ABC (Sevilla)

Nadal ha vuelto: «Es un día para estar feliz»

▸El español suma, ante Thiem, un primer triunfo de 2024 con sensacione­s muy positivas tras 349 días sin jugar. «Había nervios y dudas antes del partido»

- RAFAEL NADAL DOMINIC THIEM LAURA MARTA

Era el más difícil todavía, era el volver a la élite después de un año en suspensión. Era el reto que define lo que es Rafael Nadal: superación, esfuerzo, disciplina y amor por su deporte. Y la imagen lo dice todo: brazos en alto, mirada al cielo, sonrisa, ojos cerrados y enseguida abiertos y puestos en su palco, que solo él y ellos saben lo que ha sido esta travesía por lo desconocid­o. Del pozo por una lesión a principios de 2023 que no se curaba, a la victoria ante Dominic Thiem ayer, a principios de 2024, con la mejor versión posible de sí mismo hasta el momento. Que es una con una pinta magnífica para el futuro.

Por momentos es como si Nadal nunca se hubiera ido. Como si ayer hubiera sido ese fatídico 18 de enero de 2023 en el que cedió ante Mackenzie McDonald y otra lesión (en el psoas ilíaco) y no un 2 de enero de 2024, con 349 sin tenis entre medias. Porque todo está ahí: la derecha se muestra certera, el revés vuela, el saque es contundent­e, la reacción es rápida y las piernas se mueven con soltura. Todo en su sitio y a un nivel más que notable para lucir la primera victoria contra un ex número 3 del mundo, nada menos, y para cargar el depósito de confianza y optimismo. «Echaba de menos estar sano y sentirme competitiv­o. He tenido la oportunida­d de regresar después de un año y he jugado a un buen nivel que me hace estar orgulloso. Por mí, y por mi familia y por mi equipo, que han estado ahí cada día», decía a pie de pista tras una hora y 29 minutos.

Hubo cinco turnos de saque ganados en blanco, solo seis puntos perdidos, 90 % ganados si entraba el primero. Hasta hubo tres saques directos con los que despejar los miedos. Hubo una encendida defensa desde el fondo como si las piernas no hubieran estado en el letargo más largo que han vivido en estos 20 años de profesión. O como si no tuvieran 37 años y medio. Hubo ideas frescas para crear las jugadas propias y encontrar las lagunas ajenas. Y hasta tiempo para derechas a la carrera o contradeja­das al más estilo Nadal. «No se me había olvidado jugar, lo difícil es ponerlo en práctica en un partido oficial y dando un alto nivel de tenis», analizaba después. «Tienes que recuperar la confianza y los movimiento­s, y eso lleva tiempo. Sobre todo con una cirugía, tienes miedo de hacer algún movimiento. Y luego hay que reajustar la velocidad y leer la pelota hasta que salga de una forma automática», proseguía.

Atendía Thiem, con dos temporadas trastabill­adas por una lesión de muñeca, a la enésima resurrecci­ón del balear con el respeto debido primero, con el temor fundado después. Ofreció lo que pudo, buenas maneras y una derecha que surgió a brochetazo­s. Diez juegos de igualdad, como habían sido todas las citas anteriores, incluidas las dos finales de Roland Garros (2018 y 2019) que protagoniz­aron en otros tiempos.

Pero uno todavía se mueve entre las sombras de quien fue, 30 años y 98 del mundo, y Nadal tiene prisa por llegar a quien quiere ser. Que el tic tac del reloj también aprieta. El revés abrió pista y el ‘drive’ martilleó una y otra vez el debilitado revés del austriaco. A pesar de todo lo que ya es, el manacorens­e apeló a su equipo para ver qué podía hacer en esos restos que expresan más que ningún otro golpe esa larga ausencia. No hallaba el golpe, el movimiento, la reacción apropiada para hacer daño y dar ese estirón definitivo. El consejo certero de Carlos Moyà y compañía fue más un aplauso de ánimo y de confianza que necesitaba que ningún otro truco: dar un pasito hacia delante, ser un poquito más Nadal.

Y no hay mejor momento que defina a Nadal que ese en el que juega más la cabeza que la mano. Con 5-5, un pasito hacia delante y el Nadal más reconocibl­e: el de meter presión al rival, el de trabajarse las opciones de rotura, el de atrapar la cuarta, sentenciar con el saque y ya no soltar al rival. Brazos en alto, sonrisa, liberación.

Supera a Ivan Lendl en número de victorias (1.069, por detrás de Jimmy Connors, 1.247; Roger Federer, 1.251, y Novak Djokovic, 1.088) aunque se reía el balear porque su batalla este año ha sido otra muy distinta, muy lejos de aspirar a títulos y triunfos: «No sabía esa estadístic­a, pero he tenido bastante con estar centrado para volver a una pista y recordar cómo jugar un partido competitiv­o. Venía sin demasiadas expectativ­as. Tenía duda de cómo podía salir todo, que también podía salir mal y eso me preocupaba. Había nervios y dudas antes del partido».

Se estudiará en el futuro esta vuelta a la competició­n de élite por todo lo que conlleva de convicción personal y esfuerzo físico, de negarse ante una realidad tozuda que se ha encargado de desmontar con esta lógica nadaliana una y mil veces. Y para empezar, se pone buena nota: «Necesitas horas en pista y en entrenamie­ntos, pero también horas en partidos profesiona­les. No sabía qué pasaría hoy. Es un día para estar feliz. Y me encanta tener otra oportunida­d de jugar otra vez».

Señales positivas

Celebra el tenis su vuelta y celebra él el primer paso, que esto, no se olvide, es solo el principio, pero cuenta ya con un buen puñado de señales positivas y optimistas para horizontes más lejanos. «Después de tanto tiempo no puedes pensar qué va a ocurrir. Puede pasar que pasen cosas buenas o que sea un desastre. Solo ha sido un buen comienzo. Es verdad que después de un año pasado he jugado bastante bien, sobre todo después de todo lo que he pasado». Pero, fiel a su discurso de perfil bajo, prefiere la cautela: «Si vuelvo a ser competitiv­o, genial. Será una sorpresa también. Ese es mi único objetivo, ser competitiv­o en un par de meses. Hay que ir día a día».

Hoy se lo tomará de recuperaci­ón y entrenamie­nto, jornada de descanso antes de enfrentars­e en octavos a Jason Kubler, 30 años y 102 de la ATP.

«No se me había olvidado jugar: lo difícil es ponerlo en práctica en un partido oficial y a un buen nivel»

«Lo importante es estar sano. Y el objetivo es ser competitiv­o en un par de meses. Hay que ir día a día»

 ?? // EP ?? Nadal celebra el triunfo ante Thiem, ayer en Brisbane
// EP Nadal celebra el triunfo ante Thiem, ayer en Brisbane

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain