ABC (Sevilla)

El pulso PP-BNG monopoliza el ecuador de la campaña gallega

Los populares giran su discurso para desmontar la fachada moderada de los nacionalis­tas Pontón mantiene su tendencia al alza gracias al voto útil, que desangra a un PSOE en caída libre

- JOSÉ LUIS JIMÉNEZ SANTIAGO

La carrera electoral en Galicia se ha aclarado antes incluso de llegar a su recta final. Este 18F se ha convertido, de facto, en un duelo a cara o cruz entre la continuida­d en la Xunta del Partido Popular o un cambio político que liderará el Bloque Nacionalis­ta Galego (BNG), que necesitará del apoyo de otras fuerzas de izquierdas. La tendencia consolidad­a en la demoscopia, incluido el CIS, y las sensacione­s transmitid­as en el primer –y previsible­mente único– debate televisado de esta campaña resume en dos las opciones en liza. Y esta simplifica­ción del escenario ha alterado el mensaje del partido que más se juega, un PP que defiende las cuatro mayorías de Alberto Núñez Feijóo y busca la primera con Alfonso Rueda de candidato.

Los populares han identifica­do cuál es la principal amenaza a su hegemonía: un BNG que mantiene y alimenta de manera lenta pero constante una tendencia al alza, a costa de un PSOE que poco a poco se hunde y que impide la irrupción de Sumar. Tras un arranque de campaña en el que la defensa de la gestión realizada se mezclaba de una manera confusa con ataques a Pedro Sánchez y asuntos nacionales como la amnistía o el trato preferente a Cataluña, el PP ha dado un giro a su discurso. Ha optado por centrar su mensaje en desmontar la fachada amable del nacionalis­mo, edulcorada por su candidata, Ana Pontón, y que le estaría permitiend­o gozar de transversa­lidad en la captación de voto de distintas ideologías.

Consciente de que el BNG se encuentra cómodo en la hipérbole y la caricatura, el PP ha optado por situar a Pontón frente al espejo de su programa electoral, uno de los momentos del debate del pasado lunes donde Rueda llevó la iniciativa y fijó sus propios

mensajes. El jueves en un mitin, Feijóo ya se refirió a la moderación como «la gran mentira nacionalis­ta» y acusó al BNG de ser «el de siempre», «los del ‘no’». La hoja de ruta del PP pasa por sacar a la luz no ya declaracio­nes o posiciones políticas de estos últimos años –que abundan y son igualmente reveladora­s–, sino el ‘programa de gobierno’ que el nacionalis­mo recoge en su web y con el que concurre a estas elecciones autonómica­s. Una llamativa letra pequeña.

En ella se glosan algunas de las medidas ya avanzadas por ABC la semana pasada, como la exigencia del reconocimi­ento del derecho a la autodeterm­inación de Galicia, una educación «integramen­te en gallego» y que conllevarí­a la erradicaci­ón del castellano, la eliminació­n de las provincias y la implantaci­ón del modelo comarcal, la recuperaci­ón de impuestos bonificado­s al 100% como Sucesiones y la asunción de toda la recaudació­n fiscal en una hacienda propia, la sustitució­n del actual modelo de financiaci­ón por el concierto económico, la creación de un Poder Judicial propio o la imposibili­dad de que el Tribunal Constituci­onal tuviera jurisdicci­ón sobre Galicia.

Los conservado­res van a trabajar en hacer que cale la pregunta de qué Galicia resultaría de un gobierno multiparti­to controlado por los nacionalis­tas, los efectos en la convivenci­a y las consecuenc­ias para el actual equilibrio territoria­l en España. Porque, si en algún momento los socialista­s ejercieron de freno a las pulsiones más dogmáticas del BNG –como ocurrió con el bipartito entre 2005 y 2009, cuando el PSOE era la fuerza mayoritari­a–, ese desde luego no es el actual. En el PP se tiene la convicción de que este PSOE es incapaz de poner un ‘pero’ a las formacione­s nacionalis­tas, otra idea expresada por Feijóo en los últimos días y que ilustra con la dependenci­a de Pedro Sánchez de Junts, Bildu y ERC.

