Francia aprueba una nueva ley migratoria muy restrictiva con el apoyo de las derechas
▸ El ‘cerrojazo’ a la inmigración provoca malestar en el seno del Gobierno y entre los apoyos del presidente
La Asamblea Nacional (AN) y el Senado, las dos cámaras del Parlamento francés, han aprobado definitivamente, esta pasada madrugada, un proyecto de Ley destinado a regular de manera muy restrictiva el más grave de los problemas nacionales, la inmigración. La AN lo aprobó con 349 votos a favor y 186 en contra. El Senado registró 214 votos a favor y 11 en contra.
En una Asamblea Nacional de 577 escaños, la mayoría obtenida es muy amplia, pero encubre una realidad política muy complicada que ha precipitado una crisis grave tanto entre miembros del propio Gobierno como en las distintas familias políticas que apoyan al presidente.
Un número considerable de los diputados próximos a Macron votaron contra el proyecto de su propio Gobierno, que se benefició con el voto de los 88 diputados de extrema derecha. El presidente había anunciado que pediría una nueva votación si el proyecto era aprobado con los votos de Marine Le Pen. Decisión quizá improbable.
Discurso a la nación
Emmanuel Macron dirigirá hoy un discurso a la nación para disipar dudas y clarificar un panorama político confuso y problemático para su propio futuro político. Ha quedado claro que el presidente no tiene una mayoría parlamentaria que le permita hacer grandes reformas de ningún tipo.
Hace días, el proyecto original fue rechazado por la AN. Y el Gobierno de Macron formó una comisión mixta de diputados y senadores, con mayoría conservadora, para negociar un texto de compromiso que pudiera culminar regulando la inmigración de manera muy restrictiva. El texto aprobado es una versión dura del proyecto original, con muchas concesiones inconfesables a la extrema derecha. Varios ministros amenazaron con dimitir y el movimiento de los Jóvenes con Macron (JcM) ha denunciado la «traición» presidencial. En sus orígenes, el macronismo aspiraba a ser, al mismo tiempo, «de izquierdas y de derechas».
La aprobación del ‘cerrojazo’ a la inmigración, contando con el voto de la derecha tradicional y la extrema derecha, divide gravemente a las distintas familias macronianas (centristas, liberales, moderadamente conservadores e incluso socialistas).
El proyecto de Ley aprobado tiene estos puntos esenciales: instaura un debate anual sobre la inmigración y se impondrán «cuotas» de recepción de inmigrantes. Se creará el delito de «residencia irregular», así como «centros de retención administrativa». Se retirará el permiso de residencia a los inmigrantes «que no respeten los principios de la República». Los permisos de residencia se darán para trabajar en sectores necesitados. Se endurece de forma importante la concesión de permisos de residencia, y se recortarán sustancialmente las ayudas familiares, que solo podrán recibirse tras largos periodos de «prueba».
Por otra parte, se suprimirán total o parcialmente las ayudas médicas del Estado. Será necesario acreditar que se está trabajando, y muchas de las ayudas sociales solo se podrán recibir tras cinco años de residencia. Además, los inmigrantes estudiantes deberán abonar una «fianza» que permita justificar económicamente su presencia si no tienen trabajo. Tras esta reforma, será mucho más difícil conseguir la nacionalidad, en condiciones mucho más restrictivas. El reagrupamiento familiar será mucho más difícil y problemático, y se procederá a la expulsión inmediata de personas condenadas por delitos muy diversos.
Durante los debates parlamentarios, Gérald Darmanin, ministro del Interior, advirtió de que, a su modo de ver, algunos de los proyectos aprobados pudieran ser inconstitucionales… Y el Constitucional pudiera matizarlos y pedir una nueva redacción, cuando sigue pendiente la redacción definitiva del proyecto de Ley, que ha dividido a toda la clase política nacional.
En el Gobierno y las familias próximas a Macron han estallado divisiones y tensiones, incluso circulan fechas para una posible crisis de gobierno. Las izquierdas, los ecologistas, populistas, socialistas y comunistas siguen hundidas en su histórica crisis: juntas tienen menos votos, menos diputados y menos intenciones de voto que la extrema derecha.
La derecha tradicional de Los Republicanos (LR), el partido de Nicolas Sarkozy, ha conseguido una gran victoria táctica, imponiendo sus ideas a un Macron muy a la derecha. Pero siguen siendo muy minoritarios. Marine Le Pen es la única personalidad política que se cotiza a la alza, y saludó la aprobación del proyecto de Ley como «un triunfo ideológico» propio. Patrick Martin, presidente de la patronal, muy contrariado, comentó: «No debiéramos olvidar que Francia necesitará mucha mano de obra inmigrante los próximos años».