«Una de las opciones de la restauración interior de la Giralda es hacerla de noche»
▸El párroco de la Magdalena le ha dado un gran impulso a la conservación y rehabilitación del patrimonio del templo cuyos visitantes no dejan de crecer
Francisco Román, párroco de la Iglesia de la Magdalena, es el delegado de Patrimonio del Cabildo de la Catedral de Sevilla. Aunque lleva menos de un año en el cargo, el número restauraciones que afronta el monumento en los últimos meses revelan el fuerte impulso que le ha dado a la conservación del patrimonio este sacerdote y docente sevillano que se licenció en Derecho e iba para notario. Todas estas intervenciones, por cierto, sin ninguna subvención pública, puesto que el mantenimiento y conservación de la Catedral, un templo con 43 capillas y 20.000 metros cuadrados de superficie construida, se financia íntegramente con los ingresos procedentes de las visitas turísticas y culturales. El año pasado superaron los 2 millones y en las últimas semanas se están alcanzando las 10.000 diarias.
—Tienen 17 actuaciones de restauración con vistas al Congreso de Hermandades del mes de diciembre. ¿A qué se debe este frenesí restaurador? —Por la recuperación de las visitas culturales hemos podido aumentar este año un 60 por ciento el presupuesto dedicado al mantenimiento y restauración de la Catedral, que está en torno a unos 5 millones de euros, incluyendo el inmueble, y es cierto que estamos en un cierto punto de inflexión en esta materia. Destacaría las de cuatro vidrieras, que se restaurarán en un taller de Alemania; pinturas murales y de caballete, algunas del XVII; el retablo de San José; el altar de Santa María Magdalena; la Estatuaria Trasaltar de la Capilla Mayor; el altar del Niño Mudo, dos reposteros, uno del XVI y otro del XVII. Y también destacaría una nueva tumbilla para el paso procesional de la Virgen de los Reyes, en la que vamos a invertir 300.000 euros. También tenemos previsto terminar una restauración del manto verde de la Virgen, además del simpecado del Nazareno y el simpecado de Nuestra Señora de la Antigua.
—La conservación del Patrimonio supone la segunda partida más importante del presupuesto que generan las visitas a la Catedral.
—Sí, la primera es la que se dedica a comunión de bienes y ayudas a las parroquias de la Archidiócesis, que incluye a Cáritas y a la Casa Sacerdotal. La segunda es la conservación del Patrimonio porque nuestra tarea fundamental es poder legar todo el patrimonio que hemos recibido. La restauración del edificio del Sagrario, tanto en cimientos como en cubiertas, ha sido una de las intervenciones más significativas que hemos hecho en estos últimos años, con un coste de unos 3,5 millones de euros.
La tarea de conservación del patrimonio es algo que nunca se acaba.
—Dice el arquitecto conservador de la Catedral, Miguel Ángel López López, que los dos grandes enemigos de su conservación son el agua y las palomas. ¿Cuál es su opinión?
—El agua y las palomas lo son. n el deterioro del patrimonio influye mucho la humedad y la climatología, incluso la luz que le puede dar a determinado bien. En algunos casos, lo que hace daño es la falta de ventilación. En general, creo que el gran enemigo del patrimonio es el paso del tiempo.
—La restauración estrella que han realizado en estos últimos años fue la de la cara norte de la Giralda, terminada antes de Semana Santa y por la que acaban de recibir el premio Hispania Nostra, el mayor galardón de su clase. —Estamos muy agradecidos por este premio. Nos parece importante el modo de hacer las restauraciones y sufrimos un sobrecoste económico y dificultades técnicas por la decisión de que no se cubriera de la Giralda nada más allá de la cara en la que estábamos trabajando. Lo normal hubiera sido rodear toda la torre pero decidimos privar a los sevillanos el menor tiempo posible la vista del monumento. Cuando intervenimos en capillas de la Catedral, siempre tratamos de compensar las cerradas con otras que abrimos. Esto no deja de ser una Iglesia y estamos pensando siempre en las visitas pastorales y el culto. —¿Cómo se plantea la restauración interior de la Giralda tras la importante intervención exterior culminada hace pocos meses?
—Nos quedan aún dos fases de la restauración de la Giralda, la parte renacentista a partir de la azotea de las Azucenas, y toda la parte interior, que es un gran reto. La importancia del acceso a la Giralda en nuestra visita cultural no se puede poner en discusión y barajamos varias opciones. La primera sería efectivamente cerrarla, hacer la obra, y reabrirla cuando termine, pero tiene el inconveniente de privar al visitante durante mucho tiempo de acceder a la torre. Nuestra política es que las obras que hagamos incidan lo menos posible en la vida cotidiana del monumento. Para evitar el cierre tenemos sobre la mesa dos opciones. Una es hacer la obra fuera del horario de visita, es decir, iniciar los trabajos a las 6 de la tarde y termi
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nar a las 10 de la mañana, es decir, de noche. Esa opción tiene el inconveniente de tener que dejarlo todo listo y perfectamente preparado cada mañana para la visita. No es sólo dejar de trabajar sino hacer compatible cada día esos trabajos con la visita. A priori, parece una opción inviable pero está sobre la mesa. La tercera opción es que las empresas que hagan la obra tengan la suficiente entidad como para reducir al máximo el plazo, es decir, que en vez de trabajar ocho horas al día, se trabajaran las 24 horas en tres turnos consecutivos de ocho horas. De esta manera, la Giralda estaría cerrada muchos menos meses. Si el plazo de la obra fueran, por ejemplo, seis meses, se podría hacer la obra sólo en dos meses trabajando en tres turnos diarios.
—¿Tienen alguna fecha prevista para iniciar las obras?
—No la tenemos, aunque creemos que no será posible antes de 2027. Aún no están hechos los proyectos y eso lleva mucho tiempo; y luego necesitaremos los permiso legales correspondientes.
—¿Se retrasan mucho los permisos de Cultura en materia de patrimonio?
—He de decir que últimamente hemos tenido una buena colaboración por parte de la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura. Aún estamos pendientes de algunos pero ha habido una mejora. Cuando tienes el dinero, tienes el restaurador y sólo te falta un papel oficial para poder empezar, cualquier retraso (y a veces son muchos meses) nos provoca muchos problemas para mantener al restaurador, que puede lógicamente aceptar otros trabajos y abandonar el nuestro. Pero eso no está pasando ahora.
—¿Quedan muchos secretos de la Giralda por descubrir?
—Cada vez que se afronta una restauración, sobre todo si es de un edificio muy antiguo, aparecen cosas nuevas. En esta última fase de la restauración de la Giralda han aparecido grafismos y representaciones que se han interpretado de muchas maneras. Aunque eso se lo dejo a los expertos e historiadores, imagino que aún hay cosas que desconocemos de una torre con la historia de la Giralda y que se irán descubriendo con el paso del tiempo. Se va a seguir hablando durante años con esta última restauración.
—La Catedral tiene cada vez más visitas, gracias a las cuales se financia su conservación y otras actividades de la Archidiócesis de Sevilla. Ya se están superando las 10.000 visitas diarias. ¿Cómo se gestiona esto? —Con mucha organización y procurando que los visitantes puedan acceder al mayor número de lugares del monumento en las mejores condiciones. Procuramos dar el mejor trato a nuestros visitantes. También quiero decir que el éxito de público de la Catedral se debe en gran parte al éxito turístico de Sevilla. Si la Catedral estuviera en otra ciudad menos atractiva que Sevilla, no tendríamos esos 2 millones de visitas.