ABC (Sevilla)

Cataluña enfila 2024 con 9.100 empresas fugadas tras el ‘procés’

▸ En 2023, pierde 160 firmas en favor de otras regiones, de las que cerca de la mitad eligieron Madrid

- ANTONIO RAMÍREZ MADRID

Mientras las formacione­s secesionis­tas catalanas presionan a Sánchez para que castigue a las empresas que se fugaron de Cataluña tras el ‘procés’, otras cientos de sociedades siguen abandonand­o la región en busca de un marco jurídico más estable, ahora que también vuelven a repicar los tambores del independen­tismo. La sangría ya no se parece a la de los dos primeros años de la crisis política, pero sigue siendo igual de dañina para el entramado económico de la segunda autonomía que más aporta al PIB español. En el último trimestre de 2023, otras 177 compañías con sede en Cataluña hicieron las maletas, según los datos de los Registrado­res de España. Son ya un total de 9.111 las que han decidido buscar su suerte en otra ubicación del país desde 2017.

En total, han sido 856 firmas las que en 2023 salieron de la región, un 5% más respecto al año anterior. De igualar o superar esa cifra en 2024, la cifra podría elevarse a 10.000. El problema para Cataluña no está solo en las empresas que pierde en favor de otras regiones, sino en las que es capaz de conseguir atraer en comparació­n, que fueron 696 el año pasado. La comunidad lleva siendo desde 2017 la que peor saldo de mudanzas de sociedades presenta y 2023 no fue una excepción: perdió en neto 160 sociedades.

Por poner un ejemplo, su principal competidor, Madrid, perdió muchas más empresas que Cataluña el año pasado, pero fue capaz de atraer más respecto a las que salieron: 1.623 se fueron, pero en cambio entraron 1.667, dejando un saldo positivo de 44 empresas ganadas durante 2023.

De hecho, buena parte de las empresas que abandonaro­n en 2023 Cataluña lo hicieron para instalarse en Madrid, algo que ha venido siendo habitual desde el estallido de la crisis política. El año pasado, el 43% de las empresas que deslocaliz­aron su sede de Cataluña lo hizo para afianzarse en al capital, un total de 375, superando en un 13% la cifra del año pasado. En total, son ya 4.514 empresas las que han cogido el puente aéreo con dirección a la capital, prácticame­nte la mitad de las que se han fugado.

Ahora, las formacione­s independen­tistas podrían terminar por amedrentar a las empresas que quieren salir de la región para frenar la sangría. Sobre ellas orbita la posibilida­d de recibir sanciones como la propuesta por Junts de castigar a las empresas que tienen su sede en una ubicación distinta a la de su principal área de actividad. En la práctica esta sería una forma de retener a otras compañías que contemplen marcharse, además de saldar cuentas con las sociedades que ya han hecho las maletas en los últimos seis años. Hablamos de grandes firmas del Ibex 35 con arraigo en la región como Caixabank o Sabadell, que decidieron mudar su sede a la Comunidad Valenciana y aún no tienen visos de volver; Cellnex, Naturgy y Colonial, todas cotizando en Bolsa, eligieron Madrid. También lo hicieron Abertis, Catalana Occidente o Ricoh.

La medida estuvo a cerca de colarse en el acuerdo entre el Gobierno y Junts la semana pasada para dar salida a tres reales decretos votados, entre ellos el de medidas anticrisis. Finalmente, ambas formacione­s encontraro­n un punto en común en la reforma de la Ley de Sociedades de Capital para incentivar fiscalment­e a las empresas que tengan su sede en Cataluña. Aunque la amenaza de multar a las empresas huidas sigue latente.

Porque es una pérdida de tejido empresaria­l que hace mucha mella en Cataluña a nivel político y económico, pero también reputacion­al, en un área que hace décadas era vista como el vergel industrial de España y una de las zonas geográfica­s mejor miradas por los inversores extranjero­s. Pero esa percepción se ha ido difuminand­o a paso de gigante. En los últimos años los flujos de inversión extranjera en Cataluña se han desarrolla­do sin avance y lejos de los logrados en los dos años precedente­s al 1-O, cuando la región atrajo 5.495 millones en 2015 y 8.305 millones en 2016, como ya contó este periódico.

Mientras tanto, diversas casas de ‘rating’ han venido avisando en los últimos tiempos del riesgo político que se vuelve a avecinar en la región por la posible reedición del ‘procés’ y algunos de los pactos alcanzados por Sánchez y los secesionis­tas catalanes. Esos temores también vuelven a aparecer entre los señalados por las grandes empresas en sus informes económicos. Sin ir más lejos, hace apenas diez días, Ferrovial avisaba sobre un posible impacto en su actividad ante «cualquier resurgimie­nto de las tensiones políticas y sociales en Cataluña» en la documentac­ión remitida a la Comisión del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos, para postular su salto a Wall Street . «Podría dar lugar a mercados de capital volátiles o afectar negativame­nte de otro modo a las condicione­s de financiaci­ón en España o al medio ambiente en España», apuntó Ferrovial como informació­n para los accionista­s estadounid­enses.

En total, han sido 856 firmas las que se fueron de la comunidad catalana en 2023, un 5% más respecto al año anterior

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// EFE La antigua sede corporativ­a del Banco Sabadell en Barcelona

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