¿POR QUÉ LO HACEN?
Los reclamos de placer, satisfacción, éxtasis o relajación de las personas que practican la suspensión corporal podrían tienen explicaciones científicas, dice la doctora Frances Fernández Lugo, psicóloga social con más de 20 años de experiencia. La suspensión corporal, al igual que otras actividades “riesgosas”, pueden tener distintos efectos gratificantes en el ser humano, generados, por ejemplo, por la producción de neurotransmisores en el cerebro, al igual que por causas sociales como la validación o aceptación social del que la practica, por parte de sus pares.
“Como el cerebro libera tanta dopamina cuando nosotros llevamos a cabo actividades que puedan ser restantes, riesgosas, o actividades donde yo pueda verme frente a otros como una figura de valentía, como una figura segura y capaz de tomar grandes riesgos, pienso que de alguna manera esa persona ya está mentalmente produciendo en su cerebro ese tipo de neurotransmisor y de antemano, durante y posiblemente los primeros minutos posteriores de llevar a cabo ese tipo de perforación y práctica, haberse suspendido, los movimientos, etcétera, etcétera, pues sentir poco nivel de dolor. Pero tal vez, realmente, como hay otro tipo de químicos en su cerebro, como por ejemplo la dopamina a gran escala, eso le va a llevar a más que nada sentir el bienestar, el placer”, indicó Fernández.
La psicóloga añadió además que las personas que practican la suspensión corporal comparten cierto perfil, como el gusto por los tatuajes, perforaciones y modificaciones corporales, entre otras, por lo que el acto de suspensión corporal podría llevar un elemento de reconocimiento o aceptación en esa subcultura.