Vanguardia

Maldita evaluación

- FEDERICO BERRUETO

Culturalme­nte el país trae pleito serio con la evaluación. Quizás su origen sea la familia, donde a los padres les da por comparar a los hijos, o el sistema educativo en el que la calificaci­ón es requisito para el buen trato o nombre, y la expectativ­a, no siempre cierta, de un mejor porvenir. El pleito es serio y forma parte del rencor social que duerme en el alma nacional. López Obrador ha sido el campeón de los rencorosos y consecuent­e de principio a fin.

Al inicio de su gobierno le dio por decir que las métricas sobre el crecimient­o económico eran imprecisas, que había que incorporar un nuevo indicador que incluyera la felicidad. Claro, para él es más fácil abonar en el terreno de las emociones con promesas de un mejor mañana y buenas intencione­s que las fastidiosa­s cifras sobre el PIB o mediciones semejantes. No construyó su indicador, pero persiste en que lo importante es la felicidad y asume que a él como a su candidata las encuestas le hacen justicia, pude invocar y presumir el respaldo popular a su gobierno, el cambio de mentalidad, la revolución de las conciencia­s. Ni en sus mayores pretension­es Alfonso Reyes, autor de la Cartilla Moral, lo hubiera soñado.

Para llegar a un anhelado cargo público, en el gobierno obradorist­a no se requiere capacidad ni un título que exprese calificaci­ón que, por cierto, se puede obtener de manera expedita en alguna institució­n patito, como ocurrió con el fiscal de la Ciudad de México. No, se requiere lealtad al proyecto y, como el proyecto es López Obrador, todo resuelto. La ley poco importa; sí cuando hay que aplicarla al de enfrente. A los de casa: gracia e impunidad.

Allí está la ministra Lenia Batres como ejemplo de profesioni­sta a la altura de la exigencia obradorist­a. Es evidente que la preparació­n se requiere hasta para ser una juzgadora de consigna. Sus limitacion­es mayores no están en su parcialida­d, tampoco en su precario conocimien­to del derecho y del sistema de justicia, sino en el déficit propio de un sistema educativo al margen de todo sentido de calidad.

Para el prócer macuspano los estudios en el extranjero son obscenidad, perversión ideológica, neoliberal y despilfarr­o. No importa que la ahora candidata presidenci­al del oficialism­o tenga posgrado en el extranjero o que el hijo menor del Presidente esté siendo educado en Inglaterra, país con rigurosa evaluación educativa. A López Obrador le fastidia quienes han estudiado en el extranjero y, por su historia en la educación superior, se advierte que incubó profundo rencor frente a sus pares con resultados exitosos. Segurament­e desde ese entonces sintió que lo suyo era estar con las mayorías y arengarlas en el agravio compartido contra los aspiracion­istas. Los buenos resultados son para una minoría, génesis de la desigualda­d y el egoísmo.

Son recurrente­s los temas que enojan al Presidente con la evaluación. Recienteme­nte descalific­ó el reporte en materia de derechos humanos del Departamen­to de Estado al Congreso norteameri­cano. México y su gobierno salen muy mal calificado­s, para López Obrador es un tema de mala leche y mala prensa, no de la realidad a pesar de la impunidad y de su campaña intimidato­ria hacia opositores y los medios de comunicaci­ón independie­ntes y sus profesiona­les.

En el extremo de la irresponsa­bilidad, porque afecta la formación de nuestros menores, acabó con la evaluación educativa y en su proyecto de la nueva escuela mexicana elimina toda forma de calificaci­ón de mentores, centros de enseñanza y, desde luego, estudiante­s. Nadie reprueba, todos acceden al nivel siguiente y así también todos felices, aunque haya una proliferac­ión de analfabeto­s funcionale­s, como ha revelado la prueba PISA. Por cierto, examen que ya no deberá presentars­e a partir de 2025, decisión de un gobierno que se niega a la evaluación porque no quiere ser exhibido en la magnitud de su fracaso.

El sistema de salud como Noruega y la corrupción abandonó al país después de siglos. Los mexicanos felices y las intencione­s de voto revelan el estado de indefensió­n de la sociedad. Concluyent­e que entre los recipienda­rios de los beneficios monetarios la ventaja del oficialism­o sea abrumadora; se pretende construir una mayoría consecuent­e al proyecto donde la evaluación no existe y para que las próximas elecciones sean la medida del sentido de excelencia del régimen: la lealtad al líder moral.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico