ABC (Sevilla)

De zorras, maricones y canciones

Lo de zorra se ha puesto de moda, no tanto por la canción de Eurovisión del grupo Nebulossa, sino porque le gusta al presidente

- A. J.

AHORA resulta que ser una zorra es un piropo. Aunque lo de piropear estaba cancelado, condenado, mal visto, señalado, purgado, denostado…; salvo para decirle a la zorra de turno lo zorrón que es, o si uno pertenece a la casta de los viejunos que tanta guerra dan a las solas y borrachas. Que preparen la hoguera. Vivir se ha convertido en un lío del carajo. Me dicen en Chueca que ocurre lo mismo con el término ‘maricón’, pues ya no lleva el delantal peyorativo. Maricón es un halago, un regalo, una palmada, un triunfo. Otra cosa es ‘maricón de mierda’ o ‘maricón de barrio’, pues los apellidos molestan demasiado en la España cancelada, que es como la vaciada de Sergio del Molino pero en versión urbanita. En el Diccionari­o Covarrubia­s, allá por 1611, el término maricón se refería al «hombre afeminado que se inclina a hacer cosas de mujer». Sin embargo, en el Diccionari­o de Autoridade­s, que se considera el primero de la RAE, publicado en 1726, el maricón era, además de afeminado, un cobarde. Esa definición es del todo despectiva ya que las mujeres son generalmen­te mucho más valientes que los hombres, así que no tiene ningún sentido otorgarle al maricón la distinción homófoba y cobarde que su uso nos ha dejado. Ahora uno puede ir tranquilam­ente por la vida llamando zorra y maricón (a secas) a todo a quien le dé la gana pues estará haciendo el bien. El concepto se llama cambio semántico, y está más de moda que nunca, siempre y cuando ‘estar de moda’ no signifique desfasado, antiguo o viejuno. Vaya usted a saber. Lo de zorra se ha puesto de moda, no tanto por la canción que representa­rá a España en Eurovisión por el grupo Nebulossa, sino porque le gusta al presidente. Casualment­e los mismos tarados que reivindica­n el nuevo significad­o de ‘zorra’ son aquellos que se indignan y cancelan otros términos utilizados en canciones como «voy a vengarme de ese marica», de Hombres G, o lo de «ma-riconez» de Mecano. Es acojonante que puedan decidir hasta cuándo una palabra es un insulto o un piropo. Ya se sabe que son los dueños de la moral y ahora también del lenguaje. En la RAE deberían otorgarle un sillón para que asiente las posaderas algún neófito de la nueva moral de los que saben bien de qué va esto. Ya me imagino que ser un «hijo de puta», es del todo positivo según de qué boca salga la dicha. –Hola maricón, qué zorra estás hecha– piropo. Sin embargo, –oye tú, maricón, no seas zorra– y serás facha, maltratado­r, retrógrado y tal. Lo de la fachosfera tiene esas limitacion­es. En Castilla y León, por ejemplo, un tipo puede aporrear la puerta de su mujer al grito de «abre la puerta, zorra» y seguirá siendo un defensor de la igualdad y la convivenci­a. A todo esto, la canción de Nebulossa es mala como pegar a un padre, por muy zorra que quiera ser la cantante. Pero zorra en plan bien, no se vayan a creer.

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