ABC (Sevilla)

Un informe desmonta las falacias de Sumar sobre el Tesoro Quimbaya

▸ El Museo de América informó a Cultura de que el regalo de las 122 piezas de oro y cobre «fue totalmente legítimo y legal»

- JAIME G. MORA MADRID

Antes de que Ernest Urtasun abriera el melón de la descoloniz­ación, Sumar hizo un primer amago con el tesoro Quimbaya, un conjunto de 122 piezas de oro y cobre ubicadas en el Museo de América que Colombia lleva reclamando desde hace años. Fue por una iniciativa parlamenta­ria del partido al que pertenece Urtasun, que en una pregunta con respuesta escrita animaba al Gobierno a «dar los primeros pasos» para restituir el conjunto «a su territorio de origen». Cultura, tres días después de que Urtasun fuera nombrado ministro, registró una respuesta de 77 palabras en la que evitó defender el tesoro Quimbaya como parte del patrimonio español. El ministerio se puso de perfil pese a que contaba con un informe elaborado por el Museo de América que rebatía varios argumentos usados por Sumar «que no son correctos e inducen a confusión».

El texto, al que ha tenido acceso ABC a través del Portal de Transparen­cia, se titula ‘Informe sobre las preguntas parlamenta­rias en torno a la solicitud de restitució­n del tesoro Quimbaya’, consta de nueve páginas y lo firma Andrés Gutiérrez Usillos, director del Museo de América, con fecha 18 de octubre de 2023. «El regalo fue totalmente legítimo y legal, se realizó siguiendo indicacion­es del presidente del Gobierno y de sus ministros –concluye el informe–. España actuó de buena fe y recibió de buena fe el conjunto. Es evidente que el conjunto no pudo ser adquirido como parte de los bienes patrimonia­les colombiano­s pues su destino era el regalo institucio­nal de carácter ‘diplomátic­o’. [...] ¿Cuál es la base legal de la reclamació­n? ¿Se trata de restitució­n moral? Entonces los argumentos deberían ser otros, pero no son los que ha iniciado el Gobierno de Colombia». Y el partido cuya portavocía ostenta Urtasun.

Tras unos párrafos en los que Gutiérrez Usillos explica que Colombia adquirió el tesoro en 1891 para «regalarlo al Gobierno de España, personific­ado por la Reina María Cristina de Habsburgo, con destino a un museo español, y exhibirlo» en las exposicion­es de Madrid y Chicago de 1892 y 1893, el informe pasa a rebatir una por una las falacias de Sumar. La primera inexactitu­d es la afirmación de los diputados Enrique Santiago y Gerardo Pisarello,

que firman la pregunta, de que el conjunto está formado por 122 piezas de oro, cobre y cerámica: «La cerámica formó un conjunto diferente. [...] La cerámica no se encuentra en el Museo de América». Acto seguido, el texto desmiente que el tesoro Quimbaya «siempre ha sido objeto de conflicto». Es un «error» porque ese interés «no se inició hasta pasados los años 30 del siglo XX» y «solo después de 1974 (habiendo pasado más de 85 años de la donación) la Embajada del Gobierno de Colombia propuso un canje».

También «es un error advertir que [el regalo] no se comunicó al Congreso», otro de los argumentos utilizados por Sumar. Colombia hizo esa adquisició­n con carácter reservado, que pagó con fondos de una partida reservada, y la Constituci­ón de 1886 no permitía revelar estos datos al Congreso.

Más: la pregunta parlamenta­ria de Sumar, en línea con las reivindica­ciones de Colombia, dice que el conjunto se compró para formar parte de los bienes culturales del Estado latinoamer­icano. En cambio, una carta reservada del ministro plenipoten­ciario de España en Colombia, Bernardo J. Cólogan, de agosto de 1891, ratifica que Gobierno y oposición «impulsaron la compra del conjunto para regalarlo al Gobierno de España a través de la Reina».

Restitució­n

«La restitució­n del expolio es una política habitual del Ministerio de Cultura cuando el objeto procede del tráfico ilícito, procediend­o a su devolución a través del protocolo de comisión rogatoria del país», añade el informe, como ha ocurrido con la operación Chavín o el caso Escrucería. Gutiérrez Usillos desmiente que la restitució­n

del tesoro permita «reconectar­se a las comunidade­s con su patrimonio», pues la comunidad que «fabricó y utilizó el conjunto orfebre dejó de existir antes del siglo VII», e insiste en que no es un regalo privado, sino diplomátic­o: «Durante el siglo XIX fueron muy frecuentes». Por último, sobre la sentencia de la Corte Constituci­onal que insta a Colombia a reclamar el tesoro Quimbaya, el Museo de América recuerda que la reclamació­n se ciñe a la Constituci­ón de 1991: «Las leyes no tienen aplicación a hechos acontecido­s en el pasado (cuando eran legales), más aún si existen más de 100 años de diferencia entre un hecho y la nueva legislació­n».

Con este informe, la Subdirecci­ón General de Museos Estatales preparó un borrador de respuesta que sirvió de base para las 77 palabras que se registraro­n finalmente.

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// JOSÉ RAMÓN LADRA El tesoro Quimbaya, expuesto en el Museo de América

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