«Como seleccionadora, el respeto hay que ganárselo dentro y fuera del campo»
▸Pionera como seleccionadora y como campeona del mundo, despreciada por la RFEF, hoy ejerce de policía municipal en Oviedo a la espera de equipo
Toña Is Entrenadora campeona del mundo Sub-17
El fútbol femenino español vive su etapa de máximo esplendor. Pero si hay una mujer pionera en los banquillos antes de que este acaparara portadas, esa es Toña Is (Oviedo, 1966). Primera seleccionadora en España, primera entrenadora nacional campeona del mundo, primera mujer en entrenar un club en el extranjero, primera nominada a los The Best... En diciembre de 2018, hizo historia proclamándose campeona del mundo con la selección sub-17. Cuando todo indicaba que se convertiría en la primera seleccionadora de la absoluta, en enero de 2020, la RFEF se deshizo de ella de malas maneras. Sin darle una explicación. Ella vivió en primera persona todo lo que, con el tiempo, se ha denunciado sobre la Federación, Vilda y Rubiales. Toña Is rememora con ABC el hito futbolístico que protagonizó y su experiencia desde dentro de la RFEF.
—Cinco años del primer Mundial conseguido por España. ¿Es consciente de que es historia del fútbol femenino?
—La verdad es que hicimos algo histórico. Fue un momento muy importante para el fútbol femenino español. Tuvimos la suerte de tener un grupo maravilloso. Y me gusta recalcar la importancia de tener un buen grupo para conseguir cosas grandes. Han pasado ya cinco años y es cierto que apenas se habla de lo que conseguimos. Ver a algunas de aquellas jugadoras en lo alto del fútbol mundial es un reconocimiento personal que me llevo. Si me preguntas por la RFEF, es obvio que se podrían haber hecho mucho mejor las cosas.
—¿Qué recuerda con más cariño del título?
—El momento en el que levantamos la copa fue muy especial. Te acuerdas de todo el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio... Y de todas las personas que estuvieron a tu lado cuando más falta hacía. Mi familia, mi marido… Fue muy emocionante. Otro momento que destacaría fue la llamada de S. M. El Rey Felipe VI después de ganar la final. Me sentí muy agradecida y muy afortunada.
—¿Cuál fue su aportación técnico-táctica para conseguir el Mundial? ¿Qué les llevó a la victoria?
—Pues sobre todo la velocidad y la movilidad que teníamos en la parte de arriba. Empezamos jugando con un 1-4-3-3 y acabamos disponiendo de un 1-4-2-31. Salma [Paralluelo] y Eva Navarro hacían mucho daño por las bandas. Y entre Claudia [Pina] e Irene [López] se intercambiaban las posiciones de mediapunta y delantera. Y, al venir al recibir al centro del campo, generaban muchos espacios por los lados que eran aprovechados por las extremos.
—Tiene fama de ser una entrenadora dura, disciplinada y ordenada.
—Para mí, el orden es imprescindible en una concentración y casi me atrevería a decir en cualquier profesión. Y las rutinas son importantes para conseguir ese orden. Definir unas reglas ayuda a las jugadoras, y más todavía cuando estamos hablando de niñas, de menores de edad. Tener unas normas a seguir sirve para velar por el buen ambiente y el buen funcionamiento del grupo.
—Se denunció que durante las concentraciones de la selección absoluta, Jorge Vilda obligaba a las jugadoras a dejar las puertas de sus habitaciones abiertas y entraba en ellas sin previo aviso. ¿Usted hacía lo mismo? ¿Entiende que esto se haga en un equipo como la selección española?
—Pues no lo sé. Si es cierto que él lo hacía, habría que preguntarle por qué. Ese tipo de medidas forman parte del protocolo actuación de la RFEF para las concentraciones. Yo lo hacía con mis jugadoras, pero no tiene nada que ver. Yo entrenaba a chicas menores de edad, por lo que la responsabilidad sobre ellas era muy grande. Cuando entraba a sus habitaciones, en ningún momento lo hacía con afán de controlarlas, sino para charlar con ellas, saber sus sensaciones. Ahora bien, no veo razonable que este tipo de medidas se lleven a cabo en la absoluta, con mujeres adultas. Además, a la vista está que las jugadoras no se sentían cómodas con ese proceder.
—Las relaciones personales y sentimentales entre jugadoras, ¿han influido alguna vez en sus decisiones?
—A mí no me han influido nunca a la hora de tomar decisiones futbolísticas. Claro que uno sabe de su existencia y se dan casos en los que se te dan disyuntivas difíciles. Por ejemplo, durante mi etapa como entrenadora en el Pachuca, estábamos muy interesados en una jugadora. Cuando fuimos a negociar con ella, nos puso como condición incorporar también a su pareja. Entonces tú tienes que poner ambas cosas en una balanza. ¿Me compensa ficharla y traer también a una futbolista que no quiero? ¿O prefiero descartar su fichaje por no ceder ante la exigencia de firmar también a su pareja? No es fácil. Pero lo más importante, y lo que más valoran las jugadoras en su entrenador, es ser justo. Si tú no las engañas, entonces estarán contigo. Puede que en el corto plazo no entiendan alguna de tus decisiones, pero en el medio y largo plazo, si eres justo con todas, te lo pondrán en valor.
—¿Las jugadoras se llevan sus diferencias personales al campo?
—No entendería que las jugadoras se llevaran sus diferencias al campo. Yo nunca lo he vivido. Al final las futbolistas son profesionales y, como en cualquier otro puesto de trabajo, cuando empieza tu jornada, tratas de dejar a un lado lo personal para centrarte en tu faena. Pues en el fútbol es lo mismo.