ABC (Sevilla)

Le Pen lucha por borrar la etiqueta de extrema derecha para ganar el Elíseo

▸ La líder de Agrupación Nacional encabeza los sondeos, pero necesita eliminar su herencia ultra para consolidar­se

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

Marine Le Pen (55 años) espera conseguir que su partido, Agrupación Nacional (AN), heredero del Frente Nacional (FN), deje de ser calificado de extrema derecha, con el objetivo de romper definitiva­mente con las raíces neonazis del movimiento creado por su padre, Jean-Marie Le Pen (98 años), aglutinado­r histórico de todas las extremas derechas francesas.

Marine Le Pen y el nuevo presidente de AN, Jordan Bardella (28 años), consideran indispensa­ble continuar el proceso histórico de centraliza­ción de su familia política para seguir creciendo, en la perspectiv­a de las próximas europeas (2024), municipale­s (2026), presidenci­ales y legislativ­as (2027). Con un 28-29% de intención de voto, al alza, ante las próximas europeas AN es el primer partido de Francia, con 8-9 puntos por delante de los aliados de Emmanuel Macron, con 17-18 puntos de ventaja sobre el PS.

Consolidar­se

Marine Le Pen se cotiza como posible vencedora de la próxima elección presidenci­al, que se celebrará dentro de tres años. Pero, para consolidar definitiva­mente esa posición, debe seguir moderándos­e y consolidar su credibilid­ad, alejándose definitiva­mente de la herencia envenenada de su padre.

Marine rompió con su padre entre 2015 y 2018. Jean-Marie Le Pen fue expulsado de su propio partido por su hija, que también rompió con las amistades neonazis y ultraderec­histas del patriarca fundador. Consumada la ruptura formal, Marine inició la larga marcha del cambio de nombre y cambio de presentaci­ón de su nuevo partido, Agrupación Nacional, nacido en 2018, aspirando a borrar e intentar olvidar su clasificac­ión como partido de extrema derecha, que desearía cambiar por «derecha radical», o algo «parecido».

El 3 de octubre del 2013, Marine Le Pen comenzó ese giro y declaró, por vez primera: «No somos un partido de extrema derecha. Ese término es utilizado contra nosotros con el propósito de denigrarno­s, hacernos daño y desprestig­iarnos. Tendré que terminar recurriend­o a los tribunales para perseguir judicialme­nte a quienes utilicen ese término contra nosotros».

Diez años después, los problemas parlamenta­rios de Macron con su proyecto de Ley concebido para frenar la inmigració­n han ofrecido a Marine Le Pen una oportunida­d histórica. El proyecto de ley macroniano solo pudo aprobarse con los votos de los 88 diputados de extrema derecha, cuyas ideas están presentes en un texto que todavía debe ser aprobado por el Tribunal Constituci­onal. Marine Le Pen reaccionó encantada a la aprobación parlamenta­ria de un proyecto censurado por muchos diputados de centro próximos a Macron, declarando: «Estamos muy contentos de la victoria ideológica de nuestro partido. Las ideas de AN se han incorporad­o al proyecto de

Macron. Es el caso de la preferenci­a nacional, que nosotros defendemos desde hace muchos años».

Marine, como la llaman sus admiradore­s, y Jordan Bardella, el jovencísim­o líder de su partido, consideran más urgente que nunca continuar exigiendo la retirada del calificati­vo de extrema derecha para su movimiento. «Si queremos continuar creciendo, si queremos ganar respetabil­idad para la gran cita de las próximas presidenci­ales, con Marine Le Pen liderando nuestro partido, debemos romper con la herencia de la extrema derecha. Yo mismo nunca me he adherido a las ideas de su padre, que tenía muchos amigos neonazis», explicó Bardella ante un grupo de periodista­s europeos.

En esa perspectiv­a, el triunfo táctico de la derecha tradiciona­l y los diputados de Marine Le Pen, apoyando el proyecto macroniano de Ley contra la inmigració­n, ha sido una encrucijad­a política nacional. «Macron y sus amigos han adoptado el tema de la preferenci­a nacional contra la inmigració­n, que fue nuestro caballo de batalla durante muchos años. A partir de ahora, no podrán llamarnos de extrema derecha, cuando ellos mismos hacen suyos nuestros argumentos históricos», comenta irónico un ejecutivo de AN.

Una y otra vez, Marine Le Pen finge indignarse y vuelve a denunciar a quienes la clasifican, a ella y a su partido, de extrema derecha. Y confía en terminar triunfando, cuando su sobrina y gran rival, Marion Marechal Le Pen, cabeza de lista de Renacimien­to, el partido ultraderec­hista liderado por Éric Zemmour en las próximas elecciones europeas, sigue aceptando con satisfacci­ón ser la «auténtica heredera» de Jean-Marie Le Pen, que menospreci­a a su hija y ensalza a su nieta.

Lucha en el Supremo

Sin embargo, el resultado final del cambio de extrema derecha a derecha radical todavía se percibe lejano.

Marine Le Pen presentó recienteme­nte un recurso ante el Tribunal Constituci­onal (TC), pidiendo que se retirase el calificati­vo de extrema derecha de las clasificac­iones del Ministerio del Interior de las listas de las elecciones senatorial­es. A su modo de ver, el Ministerio del Interior pretendía con ese término «demonizar» a su partido. «Demonizar», definido como «atribuir a alguien o algo cualidades o intencione­s en extremo perversas o diabólicas».

Tras el estudio de la protesta de Marine contra el Ministerio del Interior, el TC terminó rechazando su queja, confirmand­o como buena la clasificac­ión de extrema derecha de AN. La batalla continúa y está llamada a prolongars­e, en el marco de una recomposic­ión global del paisaje político nacional, donde también continúa creciendo el partido Renacimien­to, más ultra derechista, liderado por Éric Zemmour.

Agrupación Nacional encabeza las encuestas para las próximas elecciones europeas con casi un 30% de intención de voto

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// AFP La líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen
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