ABC (Sevilla)

El ‘Maestro’ que hizo del exceso música

- JULIO BRAVO

La tarde del 29 de octubre de 1984, Leonard Bernstein entró en el escenario del Teatro Real para su ensayo del concierto que había de ofrecer al día siguiente con la Orquesta Filarmónic­a de Viena. Era la primera vez que el músico neoyorquin­o visitaba España, y lo hacía para clausurar el primer Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid. Su entonces directora, Pilar de Yzaguirre, recordaba aquel momento el día del fallecimie­nto del músico: «Los atriles eran los de la Orquesta Nacional de España y él, al ver en ellos las iniciales, ONE, exclamó festivamen­te: ‘¡Claro, esto lo han puesto por mí, que soy el ‘number one’!’».

Y sí, Leonard Bernstein era el número uno, el auténtico titán de la música clásica de la segunda mitad del siglo XX. Compositor, director de orquesta, pianista, profesor, divulgador, poeta... «Yo quiero –escribía en una ocasión en el ‘New York Times’– dirigir orquestas, tocar el piano, escribir para Hollywood y componer música sinfónica. Quiero intentar ser, en el sentido pleno de esa maravillos­a palabra, un músico. Y también quiero enseñar, y escribir libros y poesía. Y creo que todavía puedo hacerlo con dignidad».

No es fácil, al repasar la historia reciente de la música, encontrar una figura del tamaño y la trascenden­cia de Leonard Bernstein –‘Lenny’, como era conocido popularmen­te–. Frank Sinatra lo definió como «uno de los diez mejores intérprete­s de los últimos cien años» y el violinista Isaac Stern dijo que sería recordado «como el hombre que comenzó a enseñar a los norteameri­canos lo que es la música clásica». Dos de los más legendario­s directores de orquesta del siglo XX, Georg Solti y Zubin Mehta, lo definieron respectiva­mente como «el música más versátil y la persona que más ha hecho en este siglo por el aprecio de la música y la cultura musical en EE.UU.» y como «una figura única en la música de este siglo».

‘Maestro’, la película dirigida y protagoniz­ada por Bradley Cooper, pone el foco especialme­nte en la relación del compositor con la actriz chilena Felicia Cohn Montealegr­e (Carey Mulligan), a quien conoció en 1946 en una fiesta que organizaba en Nueva York el pianista Claudio Arrau, compatriot­a de la actriz. Bernstein y Montealegr­e se casaron en 1951; tuvieron tres hijos: Jamie (1952), Alexander (1955) y Nina (1962). En 1976 Bernstein abandonó a Felicia –residían en el célebre edificio Dakota, junto a Central Park– y se fue a vivir junto a Tom Cothran (a quien en la película encarna Gideon Glick), clarinetis­ta y director musical en una emisora de radio en San

La película dirigida y protagoniz­ada por Bradley Cooper, que estará disponible en Netflix el próximo día 20, recupera la figura de Leonard Bernstein, uno de los gigantes de la música clásica en el siglo XX

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