«Nadie se escandaliza si bendigo a un empresario explotador y sí a un homosexual»
▸ El Papa Francisco vuelve a defender las bendiciones a parejas gais
La posibilidad de impartir una bendición «informal» también a parejas de personas homosexuales protagoniza una nueva entrevista del Papa Francisco, en la que lamenta que «nadie se escandaliza si doy la bendición a un empresario que puede estar explotando a la gente, que es un pecado muy grave. En cambio, se escandalizan si se la doy a un homosexual.... ¡Esto es hipocresía!». Se trata de una entrevista a la revista italiana ‘Credere’ (’Creer’) que celebra su décimo aniversario. El texto completo no ha sido publicado, pero la editorial ha filtrado el contenido de algunas respuestas.
El Papa asegura que la decisión de ensanchar el concepto de bendición, y autorizarla si no se confunde con una boda, se ha tomado con la idea de «la acogida». «El corazón de ese documento es la acogida», asegura. El 26 de enero, el Pontífice ya aclaró en un encuentro con el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que la medida debe leerse «en el contexto de la evangelización». Así, subrayó la perspectiva «personalista», pues «no se bendice la unión, sino las personas, naturalmente teniendo en cuenta el contexto, las sensibilidades, los lugares donde se vive y las formas más adecuadas de hacerlo».
En esta entrevista añade que las bendiciones se imparten a «personas», a «quien es capaz de recibir el bautismo». «No bendigo a un ‘matrimonio homosexual’ sino a dos personas que se quieren, y les pido que recen por mí», asegura. Pone como ejemplo la situación de personas que se acercan a la confesión, pero que quizá no pueden recibir la absolución. «En las confesiones, cuando surgen estas situaciones, personas homosexuales, personas que se han vuelto a casar, siempre rezo y doy una bendición, pues la bendición no se le niega a nadie».
«Movimientos exquisitos»
Durante la conversación con el director de la revista italiana, el sacerdote Vincenzo Vitale, el Papa Francisco reflexiona también sobre la situación de la Iglesia y dice que mientras que «hay experiencias pastorales que hablan a la gente sencilla, hay otras instituciones ‘sofisticadas’ que no llegan a las personas, movimientos un poco ‘exquisitos’ que tienden a formar una «iglesilla», de personas que se sienten superiores».
«No estoy en contra de los movimientos, que hacen mucho bien. El movimiento es bueno cuando te inserta en la Iglesia real, pero si es selectivo, si te separa de la Iglesia, si te lleva a pensar que eres un cristiano especial, eso no es cristiano», advierte. También le responde que sueña con una Iglesia que esté más cerca de las personas. «Cuando me ocupo de cuestiones administrativas, sí, hago lo que debo hacer. Pero cuando estoy con la gente es otra cosa», confiesa el Papa. «La gente sufre mucho, nosotros, los sacerdotes, a veces vivimos cómodamente, hay que ver el trabajo y el sufrimiento de las personas», avisa.