El PP rechaza la alianza con Ciudadanos, pero valora incluir a dirigentes centristas
▸ «La coalición es inviable, aunque no la integración», apuntan desde Génova
No habían pasado ni 24 horas desde que Pere Aragonès anunció la convocatoria de elecciones en Cataluña para el 12 de mayo y la mayoría de los partidos ya presumían de candidato en los pasillos del Congreso. No lo hacía el Partido Popular, instalado en una indefinición inesperada con Alejandro Fernández, presidente del PP catalán, al que diferentes dirigentes populares evitaron confirmar ayer como su candidato para esos comicios.
La razón para mantener en el aire la elección de Fernández se desveló a lo largo del día, cuando fuentes populares confirmaron que se estaba conversando con Ciudadanos (CS) para integrar a esta formación en sus listas para las elecciones catalanas y europeas y que no se iba a tratar el asunto de los cabezas de lista hasta que no se cerrara ese asunto. «Lo de Alejandro se abordará en su momento. Ahora estamos centrados en lo de Ciudadanos», explicaba ayer a ABC una fuente del más alto nivel de Génova.
Se refería a las negociaciones que se iniciaron hace tiempo en el marco de las elecciones europeas del 9 de junio y cuyo foco se amplió anteayer cuando Aragonès anunció el adelanto electoral en Cataluña para el 12 de mayo. «Ayer se produce una llamada y cambia el marco de las conversaciones. El cambio de escenario lo acelera todo, porque ya no hay tanto tiempo y hay que cerrar este asunto lo antes posible», señala otra fuente popular.
Las negociaciones, según ha podido saber ABC, las lideran Cuca Gamarra y Esteban González Pons, por parte del PP, y Adrián Vázquez y Carlos PérezNievas, por la de CS. Las posiciones iniciales, cuando solo estaba sobre la mesa el marco de las europeas, se encontraban bastante alejadas y el nuevo escenario no ha variado la situación, aunque ninguna de las partes descarta el entendimiento a pesar de esa distancia.
La única línea roja que pone el PP es la de que se concurra bajo sus siglas, lo que descarta una coalición como la que protagonizaron, por ejemplo, en las elecciones vascas de 2020. O en las navarras de 2019, bajo la marca de Navarra Suma y de la mano de Unión del Pueblo Navarro (UPN). Ambas experiencias electorales –sobre todo la vasca– se quedaron lejos de las expectativas creadas.
Ahora, para la cita en Cataluña y el Parlamento Europeo, la posición de
ambas formaciones es muy distinta y en Génova entienden que no se puede negociar en los mismos términos.
«La situación de Ciudadanos es la que es y la relación no es entre iguales. Por eso, la coalición está descartada, pero sí que valoramos con buenos ojos todo lo que sea sumar y sí contemplamos abrir listas a personas. La coalición es inviable, aunque no la integración», señala una fuente cercana a la dirección del PP.
Una «marca nueva»
Lo que se pelea desde Ciudadanos es justamente lo contrario. Los liberales son conscientes de su debilidad actual, pero entienden que, si hay dos espacios en los que todavía su marca tiene cierto valor, son precisamente en Europa y Cataluña. «Entendemos que las siglas del PP en Cataluña son un hándicap. En 2021 sacaron solo tres escaños cuando nosotros habíamos perdido 30. Por eso queremos coalición y marca nueva», explican fuentes de CS consultadas por ABC.
Los liberales coinciden en señalar que las posiciones de partida están
«alejadas», pero insisten en seguir negociando porque, consideran, hay margen para el acuerdo. Sobre todo, porque en lo que respecta al programa y a las ideas –plantar cara al nacionalismo y a los independentistas y hacer de la Constitución un frente común especialmente en Cataluña– sí que hay consenso. Además, fuentes de la dirección de CS valoran muy positivamente todo el trabajo común que se ha hecho conjuntamente con el PP en Europa en su intento por frenar la amnistía, informa Juan Casillas.
Por todo ello, fuentes populares creen que «es el momento de conseguir la unión del centro-derecha en España, algo que es un objetivo desde hace tiempo» y que la amnistía y la situación política actual hace que sea más necesario que nunca. De hecho, entienden que la alianza con CS no se traduciría en una variación significativa de escaños, pero que esa imagen de unidad podría ser positiva para atraer votantes de otros espectros políticos desencantados por la gestión de los últimos meses en torno a la amnistía.
Una vez que se resuelva la negociación con Ciudadanos, será el turno para los candidatos, si bien, al descartar una coalición de ‘tú a tú’ y en un formato similar al del vasco de hace cuatro años o el navarro de hace un lustro, todo indica que el líder de la lista será alguien de los populares. Y es ahí cuando entra en juego Alejandro Fernández, presidente del PP catalán.
Estrategia compartida
La dirección de los populares catalanes descartó ayer valorar la decisión de Génova de negociar con CS algún tipo de colaboración electoral. Fuentes cercanas a la calle Urgel, sin embargo, sí indicaron que no veían con malos ojos la suma de ambos proyectos políticos para el 12 de mayo: «El porcentaje de votos que CS puede conseguir hoy es mínimo, pero sumado a nuestra candidatura, que está al alza,
Los liberales proponen una «marca nueva» para acudir a las urnas en Cataluña, lo que aleja un acuerdo satisfactorio para los dos
puede añadir bastante». Una posición que no difiere con lo que defiende Génova. Unión pero con el logo del PP. Una estrategia que Fernández impulsó en 2020 al integrar en su equipo a personas de la sociedad civil y ‘fichando’ en CS. Lorena Roldán, ahora diputada autonómica del PP, llegó a ser candidata de los liberales a la Generalitat.
El adelanto electoral, sin embargo, no permitirá la celebración del congreso del PP catalán antes de la cita con las urnas, que está pendiente de celebración y con el que la dirección de Alberto Núñez Feijóo pretendía buscar un sustituto para Fernández. El retraso en convocar este congreso se debe básicamente a que no hay alternativa al actual líder de los populares catalanes. Ni Dolors Montserrat ni Manu Reyes, por unos motivos u otros, convencieron a Génova. Y una imposición de Madrid, otra más, al menos así se percibiría entre gran parte de las bases, podría tensionar en exceso a un débil partido en Cataluña.
Así, a dos meses de las elecciones autonómicas y a la espera de ver en qué queda la negociación con CS, es improbable que el PP pueda ‘inventarse’ un candidato cuando las encuestas sitúan a los populares, que ya consiguieron ganar a Junts y ERC en las generales del 23J, con opciones de consolidarse como cuarta fuerza política. Está por ver lo que el PP puede recuperar del voto que obtuvo Vox en 2021.