La gobernabilidad de la ciudad de Sevilla queda al antojo del PSOE
▸José Luis Sanz descarta un pacto de gobierno que Vox exige para aprobar los presupuestos, entre otros acuerdos ▸Los socialistas ven en ese hipotético pacto un motivo para acusar al PP de caer en brazos de la extrema derecha
Las elecciones municipales de hace un año dibujaron un mapa en el Ayuntamiento de Sevilla que hacía presagiar un mandato de difícil gobernabilidad. El PP, que se hacía con la Alcaldía, se quedaba con 14 ediles, por los doce socialistas, que perdían el poder. Además, Vox alcanzaba las tres actas y Con Podemos-Izquierda Unida, conseguía dos concejales. Todas las miradas estaban puesta en el posible apoyo de la formación de Santiago Abascal al gobierno de José Luis Sanz, pero este respaldo se supeditó a la entrada en el gobierno, lo que rechazó de plano el PP, que desde que llegó al poder se ha abierto a acuerdos puntuales con todas las formaciones, aunque éstos han sido más bien escasos. El bloqueo total llegó con el rechazo de todos los grupos municipales al proyecto de presupuestos de Sanz, que se veía obligado a prorrogar las cuentas socialistas. Gobernar se complicaba aún más. Vox, consciente de esa debilidad, insiste en entrar el gobierno y ya habla de una negociación «por buen camino» para alcanzar un hipotético pacto, que niegan los populares, y verían positivo para sus intereses estratégicos los socialistas. La gobernabilidad de la ciudad, por tanto, queda al antojo del PSOE: apoyo al gobierno o bloqueo para no dejar otra salida que Vox.
Desde el PP, a todos los niveles orgánicos, desde Madrid hasta Sevilla, pasando por el autonómico, salieron ayer en tromba para desmentir un hipotético pacto de gobierno en el Ayuntamiento que, fuentes interesadas filtraban como avanzado y que supondría la entrada en el equipo de Sanz de los tres ediles de la formación de Abascal, con Cristina Peláez a la cabeza como portavoz municipal.
La propia Peláez, en una breve comparecencia ante los medios, desmintió el pacto, aunque sí insistió en asegurar que existían conversaciones y negociaciones «por buen camino» para un acuerdo, pero no hacía referencias a apoyos puntuales. La portavoz de Vox no negó la mayor: la condición ‘sine qua non’ para garantizar la gobernabilidad de la capital andaluza, en manos del PP, era entrar en el gobierno local.
Mientras la oposición, con Antonio Muñoz al frente, ponía el prisma en la «mala noticia» que supondría para Sevilla la entrada de la «extrema derecha» en el gobierno. Fue el mismo tono empleado por los dirigentes de Podemos e IU que hablaron sobre ese hipotético pacto de gobierno que todos niegan y que el alcalde descarta rotundamente .
En su intervención, el exalcalde y portavoz del PSOE se encargaba de colocar la venda antes de que la herida sangrase y resaltaba los apoyos de su grupo al gobierno de Sanz. «La mayoría de los expedientes» de gestión municipal «salen adelante», especialmente gracias al PSOE, desgranando que sus concejales han apoyado 178 puntos del PP, mientras Vox lo ha hecho en 72, mientras el PSOE ha dado su negativa en tres ocasiones y Vox «en 22».
Juan Bueno, portavoz del gobierno local, fue el encargado de dar la versión municipal. Negó cualquier pacto, así como la existencia negociaciones al respecto. Sí admitió conversaciones a diario con todos los grupos para sacar adelante proyectos de interés. En este contexto se enmarcan las conversaciones entre el gobierno municipal y Vox, donde se han producido conversaciones informales «de pasillo» entre el propio alcalde y Peláez, en las que se planteó hablar de la celebración de las elecciones europeas del 9 de junio. De este emplazamiento sólo estaba al tanto el alcalde, quedando ajeno el resto de sus compañeros de gobierno.
No hubo la misma discrecionalidad por parte de Vox, que transmitió a su líder, Santiago Abascal, esa citación a hablar, lo que los órganos del partido han movido desde Madrid para presentarlo como un acuerdo de gobierno. Esas conversaciones pendientes no se ceñían a un pacto de gobierno sino que englobaba todas las opciones, empezando por un acuerdo de apoyos concretos en el Pleno para sacar adelante determinados proyectos, muchos bloqueados por la nula colaboración de la oposición.
En el gobierno municipal existe malestar por la falta de discrecionalidad y la utilización por parte de Vox de esa charla de «pasillo», por lo que las conversaciones pendientes para después de las elecciones quedan suspendidas y nunca se conocerá el matiz de las mismas. «Ya no se producirán», aseguran algunas fuentes.
Mientras ayer en Vox insistían en la existencia de esas reuniones, a todos los niveles, el PP aseguraba que no ha habido ninguna reunión en Madrid ni en San Telmo entre las cúpulas autonómica y nacional del PP y Vox para pactar condiciones de ningún tipo. De hecho, hay serias dudas de que Génova diera luz verde a esa pacto. Juanma Moreno, el secretario general del PP-A, Antonio Repullo, o portavoz nacional del PP, Borja Sémper, repitieron ayer el mismo mensaje.
La portavoz aireó a Abascal una conversación «de pasillo» con Sanz, que le citó para hablar después de las europeas sin concretar más
Y eso que el pasado mes de octubre el gobierno local mantuvo una reunión en la Plaza Nueva con el actual coordinador general del PP, Elías Bendodo, y fue éste quien le trasladó la posibilidad de ir pensando en un acercamiento a Vox. Allí mismo, los ediles populares se mostraron unánimemente contrarios, sabedores del ansia por formar parte del gobierno local de los tres concejales de la formación de Abascal.
Esta situación deja a Antonio Muñoz y al PSOE en una situación comprometida. Sabedores de la ingobernabilidad de la ciudad a base de modificaciones de las cuentas prorrogadas y otras herramientas presupuestarias, serán señalados como los responsables del bloqueo de la ciudad en su estrategia de forzar un acuerdo PP-Vox que pueda utilizar electoralmente luego como alternativa a un ‘bloque de derechas’ que en Sevilla no cuaja.