Este movimiento busca dirigirse al votante socialista desencanta­do, que se confiesa no nacionalis­ta, que apoyó a Sánchez en julio y que, en el pasado, o bien se decantó por Feijóo o se fue a la abstención. El CIS recoge una transferen­cia muy escasa del PSOE hacia el PP en las encuestas de este 18-F –alrededor de un 6%–, pero podría ser determinan­te en las cuatro provincias, principalm­ente las más urbanas (La Coruña y Pontevedra), donde los últimos escaños estarán en un puñado de papeletas. Si se repiten los 700.000 votos del 23J, «habrá absoluta», sostienen desde el PP, por más que la izquierda predica que repetir el resultado de las generales garantizar­á el cambio en la Xunta.

Dardo a Vox

El mensaje también pretende penetrar en el reducido caladero de votantes de Vox en Galicia, apenas 80.000 en las últimas generales. El partido derechista aspira, como mucho, a llegar a un estéril 3% de los votos, que no supondrá escaño alguno. El PP confía en que alrededor de un punto o un punto y medio de esa masa de votantes tome conciencia de lo que está en juego, se incorpore a la mayoría conservado­ra de Alfonso Rueda y no abra la puerta a la llegada del BNG. Todavía escuece en el PP gallego que las papeletas de Vox les impidieran el 28-M alcanzar las dipu

El PP incide en los riesgos de un modelo liderado por BNG con el PSOE muy débil y denuncian que quieren escuelas solo en gallego

taciones de Lugo y La Coruña, además de la capital lucense, sin que los de Santiago Abascal lograran un solo concejal en estas provincias.

El PSOE, por su parte, intenta recuperar algo de aliento. Ayer, en una entrevista en Onda Cero, el candidato José Ramón Gómez Besteiro mostró su abierto rechazo a la autodeterm­inación, la declaració­n de Galicia como nación o al monolingüí­smo gallego en la educación. Es un intento desesperad­o por frenar la sangría que muestran algunas encuestas, que ya sitúan al PSOE más cerca de los 10 escaños que de los 14 actuales. La duda es si, con un resultado tan malo, Besteiro cumpliría su compromiso de renunciar al escaño en el Congreso y tomaría posesión de su acta en el Parlamento autonómico. La designació­n de la exalcaldes­a lucense Lara Méndez como número dos por esa provincia se lee como un plan B si finalmente el candidato permanece en Madrid. Sobrevuela también la duda de si el PSOE entraría en un hipotético gobierno nacionalis­ta como socio minoritari­o. No lo ha hecho en las ciudades donde se dio esta situación, como Pontevedra o Santiago de Compostela. Desde las filas nacionalis­tas se interpreta­n los ataques del PP como una muestra de «nerviosism­o», consecuenc­ia de las encuestas que constatan el crecimient­o del BNG, que estaría alrededor del 30% del voto, una cifra histórica para la formación. De confirmars­e, podrían llegar a duplicar a los socialista­s en escaños y porcentaje­s. Alientan la idea del «cambio posible», basado en una alta movilizaci­ón del electorado de izquierdas. Aunque no creen que el PSOE vaya a retroceder tanto como vaticinan algunos sondeos, sí ven más difícil que Sumar consiga superar el umbral del 5% que permite entrar al reparto de escaños en la cámara regional.

Ese frente lo ha cegado el BNG, que ayer propinó a los de Yolanda Díaz un golpe de efecto al anunciar el apoyo a Pontón del expresiden­te uruguayo José Mujica. El exmandatar­io –cortejado por la vicepresid­enta segunda en su última visita a Sudamérica– apareció en un vídeo difundido por el Bloque en sus redes respaldand­o a la candidata. Dos modelos en juego y apenas ocho días para resolver la incógnita.

 ?? // ABC ?? Alberto Núñez Feijóo, ayer, durante un café en Lugo
// ABC Alberto Núñez Feijóo, ayer, durante un café en Lugo
 ?? ??
 ?? ?? La candidata del BNG y su partido defienden abiertamen­te la independen­cia de una república gallega
La candidata del BNG y su partido defienden abiertamen­te la independen­cia de una república gallega

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain