Mago de la balada pop
Eric Carmen (1949-2024) Mutó en los setenta desde el power pop a los himnos superventas y terminó triunfando poniendo música a la película ‘Dirty Dancing’
Primero
fue ‘Go All The Way’, himno que puso a los Raspberries en el mapa y, en una época de experimentos progresivos y grupos tirando a pelmazos, les abrió de par en par las puertas del power pop. Beatles, Who, Hollies, Small Faces y Beach Boys. ¿Para qué más? Ahí estaba ya, manejando el timón y liderando la primera línea, un veinteañero de pelambrera deslumbrante y voz rasgada. Cuando atacaba los agudos recordaba al McCartney más despendolado, pero era Eric Carmen, antiguo líder de los ignotos Cyrus Eyrie y futuro rey de la turbobalada AOR gracias a ‘All By
Myself’ y ‘Hungry Eyes’, canciones que, de existir aún M80, sonarían hoy en bucle para despedir al cantante y compositor de Cleveland.
Como casi todas las bandas de la época, los Raspberries duraron poco, apenas un suspiro, aunque su actividad fue frenética: cuatro discos en dos años y un puñado de canciones que apelaban a la efervescencia y excitación juvenil del rock cincuentas. Capitol les echó el guante en 1972 y Carmen ya empezó a dar pistas de lo que estaba por venir con baladas melancólicas como ‘Let’s Pretend’ y exhibiciones de poderío vocal como ‘Esctasy’.
El éxito, sin embargo, no se entretuvo demasiado con ellos, así que cuando ‘Starting Over’ no acabó de cuajar, la banda se separó y Carmen emprendió una carrera en solitario que arrancó lo grande, con ‘All By Myself’ escalando en listas y convirtiéndose en el himno rompecorazones de 1975. Con el power pop a buen recaudo en algún cajón, Carmen mutó en mago de la balada pop y entregó discos saturados de glucosa como ‘Boats Against de The Current’ y ‘Tonight You’re Mine’.
En los ochenta llegaron las permanentes y los discos insulsos, pop esponjado y muzak de ascensor, pero también fue entonces cuando el cine le regaló una segunda vida: primero con ‘Footloose’ (1984), donde sonaba esa ‘Almost Paradise’ que había escrito junto con Dean Pitchford; y, sobre todo, con ‘Dirty Dancing’ y ‘Hungry Eyes’, canción que John DeNicola y Franke Previte compusieron en 1984 y que Patrick Swayze, Jennifer Garner y Carmen transformaron en éxito instantáneo en 1987.
A partir de ahí, poca cosa: a finales de los ochenta se sumó a la All-Starr Band de Ringo Starr; en 2004 reunió a los Raspberries para una gira de que salió un álbum en directo, ‘Raspberries Pop Art Live’; y poco a poco fue desapareciendo del mapa. Sus canciones volvían una y otra vez a la vida con nuevas versiones (un saludo, Céline Dion) y apariciones estelares en series y películas, pero las nuevas no acababan de llegar: la última, de hecho, se remonta a 2013, cuando publicó ‘Brand New Year’, balada a voz y piano incluida una antología de grandes éxitos.