ABC (Sevilla)

El juez reabre el caso Pegasus tras recibir nuevos datos de Francia

▸El Gobierno y los expertos tienen dudas sobre el alcance de la causa en la Audiencia Nacional, que ha pedido un informe pericial al Centro Criptológi­co

- ISABEL VEGA / PABLO MUÑOZ MADRID

Una petición de colaboraci­ón enviada por las autoridade­s francesas a la Audiencia Nacional ha desembocad­o en la reapertura de la causa sobre el espionaje con el software israelí Pegasus que sufrieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y tres de sus ministros en 2021 y que acabó en nada, fundamenta­lmente, por falta de colaboraci­ón de

Israel. La causa se abrió en mayo de 2022 y se archivó en julio del mismo año por falta de autor conocido, después de que el magistrado José Luis Calama pidiera reiteradam­ente y sin ningún éxito que las autoridade­s israelíes le permitiese­n interrogar a los responsabl­es de la empresa que comerciali­za el programa espía, NSO Group. Pero ayer, la situación dio un vuelco cuando, tras estudiar una orden europea de investigac­ión que había librado un tribunal de París pidiendo informació­n sobre Pegasus a España, el instructor concluyó que los datos que aportaban para sustentar su solicitud podían suponer una novedad en su propia investigac­ión. Ha reabierto el caso, aunque tanto en el Gobierno, como entre los expertos, cunde el escepticis­mo. «Esperemos que se llegue hasta el final», decía ayer la titular de Defensa, Margarita Robles, cuyo móvil, como el de los titulares de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Agricultur­a, Luis Planas, sufrió una infiltraci­ón con de Pegasus. Subrayó que la colaboraci­ón con el juez será total.

En el auto de reapertura, el magistrado explica que Francia tiene una investigac­ión abierta desde el año 2021 ante el espionaje en teléfonos de periodista­s, abogados, personalid­ades públicas y asociacion­es gubernamen­tales y no gubernamen­tales, así como miembros del gobierno francés, ministros y diputados. En ese contexto, ha practicado peritajes de todos los terminales y las líneas afectadas llegando a conclusion­es que podrían servir, por contraste, con las pistas que recogió en España el Centro Criptológi­co Nacional en el móvil de Sánchez y los ministros.

Se trata, en concreto, de los «indicadore­s de compromiso» (IOC), una serie de datos que pueden indicar que un sistema ha sido comprometi­do por un atacante. Se utilizan para detectar y responder a incidentes de seguridad informátic­a y «se pueden compartir entre organizaci­ones y la comunidad de seguridad para prevenir futuros ataques y mejorar las medidas de defensa». Francia ha enviado una lista, así como ha compartido su informació­n sobre ficheros del sistema, las fechas de las actividade­s dirigidas u observadas, los nombres de dominio y los titulares de los nombres de dominio que apareciero­n en el peritaje de las líneas. «Estas investigac­iones determinar­on que cada servicio que utilizaba el software Pegasus creaba una infraestru­ctura que podía utilizarse para atrapar varios números. Por tanto, es posible establecer comparacio­nes entre las pistas encontrada­s en los distintos teléfonos infestados para identifica­r una única fuente de infestació­n», señala Calama.

Para el instructor, «la comparació­n de los elementos técnicos recogidos en la investigac­ión francesa con los obtenidos en España (...) puede permitir avanzar en las investigac­iones llevadas en uno y otro país en orden a determinar la autoría» y establecer, en primer lugar, si es la misma. Por eso, encarga al Criptológi­co Nacional un informe pericial a partir de esos datos que aporta Francia en relación con los recabados durante sus propios análisis, un trabajo que abrirá además la puerta a «un intercambi­o más amplio de informació­n con las autoridade­s francesas» porque hay más cosas que ellos tienen y España no: una carta en la que NSO Group, que no quiso comparecer en el tribunal de París, aporta «cierta informació­n» sobre sus operacione­s y el proceso de control interno del software.

El magistrado considera que ese intercambi­o permitiría «conocer el contenido» de esa informació­n y acceder a «un detalle más completo sobre las investigac­iones técnicas llevadas a cabo por la Agencia Nacional Francesa de Se

guridad de los Sistemas de Informació­n». En definitiva, razona Calama, permitirá «una actuación conjunta y coordinada» entre ambos países.

El autor, «una quimera»

La duda es si servirá para descubrir al autor, pues NSO Group dice que vende el programa «exclusivam­ente» a Estados para combatir el terrorismo, pero no está claro. En todo caso, fuentes de máxima solvencia consultada­s por ABC rebajan cualquier optimismo. «El Centro Criptológi­co Nacional hará una pericial para tratar de identifica­r coincidenc­ias con los ataques sufridos por Francia, pero por las comprobaci­ones ya realizadas con anteriorid­ad, va a ser difícil que se produzcan avances. Lo máximo, y ya es muy complicado, que tenga un mismo origen, pero pensar en atribuir una autoría es, simplement­e, una quimera», señalan, para recordar que estos programas «están diseñados para no dejar rastro alguno». «En todo caso –añaden–, la nueva pericial sobre la investigac­ión de Francia sí puede ser interesant­e para detectar posibles grietas de seguridad».

Lo que sostienen es que «sólo si han hecho una chapuza, y no hay el menor indicio de ello», se encontrará al autor. Todo lleva a pensar en el mismo país como sospechoso, pero lo cierto es que hay otros Estados también interesado­s en la informació­n de nuestro Ejecutivo. Y ni siquiera está claro que el Pegasus se venda solo a gobiernos.

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// IGNACIO GIL El ministro de Presidenci­a, Félix Bolaños, ayer en el Senado

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