contra un adulto
El juzgado de Menores notificó ayer la sentencia contra el único procesado en esta pieza por el llamado crimen de Halloween, ocurrido en la madrugada del 1 de noviembre de 2022. Por el asesinato del joven Jesús Rosado en la puerta de su casa de Palomares, el juez ha impuesto una condena de nueve años de internamiento y cinco de libertad vigilada con asistencia educativa por un delito de asesinato y por robo con violencia en grado de tentativa, que se acerca a los diez que pedían las acusaciones particulares que representan al padre y a la madre de la víctima. Por su parte, la Fiscalía solicitaba ocho años; y tal y como recoge la sentencia facilitada por la oficina de comunicación del TSJA, la defensa reclamó al finalizar el juicio dos años y seis meses de internamiento más un año más de libertad vigilada por un delito de robo con violencia en grado de tentativa y otro de lesiones.
El juicio se ha celebrado a puerta cerrada y ni tan siquiera la madre de Jesús, que prestó declaración en calidad de testigo, pudo verle la cara al acusado que estaba protegido detrás de un mampara. Cuando ocurrieron los hechos, el procesado era menor de edad y ha sido juzgado bajo esa jurisdicción aunque ya tiene los 18 años. Su abogado aseguró al término del juicio que había mostrado su arrepentimiento -para lo que ha pedido la aplicación de una atenuante- por una agresión mortal en la que había otras cuatro personas presentes. Una de ellas, que ya entonces tenía la mayoría de edad, está en prisión preventiva y a la espera de juicio. Como ocurriera con otro caso muy mediático como el de Marta del Castillo, este asesinato se va a analizar en dos juicios debido a la edad de sus implicados.
El juez de Menores recuerda en su sentencia ese precedente donde también se celebraron dos juicios en paralelo, contra un menor y el resto de acusados mayores de edad; una suerte de anomalía jurídica que puede tener serias consecuencias como el dictamen de sentencias contradictorias y que poco ayuda al sistema judicial. «La doble jurisdicción comporta un derroche de energías y esfuerzos en sedes policiales y judiciales que no se ven compensada por ventaja alguna. Los derechos de todos, mayores y menores, quedan igualmente resguardados con una sola investigación (...) La existencia de dos procedimientos paralelos distorsiona la vista oral porque quien declara como imputado en una vista tiene que declarar como testigo «sui generis» en la otra, cuando no se ha celebrado su juicio y puede dar lugar a sentencias contradictorias entre sí que son difíciles de entender por la ciudadanía y, sobre todo, por los familiares de la víctima».
El juez recuerda que no está en su mano ni en la de sus compañeros de carrera cambiar las leyes pero sí le pide
al legislador que «sea sensible» ante la posibilidad de introducir modificaciones en este sentido.
Salieron de cacería
Según detalla la sentencia, el menor que ha sido juzgado y su amigo mayor de edad se trasladaron desde Coria hacia Palomares del Río para cometer robos. Para ello iban armados de una barra de hierro extensible y una navaja de entre doce y quince centímetros de hoja. El relato que queda expuesto en la sentencia es casi idéntico al que ofrece la madre y uno de los hermanos del fallecido que han declarado como testigos.
Estos dos jóvenes, junto a otros tres chicos, llegaron hasta un parque de Palomares donde había un grupo de jóvenes celebrando la fiesta de Ha
lloween. «Dadas las circunstancias desfavorables para sus propósitos, decidieron no abordar a ninguna de las personas presentes». En este punto, el hermano de Jesús recuerda cómo el fallecido, que había estado en Sevilla con su novia, fue en su busca para recoger las llaves de su casa. Aquí fue cuando lo vio el condenado y el otro joven que tiene que ser juzgado y «decidieron de mutuo acuerdo» que él sería la víctima porque iba andando solo hacia su casa situada en una urbanización tranquila y de poco tránsito.
A las 3,29 horas de la madrugada del 1 de noviembre de 2022, Jesús Rosado enfiló su calle y cuando estaba casi llegando a su domicilio, el condenado y el otro investigado le abordaron exigiéndole que les entregara todas las pertenencias. En el relato de hechos probados no se determina qué arma llevaba cada uno, si el menor portaba la barra y el adulto la navaja o viceversa. Sí describe cómo el condenado llevaba una máscara para taparse la cara. Ante la negativa de la víctima a darles nada (según su madre sólo llevaba encima 20 euros y su móvil), comenzaron a atacarle de «manera simultánea», primero a golpes y después usando las armas.
En la sentencia no se identifica quién golpeó con la barra en la cabeza a la víctima, que fue atacado por la espalda. Ni quien le apuñaló dos veces. El primer envite lo pudo esquivar la víctima con un antebrazo pero la segunda puñalada fue mortal de necesidad porque le alcanzó el corazón.
En su sentencia recuerda el precedente de Marta del Castillo y las consecuencias de haber hecho dos juicios en paralelo contra el Cuco y el resto de procesados