ABC (Sevilla)

Una conquista que consolida el reinado español

▸Seis meses después de ganar el Mundial, la selección, muy superior, derrota a Francia con goles de Aitana y Mariona y levanta la Liga de Naciones

- DANIEL CEBREIRO

Era el fútbol femenino francés el que dominó el panorama europeo a nivel de clubes con puño de hierro durante la última década, hasta la irrupción del Barcelona. Esa superiorid­ad no dio resultados en el palmarés de la selección gala. Mientras, en pleno reinado del conjunto azulgrana, la selección española puede presumir en apenas seis meses de un Mundial y un billete olímpico. La final de la primera edición de la Nations League brindó ayer la oportunida­d de sumar un título continenta­l a dos estilos antagónico­s. «Quien gane es campeona de Europa», admitió en la previa la delantera gala Le Sommer.

Y con este espíritu afrontaron ambos selecciona­dores la final. Montse Tomé dispuso sobre el césped, a pesar de contar en el banquillo con las recuperada­s Alexia Putellas y Tere Abelleira, el mismo once que batía a Países Bajos, con Aleixandri en el lugar de la gallega y Jenni Hermoso haciendo las veces de la doble Balón de Oro. Lo mismo hacía Hervé Renard, al ubicar de inicio a las mismas que derrotaron a Alemania en semifinale­s.

No se dejaba deslumbrar Francia por el brillo de la estrella que lucía en la camiseta de su rival. En cuanto rodó el balón en La Cartuja, las ‘bleus’ efectuaron una presión alta y lograron cortocircu­itar la circulació­n de balón de las españolas. Sorprendía a las de Tomé el agresivo inicio de la selección gala, que empleaba los primeros minutos en ajustar lo necesario para imponer el ritmo que beneficiar­a a sus intereses. La inercia del encuentro llevaba la posesión hacia las botas españolas y retrasaba metro a metro la posición de las francesas.

El dominio pertenecía a las campeonas del mundo, pero la zaga gala se mostraba impenetrab­le. Un disparo de Salma Paralluelo rechazado fue el único peligro que encontraro­n a través de una circulació­n predecible y un sinfín de centros laterales sin complicaci­ón alguna para las centrales. Athenea del Castillo, la más activa de inicio, intentaba encarar una y otra vez sin resultado. El balón parado abría un nuevo mundo de posibilida­des, pero el cabezazo de Irene Paredes a la salida de un saque de esquina se topaba con el poste.

Cumplida la media hora de partido, España encontraba la primera grieta en la defensa francesa, a través de una excelente combinació­n entre Olga Carmona y Jenni Hermoso. La sevillana llegaba a línea de fondo al mismo tiempo que Aitana Bonmatí atacaba a toda velocidad el punto de penalti. La actual Balón de Oro remataba el buen envío de la lateral madridista y adelantaba a las de Tomé. Después de verse por debajo en el marcador, Francia era consciente de que con defender no sería suficiente para levantar el primer título de su historia y salió de su terri

torio por primera vez desde los instantes iniciales. Pero el centro del campo de España limitó al máximo las peligrosas transicion­es de las galas y maniató por completo a sus atacantes.

Misma jugada, nuevo gol

Tras el paso por vestuarios y después del primer disparo en todo el encuentro de Francia –De Almeida con un remate más que defectuoso–, la selección española volvió a aprovechar una hendidura en la zaga rival, a través de una jugada de similar factura al gol de Aitana, pero en la banda opuesta. La mediocentr­o azulgrana era quien descubría el desmarque de Ona Batlle hacia la línea de fondo. La lateral vislumbrab­a la favorable posición de Mariona Caldentey y, con un gran remate cruzado, la centrocamp­ista doblaba la ventaja del combinado nacional. Gol patrocinad­o y ofrecido por el Barcelona, cuyo dominio amenaza con ir de la mano de la selección en los años venideros.

Con un 2-0 en el electrónic­o, como ya ocurriera en la semifinal, era la hora de aplicar la segunda parte del plan de partido. Dormir el duelo a través de la posesión, mantener la amenaza del ataque rival al mínimo y aprovechar la frescura de las jugadoras que ingresaron

en la segunda mitad para ampliar la renta. Todo ello para disfrute de los 32.657 espectador­es presentes en La Cartuja, nuevo récord histórico de la selección –lejos del lleno todavía, pero con una imagen más acorde a la importanci­a del partido–.

Paredes volvió a rondar el gol en un córner, pero su remate era detenido por Pyraud-Magnin. Francia lo intentaba, pero era frustrante para las galas la facilidad con la que la defensa española anulaba sus ataques. El mayor reflejo del brillante futuro que aguarda a la selección, que responde al nombre de Vicky López, ingresaba en el campo después de debutar el pasado viernes, a sus 17 años. A tres minutos del final, la afición sevillana por fin veía la victoria en el bolsillo y se arrancaba con olés al ritmo de la posesión española. Día de Andalucía y victoria de las suyas, doble motivo de celebració­n en la capital hispalense. La Nations League, un nuevo éxito en el histórico recorrido protagoniz­ado por este grupo, refleja que la selección sigue empeñada en hacer ordinario lo extraordin­ario. Con un aviso para navegantes: el reinado de España no ha hecho más que empezar.

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// REUTERS Jenni alza el trofeo en presencia de sus compañeras de selección

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