«Espartinas ha tirado por la borda la relevancia de Espartaco»
▸Publica con la editorial El Paseíllo «la biografía definitiva» de Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’ en la que asegura haberse puesto «frente al torero»
La nueva biografía de Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’ que ha publicado la editorial sevillana El Paseíllo recorre de un extremo a otro la trayectoria profesional del torero, desde su debut como novillero durante la transición española hasta su postrera faena del Domingo de Resurrección del año 2015. Carlos Crivell, autor del libro, asegura ponerse «frente al torero» para narrar cada capítulo profesional de la gran figura aljarafeña, sin el «subjetivismo» que advierte en obras pretéritas. Tras haber recibido hace sólo dos meses el Premio Taurino de Sevilla, el maestro de Espartinas volverá el próximo 21 de marzo al Salón Colón del Ayuntamiento hispalense para presentar, junto al escritor, su «biografía definitiva», tal y como la anuncian sus editores. El acto, convocado a las siete de la tarde, será con las puertas abiertas para que asistan aficionados y seguidores de Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’. La biografía, además de con la apuesta del sello taurino de la editorial El Paseo y con la proyección del protagonista, nace con el impulso de la empresa Pagés, que ha obsequiado a cada abonado de la temporada taurina de Sevilla con un ejemplar de ‘Espartaco, gran maestro del toro’.
–¿De qué libro estamos hablando? –Es una biografía que busca llevarle la figura de Espartaco a todos aquellos que no lo vieron torear, también a los que lo vieron, para que conozcan la trascendencia que tuvo su figura. Salvando a Enrique Ponce, fue la última gran figura que cabalgó entre ambos siglos. Fueron siete años como máxima figura y como máximo dominador del escalafón. He intentado que no sea una biografía al uso, sino que trato de ponerme frente al torero. Lo digo porque había otra biografía de Rafael Moreno que está escrita junto al torero, siendo íntimos amigos y su apoderado; toda aquella visión estaba dominada por la unión y afinidad que tenían. Yo me pongo en frente y analizo muchos aspectos de su vida con un juicio más objetivo, sin caer en subjetivismos extremos. Finalmente, la figura de Espartaco sale engrandecida. Y por otro lado, la escribo por una necesidad personal, porque mi vida como informador taurino está muy ligada a la trayectoria de Espartaco. Yo empiezo en 1982 y él rompe en figura en 1985, seguí muy de cerca su carrera como crítico taurino. Y por otro lado.
–Un torero ejemplar que además mantiene su compromiso con la fiesta, dos décadas después de su retirada.
–Eso es lo que marca su figura. Taurinamente fue distinto, con un sitio muy concreto en terrenos, distancias y alturas. Humanamente hablamos de una infancia muy sacrificada, perjudicada por la tiranía, entre comillas, del padre, que le exige hasta lo que parecía imposible. Aquel sacrificio, que le hizo perder su infancia, modula a la persona, de una bondad, magnanimidad y generosidad extrema. No sólo era así en el ruedo, sino que fuera de él era una persona accesible. Hoy día hay toreros que son inaccesibles. Él sí lo fue en su plenitud, no tenía ningún inconveniente para hablar con medios de mayor o menor importancia. Y su generosidad es manifiesta con los toreros que empiezan, las puertas de su ganadería están abiertas para todo el mundo.
–¿Él participa en el libro?
–Sí, y también su padre, que ha contado cosas muy importantes. No he tratado de exprimir al torero, sólo he querido consultarle algunos aspectos puntuales con el objetivo de conocer su opinión en situaciones que son conflictivas, como en aquella famosa corrida de la Expo92 o con la polémica ruptura con Manolo González, de la que me admite que fue uno de los errores de su vida. En ambas situaciones me pongo frente al torero para dejar claras las dos posturas.
–En el libro se relata aquel episodio trascendental de su carrera con el toro Facultades, cuando el torero pensaba, según ha reconocido en multitud de ocasiones, en cambiar el oro por la plata. Aquello fue el gran ejemplo de que hay que ser pacientes con los toreros. ¿Cree que hoy se juzga demasiado rápido a los toreros? –Hay que decir que antes del toro Facultades, él toreaba bastante aunque sin rendimiento económico. Aquello
Líder absoluto «Fue el torero al que más competidores le buscaron, sin que ninguno lo superase»
de que tenía decidido cambiar el oro por la plata es algo que pongo en duda en el libro, sigo pensando que no era real. Es cierto que ganaba poco dinero, pero tenía carisma y los públicos lo acogían como la sonrisa juvenil, como el chaval ilusionante y entregado. Lo que nadie se podía imaginar es que encerrara, además de un concepto técnico insuperable, un buen torero. Toda su vida está empeñada en demostrarle a los públicos y a la afición que él no sólo es un torero de entrega, apasionado y de arrebato, sino que sabía torear muy bien. Ésa es su búsqueda continua, que consigue en algunos momentos de su plenitud. Hoy día lo quieren equiparar con Borja Jiménez, pero no es igual. Borja es un torero que estuvo ocho años sin apenas torear nada y que ahora es el torero de moda.
–Se detallan sus grandes competencias.
–Espartaco fue el torero al que más competencia se le ha buscado. Desde el segundo año de su reinado se le buscaron competidores para derribar su puesto, y ahí van surgiendo Ortega Cano, El Niño de la Capea, Roberto Domínguez, Joselito, Litri… Trataron de crear una competitividad sin recorrido, y ninguno le superó. Eso habla de la manera de ser del torero, que supera a todos, pero que todos hablan bien de él. No tienen más que palabras de elogios para un torero que en su momento lo retaban en declaraciones, como Roberto Domínguez. No creo que haya nadie que critique a Espartaco.
–¿Quién podría representar hoy día su figura?
–El único que se me ocurre es Roca Rey, pero es muy distinto.
–Es cierto que todos quieren competir con él, e incluso le retan como el caso de Daniel Luque, pero, ¿cree que pasados los años todos hablarán de Roca como hoy hablan de Espartaco?
–Intuyo que no. Le falta el carisma que tenía Espartaco.
–Sería una buena oportunidad para que el Ayuntamiento de Espartinas organice una presentación del libro. –La presentación será el día 21 marzo a las 19 horas en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla, un acto de puertas abiertas que contará con la presencia del torero, del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, y del editor de El Paseíllo. Por su parte, a la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Espartinas le debo agradecer que me hayan cedido algunas fotografías, pero en el libro queda muy claro que Espartaco le dio vitola al pueblo por todo el mundo, aunque desgraciadamente vivamos ahora esta situación. El Ayuntamiento ha tirado por la borda la importancia económica, social y cultural que ha supuesto para el pueblo una figura tan relevante como Espartaco. Es lamentable y dramático. Todo eso queda consignado en el libro.