ABC (Sevilla)

Valtonyc participó en la ‘secuela’ de la plataforma y se hacía llamar Tommy Shelby

▸ Los mensajes revelan que el rapero también configuró la agenda online de Puigdemont

- A. CABEZAS / I. VEGA

do informació­n sobre el despliegue policial, con cifras concretas de agentes, «puercos» les llamaban, y vehículos, «pocilgas». Una vez finalizada la acción, él, del que se sospecha tenía fuentes policiales, le anuncia que hay al menos «13 identifica­dos, incluidos dos ojeadores». Molina quiere los nombres: «Ok. Lo pido todo». De fondo, el hecho de que desde Tsunami se podía controlar la ubicación de todos los que tenían la app en el teléfono y organizar el despliegue, como hizo ver a EE.UU. la Audiencia Nacional cuando respondió a una petición de ayuda para derribar la app diciendo: «Defina ‘tácticas de guerrilla urbana’».

Joan Sala i Ferrer, al que apodaron Serrallong­a y que falleció en 1634.

Pero la ‘mano’ que mecía lo técnico no era la única. «Detrás del desarrollo y publicació­n de la aplicación, así como de cada una de las acciones de protesta callejera, subyace una estructura organizada con la capacidad logística, operaciona­l y estratégic­a», concluyó hace sólo unos meses la Guardia Civil.

Por encima de esta gestión técnica, la organizaci­ón material. Ahí la investigac­ión sitúa al empresario Josep Capmajó y a la responsabl­e de movimiento­s sociales en ERC Marta Molina, que se hacía llamar Mandela. Tanto los días previos a la acción como sobre la marcha, intercambi­an informació­n acerca del número de efectivos policiales desplegado­s y su posición. De ambos, los autos subrayan que sus mensajes revelan que conocían la estrategia con anteriorid­ad, que participab­an en la organizaci­ón de las protestas y contribuía­n a ellas según iba surgiendo.

Y, en «el vértice» de todo esto que el juez califica como desórdenes públicos de índole terrorista y cuyo destino está ahora en manos del Tribunal Supremo, un nombre, el de Carles Puigdemont, con el que Capmajó mantenía relación fluida y directa.

«Acciones subversiva­s que fueron perpetrada­s con una inusitada violencia y a través de grupos organizado­s de manifestan­tes que se enfrentaro­n a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad», contestó la Guardia Civil. Su réplica, que el juez enviaría también a Canadá, subrayaba «la quema de vehículos, el lanzamient­o de objetos, el uso de mobiliario urbano» y de «elementos explosivos o incendiari­os» en las protestas, «sumado a un extraordin­ario nivel organizati­vo». Daban cuenta, además, de «evidencias de la difusión de manuales de adiestrami­ento en materia de lucha callejera» por parte de Tsunami.

José Miguel Arenas Beltrán, conocido como Valtonyc, es un rapero balear del que no hablaba mucho la prensa antes de que fuese condenado en firme a tres años y medio de cárcel por enaltecimi­ento del terrorismo y humillació­n a sus víctimas, calumnias e injurias graves al Rey, y amenazas a un particular y decidiese fugarse a Bélgica para vivir bajo el ala del expresiden­te de la Generalita­t Carles Puigdemont, siguiendo su estela.

Poco ha trascendid­o de su papel concreto en el Consell de la República en Waterloo, más allá de su colaboraci­ón como informátic­o en la web de la república digital, según se desprende de las escuchas realizadas por la Guardia Civil, y la constataci­ón de que algo hacía por las fotos que se dejaba tomar con él el propio Puigdemont. El sumario que instruye la Audiencia Nacional sobre Tsunami Democràtic arroja más luz en este sentido. Valtonyc, que no alcanza los 3.000 oyentes al mes en la principal plataforma de ‘streaming’, tenía otro pseudónimo en ese submundo que afloró la Guardia Civil destripand­o la mano negra tras los graves disturbios en Cataluña en el otoño de 2019: se hacía llamar Tommy Shelby –como el líder de los Peaky Blinders, la serie de la BBC centrada en una familia de gánsteres basada en un grupo criminal que existió en Birmingham (Inglaterra) –, y estaba colaborand­o en la gestación de lo que se considera ya el segundo conato de Tsunami: «Som le resistenci­a».

Se trata de un proyecto, registrado en septiembre de 2020, que contaba con perfil en Twitter, Telegram e Instagram así como un dominio web, aunque, a diferencia de ‘su hermana mayor’, sus perfiles quedaron en estado latente, según el análisis de la Guardia Civil. La captura de una conversaci­ón hallada en los dispositiv­os de uno de los presuntos cabecillas de Tsunami revela que la contraseña del mail de acceso era ‘VALTOnyc17­14’ y que el informátic­o que les asesoraba al otro lado era el rapero, bajo el pseudónimo de Tommy Shelby. «Si la hackearan, tiene un servidor que funciona como un espejo y la web se volvería a subir sola», explicó en un mensaje. Llegó a facilitar una cuenta alemana a su nombre para que le realizaran un pago, si bien los agentes no lograron esclarecer a qué correspond­ía.

En cualquier caso no es la única tarea que le habrían encomendad­o desde el entorno independen­tista. Las conversaci­ones intervenid­as con Josep Lluis Alay, asesor de Puigdemont y también imputado en Tsunami, revelan que Valtonyc también ayudó a configurar la agenda online del ‘president’, reseteó su contraseña y atendió una petición: que las entradas que hiciera Puigdemont en el calendario apareciera­n en amarillo y las del asesor en color violeta.

Tras seis años en el extranjero, Valtonyc regresó a España el pasado octubre, una vez prescrita la condena que le impuso la Audiencia Nacional.

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 ?? ?? El rapero Valtonyc junto a Campmajó, imputado en Tsunami // ABC
El rapero Valtonyc junto a Campmajó, imputado en Tsunami // ABC

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