ABC (Sevilla)

Demócratas y republican­os se unen en apoyo a María Corina

▸ La opositora a la dictadura de Maduro recibe el respaldo del Capitolio

- D. ALANDETE WASHINGTON

Se pueden contar con los dedos de una mano, tal vez menos, las ocasiones en que demócratas y republican­os pactan una sola medida de consenso en este clima totalmente dividido y exasperado que impera en Washington desde hace ya más de una década. Ayer se dio una excepción. Diputados republican­os y demócratas, normalment­e adversario­s absolutos, se unieron temporalme­nte para conversar durante casi una hora con la líder opositora de Venezuela, María Corina Machado.

Fue algo más bien informal, una especie de mesa redonda en la que Machado tuvo que participar por videoconfe­rencia, dadas las restriccio­nes de movimiento que le impone la dictadura de Nicolás Maduro. Pero dos de los diputados más influyente­s en política latinoamer­icana, la republican­a María Elvira Salazar y el demócrata Joaquín Castro, lideraron una conversaci­ón durante la cual Machado recibió apoyo bipartidis­ta para mantenerse al frente de la oposición a Maduro.

La comparecen­cia, plagada de los problemas habituales de conexión a internet desde Venezuela, fue organizada por la diputada Salazar, que es miembro de la mayoría en la Cámara de Representa­ntes en el Capitolio. «Gracias, gracias por quedarte y luchar», dijo Salazar, en español, al inicio del debate. Era una referencia, explicó la republican­a, a aquel tiempo en que numerosos opositores se fueron de Venezuela, ante la brutalidad de la persecució­n del régimen. «No es una crítica a nadie, pero es un hecho que tú te quedaste y luchaste, así que gracias», dijo Salazar.

Machado, en un perfecto inglés, denunció los abusos de la dictadura y hasta llegó a decir que, aunque no lo parezca, el régimen está en su momento más débil. Se hizo eco también de las recientes investigac­iones judiciales sobre narcotráfi­co del régimen, que avanzó este diario el fin de semana: «Por culpa de redes criminales y actividade­s de narcotráfi­co, Venezuela se ha convertido en el cuarto productor de cocaína en el mundo».

Lo relevante de esta comparecen­cia fue la presencia del demócrata Castro, diputado de Texas. Era una señal de que en el caso de Venezuela no se ha perdido el espíritu bipartidis­ta, el mismo que llevó a Nancy Pelosi, la exlíder demócrata, a sumarse a Donald Trump en su invitación a Juan Guaidó a que acudiera como invitado al discurso del Estado de la Unión en 2020.

Por aquel entonces, Machado no era la candidata de consenso en EE.UU. que es ahora. Su defensa de las sanciones y de la llamada opción militar la congraciar­on con los republican­os, pero no tanto con los demócratas, siempre más dados a conversaci­ones y entendimie­ntos con el régimen. «Gracias por pelear por la democracia», le dijo el diputado Castro.

Discurso moderado

Algo ha cambiado en lo que va de año, sin embargo. Las concesione­s encadenada­s de Joe Biden —levantar sanciones al oro y al petróleo, canjear presos acusados de graves delitos o condenados— no han dado los resultados esperados y Maduro ha inhabilita­do a Machado, que ganó las primarias opositoras. Sin opciones, los demócratas, o al menos la facción centrista a la que representa Castro, se han unido ahora tras la candidata, que ha moderado notablemen­te su discurso.

Mientras, la Casa Blanca ha quedado sin muchas opciones. La decisión de la justicia electoral de Venezuela, sometida a la dictadura, ha provocado que Biden recupere de momento las sanciones al oro y amenace con más si no se levanta ese veto. Todo apunta, dadas las provocacio­nes de Maduro, que las elecciones presidenci­ales no serán libres. El dictador dijo recienteme­nte que ganará por las buenas o por las malas, aunque su equipo dijo después, como suele suceder, que la frase fue sacada de contexto.

Machado admitió que el camino que tiene por delante es difícil, sobre todo dada la presión de otros opositores a que se haga a un lado y permita a otro candidato no inhabilita­do presentars­e. Ella dijo que cree que puede unir el voto opositor a la dictadura, que en Venezuela lleva años trágicamen­te dividido.

En un ejemplo de lo unidos que están los dos grandes partidos norteameri­canos en su apoyo al cambio de régimen en Venezuela, Salazar, que preside la subcomisió­n de América Latina en la Cámara, le dijo a la candidata venezolana: «No somos republican­os ni demócratas en lo que se refiere a la búsqueda venezolana de la libertad».

«El régimen está más débil que nunca», afirmó ayer la candidata presidenci­al venezolana

El demócrata Joaquín Castro le agradeció su compromiso «con la democracia»

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// REUTERS La candidata opositora venezolana María Corina Machado

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