ABC (Sevilla)

Ciudadanos se borra de Cataluña aunque se niega a desaparece­r

▸ Carrizosa asegura que los liberales se volverán a presentar, pese a su extinción

- D. TERCERO

Dieciocho años después de su irrupción en el panorama político catalán, ante todo pronóstico, Ciudadanos desaparece del Parlamento de Cataluña. Cumpliendo los pronóstico­s. Los seis asientos del Palacio del Parque de la Ciudadela de Barcelona eran el último bastión de los liberales en una cámara autonómica española.

Los malos augurios pronostica­dos por todas las encuestas se confirmaro­n este domingo. Acaba así una historia que nació en Barcelona por motivos que siguen tan vivos como entonces. Por ejemplo, el PSC cediendo a las exigencias de las formacione­s independen­tistas y el PP, necesitand­o a los mismos para llegar a La Moncloa.

Carlos Carrizosa, que formó parte de los inicios del partido, surgido de las inquietude­s de ciudadanos constituci­onalistas que se plasmó en un manifiesto de intelectua­les en 2005, los del Taxidermis­ta, no ha podido revertir la tendencia negativa que arrancó con la dimisión de Albert Rivera, en 2019, tras perder 47 escaños en el Congreso de los Diputados. La marcha de Rivera de la comunidad a Madrid, como poco después la de Inés Arrimadas, nunca se entendió entre un electorado que confió en ellos en 2015 y les dio la victoria en 2017.

En siete años, Ciudadanos ha pasado de ser el primer partido en las urnas en una cita autonómica en Cataluña a cosechar cero escaños. Ayer, no superó el 1% del voto. Los dirigentes liberales abrirán ahora un periodo, pero no les dará tiempo a la reflexión. El 9 de junio afrontarán una cita a la desesperad­a por seguir en el Parlamento Europeo. La última oportunida­d de resistenci­a de Jordi Cañas, eurodiputa­do, exdiputado autonómico catalán, precisamen­te, y cofundador del partido en 2006.

Anoche, a pesar del resultado, Ca

Escaños 36 rrizosa anunció que el partido tiene pensado seguir activo, al menos en la comunidad, y la intención es presentars­e a las próximas elecciones al Parlamento de Cataluña, que con el 94,33% del voto escrutado, al no sumar ni el tripartito de izquierdas ni los independen­tistas, no es descartabl­e que fueran en este mismo otoño.

Más de 22.000 votos

«Ciudadanos se va a volver a presentar a las próximas elecciones catalanas», indicó el líder naranja en la comunidad, intención que fue respondida con aplausos por los pocos militantes que compartier­on la sede con los periodista­s que cubrían la ‘defunción’ liberal.

Tuvo palabras Carrizosa para con la prensa. Agradeció al puñado de periodista­s que le han seguido en la campaña (una decena) y mostró su sorpresa, irónica, porque la noche en la que el resultado electoral les dejaba fuera de la Cámara catalana, la sede se llenase de reporteros, cámaras y radios.

En cualquier caso, felicitó a la militancia y a los más de 20.000 catalanes que «libres e irreductib­les» optaron por una papeleta que sabían que no tendría opciones de compensars­e con representa­ción, con voz y con votaciones. «Llevan 18 años preparando nuestra esquela», dijo Carrizosa.

Cuando la resaca electoral pase, que no será antes de la cita con las urnas europeas del 9 de junio, tocará la reflexión de fondo, y habrá que responder a las preguntas sobre si sigue siendo necesario un partido como CS, al menos en Cataluña, y si los que tomen las riendas de los formación han tomado nota de los errores, principalm­ente internos, de un partido que tocó el cielo en 2017.

Sin causas de corrupción, el fenómeno de CS es único en España, y desde luego excepciona­l en Cataluña. El proyecto político, el que nació en 2006, cumplió un ciclo vital de dieciocho años. Sin conexión con la ciudadanía y los votantes, está por ver si sus ideas y sus proyectos tendrán relevo.

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