La viuda de uno de los guardias impide que Marlaska le condecore Feijóo viaja hoy a Cádiz tras hablar con dos heridos
▸«Mi marido no hubiera querido esto», rechazó visiblemente emocionada la mujer de David Pérez en Pamplona ▸El funeral de Miguel Ángel Gómez se celebró en San Fernando y fue arropado por sus vecinos
La emoción y la indignación compartieron ayer espacio en los funerales y capillas ardientes de los dos guardias civiles fallecidos este viernes en Barbate (Cádiz) arrollados por una narcolancha cuando participaban en una operación contra el tráfico de drogas.
El ambiente en el seno de la Guardia Civil de Pamplona ya era tenso desde que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció el sábado por la tarde su intención de acudir a la capilla ardiente de David Pérez Carracedo, uno de los dos agentes fallecidos. Pero terminó por explotar cuando el ministro se dispuso a condecorarle a título póstumo. Visiblemente emocionada, la viuda rechazó que fuera Grande-Marlaska quien colocara la medalla sobre el féretro.
No ha trascendido la imagen del momento, ya que la capilla ardiente se celebró sin presencia de medios de comunicación. Sin embargo, varias personas que presenciaron el momento relataron a los periodistas que se congregaban en torno a la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona que fue una escena de gran tensión. Según esos testimonios, la viuda gritó varias veces «mi marido no hubiera querido esto» cuando vio que Grande-Marlaska cogía la medalla y se disponía a acercarse al féretro, y de ese modo impidió que el ministro cumpliera su propósito.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, habló ayer con dos de los guardias civiles heridos en Barbate para trasladarles «todo su apoyo y solidaridad». Hoy viajará a Cádiz, donde se reunirá con políticos de la zona y representantes de la Policía y la Guardia Civil para «conocer de primera mano la situación».
Desde que se produjo el trágico suceso, el líder del PP ha reclamado que se asuman responsabilidades políticas inmediatas.
Después de una tensión que duró varios minutos, el ministro del Interior optó por desistir y fue el agente que portaba la caja con la medalla quien la cogió y la colocó sobre la bandera de España que cubría el féretro. En ese momento se habrían escuchado en la sala, según fuentes presentes, aplausos entre los asistentes al acto ante la capilla ardiente del agente.
Desde la comandancia de la Guardia Civil de Navarra, consultados por ABC, rehusaron comentar la escena. En la delegación de la Asociación Unificada de la Guardia Civil en Navarra, por su parte, no se mostraron sorprendidos por lo ocurrido cuando recibieron la llamada de este periódico. Consideran que se trata de una reacción «natural» ante la «dejadez» de medios que sufre el cuerpo.
Desde el Ministerio del Interior explicaron que lo ocurrido en la capilla ardiente era «una ceremonia celebrada en la intimidad» y optaron por no dar más detalles de lo ocurrido. Además, Grande-Marlaska abandonó la capital navarra después de su visita a la capilla ardiente y no acudió al funeral que se celebró en la catedral de Pamplona. Al término del mismo se escucharon gritos de «Marlaska dimisión».
Fueron cientos las personas que llenares las inmediaciones de la catedral para mostrar su apoyo a familiares y amigos. También estaban allí muchos de los compañeros de David Pérez Carracedo, algunos muy emocionados. Hicieron un pasillo de honor y recibieron el féretro entre aplausos. A su lle